El regadío necesita inteligencia artificial y natural: Sembradora de Ideas en Monzón

La tecnología ha de contribuir a unas aplicaciones de precisión eficientes para mejorar los rendimientos y el ahorro de recursos

26 de Noviembre de 2022
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Enrique Playán, en la Sembradora de Ideas de Monzón
Enrique Playán, en la Sembradora de Ideas de Monzón

El regadío necesita del auxilio de la Inteligencia Artificial pero sobre todo la consistencia de la natural para optimizar los rendimientos de unos regadíos de precisión que contribuyan a obtener alimentos saludables, sostenibles y abundantes en un mundo que ya cuenta con 8.000 millones de ciudadanos. Es una de las conclusiones de la Sembradora de Ideas que se celebra este sábado en el auditorio del antiguo Convento de San Francisco bajo la organización del Ayuntamiento de Monzón, Ceos-Cepyme Cinca Medio y el Ceder.

Una sugerente iniciativa que quiere abundar en los conocimientos y la tecnología para ganar terreno "gota a gota" para la precisión en el regadío, que requiere investigación y mucha innovación porque el avance en los sensores y sistemas es espectacular pero la eficiencia demanda todavía mayores desarrollos. Enrique Playán, investigador del Aula Dei-CSIC, ha abierto la jornada con la conferencia inaugural.

Víctor Martínez, técnico en riegos y automatización en KOAN Irrigation, Raquel Salvador, investigadora del CITA y José Cavero, investigador de Aula Dei, han expuesto la situación de las técnicas para un regadío de precisión e inteligente, que han aventurado que el crecimiento será exponencial en años venideros, por lo que igualar la producción será posible con el consumo de menos recursos.

En la segunda mesa redonda, Adela Hernández, jefa de Área de Ingeniería de Riegos Del Altoaragón, Gabriel Sevillano, gerente de Agricultura de Zona Norte de Agbar Agricultura, y Miguel Córdoba, CEO de Greenfield, han expuesto los parámetros para la gestión de los riegos aprovechando todo el potencial. Posteriormente, ha habido una visita a los sistemas de precisión de Bodega Sommos. Regar correctamente es fundamenta para el éxito de los cultivos, lo que implica que el conocimiento de las soluciones de riego inteligentes serán una garantía de rentabilidad para los profesionales del agro.

Curiosamente, como ha expuesto Enrique Playán, la mecanización de la agricultura es un hecho en el mundo, pero no la digitalización, como constata la apreciación de que en Estados Unidos sólo el 5 % de los regadíos está digitalizado. El planeta, que ha de aprovechar hasta el fondo los recursos que son limitados, tienen ahí una asignatura pendiente. Las tecnologías de la agricultura ya permiten aplicar el agua de forma más eficiente, con menos desperdicio y con la máxima versatilidad. Ahorrar agua, ajustar los costes y mejorar los rendimientos es la clave. No significa que hayamos de ser esclavos de la tecnología, cuyos efectos pueden ser salvíficos pero también, en ocasiones dañino. Ha expuesto que la agricultura es el escenario ideal para las aplicaciones tecnológicas por la coincidencia de un póker de circunstancias: pocos agricultores, mucha información, abundancia de territorio y baja densidad de información. "Hay más tecnología en un kilo de trigo que en un kilo de plástico".

La agricultura de precisión, ha explicitado Playán, ha de contribuir a mejorar la producción agraria, moderar los costes, reducir el impacto ambiental y acelerar la adaptación al cambio climático, por lo que no es osado asegurar que quizás nos encontremos ante una tercera revolución en el sector. El objetivo más inmediato es acercarnos al consumo de agua justa que necesita un cultivo. La precisión requiere aplicar insumos agrícolas en función de las necesidades específicas de cada lugar, ahorrar en biocidas y fertilizantes, y limitar el agua de riego.

En la jornada, se han manifestado realidades como la exuberancia tecnológica para ahorrar costes, la necesidad de diseñar sistemas de riego para aplicar la misma cantidad de agua y solo la necesaria y una meta: conocer cómo obtener el máximo beneficio sostenible de un recurso crítico. Sensores, evapotranspiración y teledetección son herramientas que coadyuvan a la eficiencia: regar de noche mejora 1,26 toneladas métricas por hectárea y de día la mejor frecuencia es cada tres días en cultivos como el maíz mientras en la alfalfa se da el mismo resultado en cualquier régimen.

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