Asaja Huesca alerta de que los costes de producción invitan a 40.000 agricultores a no sembrar

Los insumos y el desabastecimiento arriesgan la siembra de cereal en secano árido, fresco y regadío

20 de Septiembre de 2022
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José Fernando Luna y Gerardo Torralba alertan del riesgo para la siembra en Huesca

Asaja Huesca ha alertado de la encrucijada en la que se encuentra en este momento el agricultor de cereal (40.000 en todo Aragón): sembrar y someterse a las pérdidas por los costes de producción y las repercusiones de desabastecimiento o, por el contrario, abstenerse de estos trabajos que mermarían la economía de sus explotaciones. José Fernando Luna, presidente, y el gerente, Gerardo Torralba, han expuesto "la situación en la que se encuentra el agricultor en zonas áridas de Aragón, todo el sur de la provincia de Huesca, por economía o desabastecimiento de materias, porque está en riesgo la campaña de otoño-invierno de cereales. Alertamos de que no podemos sembrar en muchas hectáreas"

En su comparecencia, Luna ha dividido la provincia en secano árido, secano fresco y regadío. En el 'pobre', los costes de producción han escalado hasta los 750 euros por hectárea, 220 más que el año anterior. Implica que, a 320 euros de precio de la cebada, se necesitan rendimientos de 2,3 toneladas por hectárea para igualar la inversión, mientras el histórico indica que se queda en 1 o 1,5 toneladas. "El agricultor está pensando qué hace".

En el caso del secano fresco, se necesitan 924 euros de coste por hectárea,. 310 más que el ejercicio precedente y esto indica que se precisarían 2,9 toneladas para cubcrirlos. Un umbral muy superior a las cosechas habituales. Finalmente, en regadío se requieren 3,99 toneladas por hectárea para abarcar los 1.277 euros en costes, 450 más que un año antes. "Nosotros no hacemos política. Sólo alertamos de la inviabilidad de trabajar los campos con los costes actuales. Es una situación que hay que mostrar y alarmar. Se habla mucho de alimentación, pero la realidad es que ahora mismo hay una huelga encubierta en el Puerto de Tarragona. Y, consecuentemente, una carestía de las proteínas, de los piensos, del maíz. Los integradores necesitan maíz y piensos y puede  haber problema de desabastecimiento, un problema añadido".

Se generaliza, por tanto, la coyuntura crítica para trasladarse a la alimentación, a la nutrición de proteína cárnica. José Fernando Luna ha denunciado la "errónea política del Ministerio de Transición Ecológica". La energía se ha disparado y se acerca a lo inaccesible para la producción de fertilizantes, abonos y semillas. Se suma la inflación en el gasóil. "Multiplicar por dos o tres el precio de la energía hace inviables los rendimientos agronómicos. Hay una presión constante sobre los costes de producción y los números azules van a ser imposibles en las explotaciones de maíz. Difícilmente nos podemos aventurar a la siembra. Los ministerios de Agricultura y de Economía se han dejado comer la alforja desde planteamientos más ideológicos que pragmáticos".

José Fernando Luna ha vuelto a apelar al desabastecimiento de fertilizantes, con muchísima menos fabricación. "Ya alertamos desde hace tiempo de que la situación es muy preocupante por la subida de los insumos. Que había que apostar por una planificación para que no se queden miles de hectáreas sin sembrar. Los agricultores nos preguntan qué hacen. Y contestar es difícil".

"Antes el agricultor preguntaba qué terreno dejaba en barbecho. Ahora pregunta cuál sembrar"

Así las circunstancias, se aproxima el periodo de siembra, que abarca de octubre a diciembre. Como afirma taxativamente Gerardo Torralba, "antes el agricultor preguntaba qué terreno dejaba en barbecho. Ahora pregunta cuál sembrar". Concluyente.

No ayuda la PAC ni la incertidumbre sobre su puesta en marcha para el próximo quinquenio desde 2023. Antes, sobre la media de ingresos, las aportaciones representaban un 30 % de las rentas de los agricultores, un 40 % en zonas áridas. "En muchos casos, ahora se quedan sólo con el dinero de la PAC".

José Fernando Luna critica la orientación de la denominada PAC verde, y lamenta que "los lobis ecologistas mandan mucho". Y también que no ayuda la normativa. "Todo el maíz que entra  a través del puerto de Tarragona es es modificado genéricamente, y ese en Europa no te dejan sembrar. Que sepan todos que lo que estamos comiendo es modificado genéticamente. La pregunta es si deberíamos bajar los estándares. Nosotros decimos sí a las medidas sanitarias, y no a los caprichos medioambientales".

Gerardo Torralba toma la palabra para reconocer una cierta decepción por la pasividad comunitaria. "Esperábamos una reacción desde la Unión Europea. Pero seguramente la falta de respuesta te la provoca el orgullo de 30 años en dirección equivocada. Los motivos son más ideológicos que medioambientales´".

El coste energético se ha disparado, la coyuntura internacional es desalentadora y la simplificación administrativa es un espejismo: hay complejidad administrativa". Ante esta situación, sólo puede reclamar Asaja Huesca medidas diligentes: "Ayudas para aminorar las pérdidas, exención de la renta o módulos y que se abra mucho al barbecho. Aquí hablamos ya de soberanía alimentaria y de la dependencia de Tarragona". Torralba añade la incertidumbre. "Todavía no hay decretos firmes sobre las normas de la nueva PAC, todo borradores que apuntan prácticas ambientales, siembra directa, rotación de cultivos. Y habla de planificación plurianual cuando ya empezando este año, que va a afectar al primero de aplicación, el 2023, el agricultor no sabe cuáles serán los resultados". Y el agricultor pregunta. Y no hay respuesta convincente ni rigurosa. Domina la volatilidad.

 

 

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