El consejero de Agricultura, Ganadería y Alimentación, Ángel Samper, ha asegurado en su visita a Binéfar que el sector ganadero "está abatido, desanimado" por las limitaciones europeas sin avales científicos marcadas por la ideologización que conduce "a la perversión de que muchos consumidores no puedan comprar muchos alimentos". Ha recorrido las instalaciones de Fribín y la Comunidad de Regantes del Canal de Aragón y Cataluña
"Hacen falta activos dentro del mundo rural para elevar el concepto de la alimentación y aproximarlo al entendimiento del consumidor, porque tenemos un desencuentro y un divorcio extraordinario con el territorio. Todo el mundo lo valora pero no avanzamos en esa deriva que está teniendo el territorio para entender lo importante que es el medio rural, la actividad agraria y ganadera, y cualquier otra actividad dentro de los pueblos", ha asegurado Samper.
En el discurso permanente para que "el consumidor entienda la alimentación", ha asociado precisamente a Fribin con este concepto. "Es una de las empresas referentes, con una gran trayectoria. No es fácil mantener este sello de identidad". Ha aludido a la responsabilidad que hay en este terreno.
Ha aprovechado el consejero para denunciar "el grado de ideologización que estamos teniendo en las cosas más sustanciales, que son los alimentos. Tiene que ir acompañado una exquisita responsabilidad en el cuidado de lo que hacemos. Producto, seguridad alimentaria y todos los parámetros. Poner en valor la carne, que está puesta en entredicho, exige responsabilidad y quitar la ideologización que está pervirtiendo el discurso y confundiendo al consumidor".
Considera que, frente a la ideologización, el sector ganadero "está abatido, está desanimado, está muy mal, porque los condicionantes de las limitaciones y prohibiciones gratuitas europeas, que los grupos políticos los han hecho propios, vienen porque todo aquello que no esté avalado por los comités científicos y que, por ideología, se extiende en la norma, crean un grave problema a ellos y todo el medio rural". Se produce "cuando las limitaciones no están fundamentadas. Las políticas agrarias europeas son políticas agrias europeas, porque no están fundamentadas en el rigor, el aval y el acompañamiento científico".
Ha puesto como ejemplo la puesta sobre el tapete de la prohibición del "glifosato", "cuando los comités científicos decían que no era nocivo", que conllevaba una "elevación sustancial de los precios en la cesta de la compra. Lo he dicho en las Cortes. Cuidado con lo que hacemos porque vivimos en el mundo yupi, que las prohibiciones las están elevando aquellos que no tienen dificultad para comprar los alimentos. Hoy hay familias muy frágiles que tienen que comprar unos alimentos y relegar otros porque el poder adquisitivo no se lo permite. Y detrás de eso está la ideologización gratuita con la perversión de que muchos consumidores no puedan comprar muchos alimentos".
"Hay que poner al hombre, la parte humana, en el centro de las soluciones de todo, y vivimos en una sociedad en la que se pone como problema", ha agregado el consejero, que ha sostenido que vamos más hacia "el bajo ambiente" que hacia el medio ambiente".
Tras el encuentro en Fribin, el consejero se dirige a la Comunidad de Riegos del Canal de Aragón y Cataluña. "El motor de Aragón es la agroalimentación, por encima de la locomoción y cualquier ámbito productivo, y el agua es el elemento número uno. Es otro de los insultos de la ideologización cuando se habla en contra del agua y de la regulación".
"El agua evita desastres con las grandes avenidas, y esto hay que recordárselo a Zaragoza, garantiza el consumo en las poblaciones, riega para producir alimentos", ha agregado Ángel Samper, además de "garantizar los cauces ecológicos con reserva de agua almacenada. Sin ella, no habrá para nada. No habrá agua para regar o para abastecer a las ciudades". "Las políticas a nivel nacional son perversas porque están relegando el agua. El primero de todos los recursos es almacenar el agua".
Ha negado que Biscarrués sea una obra desechada. "No es cierto, quien lo dice no dice la verdad. Pero en tanto caso hablo de regular. Hay muchas zonas donde regular sin conflicto social, y sería aconsejable hacerlo en los cauces del río, porque no es normal gravar al regante con costes elevados de energía. Pero aun en ese caso, que es el de Almudévar, que es mi pueblo, bienvenido sea regular aunque sea fuera de los cauces. Y si se puede hay que evitar la confrontación social".
CRISTINA GALLART
Cristina Gallart, presidenta de Fribín, ha sido contundente. "Mi admiración por el consejero de Agricultura viene cuando le oigo decir por primera vez que hay que poner la alimentación al mismo nivel que la Sanidad y la Educación. No me parece mejor alegato que hacer que ese".
Gallart, una de las empresarias de referencia de Aragón, ha agregado que "es una persona del territorio, que conoce perfectamente el mundo agroganadero y la industria agroalimentaria, y como tal es de agradecer que alguien con esos conocimientos venga porque la mitad de las cosas no hay que contárselas, porque ya las sabe, las nota y tiene esa sensibilidad especial que nos hace mucha falta a todo el sector agroganadero".
La máxima responsable de la cárnica afirma que el mundo agroganadero sufre una "especie de acoso, de minusvaloración. Vamos a meternos todos con los ganaderos, con los agricultores, que contaminan, etcétera, etcétera, y eso no es así. Al final, si nos cargamos las formas de producción que han sido económicas y nos han hecho viables para disfrutar del bienestar que tenemos, pues ocurre lo que ya vemos: que tenemos el aceite de oliva a 12 euros el litro. ¿Por qué? Porque nos estamos cargando la producción".
Ha extendido en su reflexión Cristina Gallart este ejemplo a todos los productos del campo. "Nos acordaremos de lo bien que vivíamos antes".
Fribin está inmerso en proyectos que tienen que ver con la sostenibilidad y medio ambiente, además de las homologaciones internacionales para vender fuera. "Estamos en un buen momento. Acabamos un 2023 positivo", con 400 millones de facturación y trabajo para 850 personas, con exportación del 70 % de la producción. Tras este punto de inflexión "sólo nos queda crecer y continuar".