No hace muchos años, cada mañana subían la persiana dieciocho pescaderías tradicionales. Este martes, Huesca ha amanecido con tan sólo tres. Mompradé, Pescados San Jorge y La Mar Salada son los supervivientes, porque este pasado sábado cerraba sus puertas La Pescadería de Paco, en la , el último impulso emprendedor de Francisco Delgado (que gestionó otros establecimientos del sector), un pescatero con tanto oficio que, mientras admiraba con la precisión de los cortes y la exhibición de piezas de calidad excelente, mantenía una conversación afable, atenta, de las que acaban fraguando e hilando amistades.
Jueves, viernes y sábado fueron días de nostalgia y de brindis. Paco quiso enmarcar la despedida en una atmósfera cálida, alegre. Estaba sobrado de motivos diarios y múltiples para compartir los estertores de su pescadería. "Son mis mujeres, con las que cada día he cruzado una relación bonita".
Paco, a sus 60 años, ha decidido parar. Llevaba desde los 14 años cotizando y su situación familiar, él y su mujer, le ha recomendado buscar oxígeno para pedalear en su deporte favorito y encontrar resquicios para una vida más allá del trabajo y su domicilio, el cien por ciento de su entrega en las últimas 28 primaveras.
Paco Delgado, al que siempre le ha gustado el factor sorpresa, ha trabajado el pescado de cortes de calidad con ejemplares gigantescos que han aparecido en los medios de comunicación o exóticos, rarezas e introducción de especies ignotas para Huesca. No era una forma de llamar la atención, sino de advertir de la riqueza del mar y agasajar a sus clientes. Cada dos días como mucho, se ha desplazado durante décadas a Mercazaragoza para trasladar a sus consumidores lo mejor.
Deja su oficio con "mucha pena, echo la vista atrás y todos los recuerdos son trabajando. He disfrutado una barbaridad, porque el trato con la clientela ha sido una verdadera maravilla, muy gratificante. Los desvelos, las horas de sueño perdidas, han merecido la pena". Por eso los tres últimos días, mientras algunas de sus clientas no podían impedir que alguna lágrima rondara su rostro, ha vestido su actividad de fiesta con aperitivos para que el hasta siempre fuera alegre.

Reconoce que le da una cierta pena la situación de las pescaderías tradicionales, sólo tres en Huesca, "porque los consumidores tienen que ser conscientes de que el pescado es salud y que comprarlo es invertir. Es cierto que hay más variedad, pero se ha triplicado el precio del rape, del gallo o de la merluza en apenas ocho años", aduce. Es un consumo propio de "gente mayor, a la que gusta comer bien y cuidarse con los mejores pescados". "Por otro lado, éste es un oficio muy sacrificado, como puede ser el de las carnicerías, y por eso van quedando menos. Exige muchísima dedicación y hacer muchos números".
Paco emprende una nueva etapa, otro rumbo en el que se cuidará con su mujer y que abrirá horarios más cómodos para el ciclismo. El gran Paco Delgado tiene motivos sobrados para sentirse orgulloso, porque, como en la canción de Il Divo, su hoja de servicios a la buena nutrición y al placer de pescados y mariscos dicta sentencia: "Lo has hecho bien". Con una lacónica visión al pasado, es el momento de la gratitud a Paco, el pescatero que nunca dejó de sonreír ni de deslizar una bonita palabra y el mejor consejo. Enhorabuena.