El trabajo para el apuntalamiento demográfico y la recuperación del censo exige dinamismo en las instituciones locales, y un ejemplo claro es el de Sesa, que como si fuera una premonición de un cierto resurgir ha celebrado unas espectaculares fiestas en honor de la Virgen de la Jarea que han debido prolongarse, por la mezcla de las voluntades municipal y popular, de tres a siete días, con actos tan concurridos como las dos cenas de 240 y 148 comensales. Con apenas ciento sesenta censados, el pueblo duplica la presencia de personas en el verano.
Como en tantas localidades, la vela de la actividad se va apagando. Cerró el panadero y se jubilaron el pintor y el mecánico. Lejos de resignarse, el consistorio que preside Sonia Blanco decidió acondicionar sin renuncia alguna a comodidades una vivienda y ha contado con el respaldo de subvenciones de la Diputación Provincial de Huesca y el Gobierno de Aragón, mientras Adesho (la asociación para el desarrollo de La Hoya) ha costeado la calefacción. "Buscamos una familia que lleve la gestión del bar y de la tienda que están en la primera planta del Ayuntamiento, y además tiene que ocuparse de la limpieza de edificios municipales". La idea es que atraiga hasta este concejo a 22 kilómetros de Huesca a padres con dos o, mejor, tres niños en edad escolar. Es uno de los objetivos. Ahora mismo, un estudiante sale al instituto y el alumnado se reduce a cinco.
Tanto el bar como la tienda están plenamente equipados y, de hecho, se han encargado cámaras nuevas. Hasta ahora, ambos servicios han sido de subsistencia. "En la pandemia nos dimos cuenta de que estar sin tienda es un error. Fuimos tirando de voluntarismo, del panadero que llevaba los apuntes con los encargos y quedaba con la tienda de Grañén, que le proveía de todo lo que le pedíamos. Para nosotros es básico tener una tienda multiservicio complementada por el bar. Es para todo el año, pero además en verano estamos mucha gente, todas las casas están abiertas. Yo les digo a los vecinos y a los veraneantes de la diáspora que luego hace falta que todos consumamos aquí. Pero la verdad es que, si el adjudicatario tiene ojo y ganas, se puede hacer con un buen número de clientes de los pueblos de alrededor que tampoco disponen de tienda".
Habida cuenta, además, la pirámide demográfica con el envejecimiento propio de los pueblos, el bar es una oportunidad porque acudirían quienes vayan a hacer papeleos al ayuntamiento, clientes recurrentes y también algunos mayores que quieran aprovechar el servicio de comidas.
"Ya hay seis familias muy interesadas y les exigimos que se asienten y tengan ganas de trabajar"
Con los fondos institucionales, para favorecer la accesibilidad, está implantado un ascensor exterior que favorece subir a ese primer piso. El bar estará dotado de toda la maquinaria necesaria, incluso las cámaras frigoríficas son nuevas y quedarán para el uso de los nuevos adjudicatarios. En estos momentos, esta cafetería es atendida por un jubilado deseoso de que alguien tome el relevo.
Sonia Blanco ya ha puesto en marcha todas las posibilidades de divulgación de esta oferta de su ayuntamiento, aprovechando las oportunidades de las redes sociales a través de portales específicos sobre despoblación o repoblación, y "hay ya seis familias muy interesadas. Naturalmente, nosotros exigimos que se asienten y que tengan ganas de trabajar. Lo ideal es que se integren". Si la familia fuera emprendedora, miel sobre hojuelas, porque tendrá a su alcance fibra óptica y todas las ventajas de estar en un pueblo pero, además, tener tan cerca la capital. Establecer un sistema de reparto a los pueblos de la redolada es una opción, también, magnífica.
El esfuerzo del Ayuntamiento y las instituciones no será baldío ni gratuito. Hay una exigencia, "unas garantías de la utilización estricta, y unas posibilidades estipuladas en contrato de que, si no funcionan, se revierte el uso de la vivienda y del bar y tienda. Nosotros nos vamos a volcar en que todo salga bien, pero dependerá de quien venga", que tendrá unos ingresos a través de la limpieza de los edificios municipales y una vivienda estupenda, "con mirador de unas vistas fabulosas hacia todos los lados, incluso se ve el Salto del Roldán, con cinco habitaciones, garaje y zona de jardín". En broma, pregunto a la alcaldesa si no será para los foráneos la mejor casa del pueblo. En serio, la alcaldesa replica: "Pues casi".