El tren regional Madrid Chamartín - Zaragoza -Lerida ha tomado la costumbre de la impuntualidad cuando llega a las estaciones altoaragonesas. Los usuarios han perdido ya toda esperanza de poder alcanzar sus destinos -e incluso tomarlos en la partida- en la hora anunciada por Renfe. "Siempre llega retrasado", asegura un habitual del tramo entre Zaragoza y Grañén, que lleva tres años viajando en este transporte. "En todo ese tiempo que yo recuerde hemos llegado a la hora dos veces". Como ejemplo, el martes llegó a la localidad grañenense con 66 minutos de demora y el miércoles con 22.
Estos automotores eléctricos tienen ya una edad. Fueron fabricados entre 1974 y 1985 (construidos por Caf, Westinghouse, General Electric (Bombardier), Macosa (Alstom) y la japonesa Mitsubishi,) y renovados en 1993, por lo que los usuarios más avizorados estiman que ya han cumplido su misión y quizás tocaría una renovación. El 470, serie de automotores eléctricos con 57 unidades, surgió de la remodelación integral de varios trenes de la serie 440 en los TCR de Valladolid y Málaga. Además de las actualizaciones exterior e interior, se incluyó en el 93 el aire acondicionado y un nuevo interiorismo, con un único salón por coche. Además se suprimió el furgón en aquellas unidades que aún lo conservaban y se sustituyó el frontal por uno de una única pieza. En el aspecto técnico, se instaló un convertidor estático de 100 kVA para el aire acondicionado y un autotransformador para casos de avería. La velocidad máxima es de 140 kilómetros/hora.
Interiormente, los asientos son de 220 o 270 según la versión, orientables en el sentido de la marcha y hay espacio para personas con movilidad reducida. Entre las mejoras de 1993 (esto es, hace treinta años), puertas exteriores automáticas, espacio para transporte de bicicletas, climatización en todo el tren (quizás fue el gran logro hace tres décadas), dos aseos. maleteros independientes en vestíbulos, información mediante teleindicadores y megafonía a bordo.