Vicente Gómez Nogarol, de Lascasas, cumple 100 años este sábado 1 de abril. A él dediqué sendos artículos en Diario del Altoaragón que dirigía Javier García Antón (como anteriormente ya publicaba su predecesor Antonio Angulo): "El tenor y brigadista Ennio Tofon y la familia Gómez-Nogarol de Lascasas", 10-8-2011; y "Vicente Gómez Nogarol de Lascasas", 10-1-2016).
Vicente Gómez Nogarol, de familia jornalera, tuvo que madurar muy pronto, tras la muerte de su padre. Sin apenas un palmo de tierra, fue un pionero en la utilización del tractor, consiguiendo, con mucho esfuerzo y pagado a plazos, hacerse con uno, algo muy difícil en la inmediata posguerra, puesto que venían del exterior. Sacó a flote a su familia (era el mayor de cinco hermanos) y se convirtió en un pionero en la nivelación de tierras. En la transformación del secano en regadío, Vicente tuvo un papel estelar en toda la zona oscense. Como curiosidad, con su tractor hizo la nivelación, aporte de gravas, arena y tierra fértil del campo de fútbol del Alcoraz, y, como era una causa en beneficio de Huesca. no cobró absolutamente nada.
Su notable pericia con el tractor le hizo ser proclamado Mejor Tractorista de España. De hecho, fue portada del ABC del viernes 28 de junio de dicho año. Se jubiló con más de ochenta años (¡en el fondo, todavía no se ha jubilado, pues lleva todas las cuentas de la familia, asuntos de bancos, etcétera!).
Aunque al enfermar de alzheimer su mujer entraron ambos en la Residencia Saturnino López Novoa (por estar cerca de su piso, al cual va todos los días), sigue desarrollando sus trabajos, entre los que está hacer la cesta de la compra para su hermano Ramón y bajársela a su domicilio en Lascasas con su coche. ¡Todos los años supera con sobresaliente las pruebas de renovación del carnet de conducir!
Pero lo que lo hace merecedor de mi mayor afecto es su generosidad, al margen de ideologías y convencionalismos sociales.
El tenor y brigadista italiano de la Columna Carlos Marx, Ennio Tofoni, herido por el bombardeo de la aviación nacional sobre el pueblo de Lascasas del 2 de septiembre de 1936, fue uno de los beneficiados de la generosidad y hospitalidad de los Gómez Nogarol. La madre del clan, doña Simona Nogarol, curó a este joven tenor italiano al que el 18 de julio le sorprendió cantando en el Liceo de Barcelona y que decidió alistarse voluntario en la citada Columna para luchar contra el fascismo. El bombardeo de Lascasas destruyó la casa-abadía del cura y el atrio de la iglesia, muriendo varios milicianos y dejando varios heridos, entre ellos Tofoni.
Muchos años después, tras una carrera llena de éxitos (al parecer, al acabar su etapa como tenor, fue director de la Scala de Milán), apareció en Lascasas para agradecer a esta familia sus abnegados cuidados, y desde entonces todos los años dedicaba una semana para estar con esta familia
Yo mismo fui uno de los beneficiados por la generosidad y hospitalidad de esa entrañable familia. Durante los cursos 1964-1965 y 1965-1966 mi familia vivió en Pompién, pues mi padre consiguió trabajo en las granjas de don José Sierra Alcibar-Jáuregui. Pues bien, como mis hermanas Mariángel y Quiteria (tristemente desaparecidas, en plena juventud, por el cruel cáncer) y un servidor (tenía seis añitos) estábamos en edad escolar, teníamos que ir con nuestras pequeñitas bicicletas a la escuela de Lascasas. El cuarto integrante de esta tropilla errante era Pablito Puyuelo, hijo del encargado del otro dueño de Pompién, don Ladislao Zabala Alcibar-Jáuregui.
En aquellos años de la Dictadura los hijos de los trabajadores tenían muy crudo el poder estudiar. De hecho, cuando llegaba la hora de comer, al no existir comedor ni nada que se le pareciese, a los niños de Pompién les esperaba la intemperie. Para paliar aquellos tiempos sombríos, estaba, ¡cómo no!, la familia Gómez Nogarol. ¡Ellos nos acogieron, en su casa, durante dos cursos escolares, sin pedir nada a cambio! ¡Sin presumir de nada, ejercieron la labor más digna que puede existir: acoger a niños desvalidos!
Después me he ido enterando de que esa casa ha sido siempre una casa abierta y acogedora para todos: brigadistas internacionales en nuestra guerra, niños en la posguerra, curas, etcétera. Esta familia ha practicado el bien, la bondad de la que hablara Vasili Grossman en su inolvidable "Vida y destino": "Es la bondad particular de un individuo hacia otro, es una bondad sin testigos, pequeña, sin ideología... La bondad de los hombres al margen del bien religioso y social".
Este sábado 1 de abril quiero agradecerle públicamente a este señor la bondad que ha tenido con todas esas personas que se han cruzado en su camino, entre las que han estado Tofoni, mis hermanas y un servidor.
Y lo haré con una pequeña charla sobre imágenes proyectadas en el Salón Azul del Casino, de 12 a 12:40 horas. Y, luego, vermú para celebrar el centenario de un gran hombre.