75 años del Museo Diocesano de Huesca, "muy vivo" y con "mucha escasez de recursos materiales y humanos"

Espléndida mesa redonda para abrir los actos del aniversario abundando en el rico pasado y en la necesidad de que las instituciones se decidan a invertir con determinación

09 de Mayo de 2025
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75 años del Museo Diocesano de Huesca: muy vivo y muy necesitado de recursos

"En su decreto fundacional firmado el 6 de mayo de 1950 por el obispo don Lino Rodrigo, se reflejan muy bien sus objetivos. Hace 75 años, se tenía muy claro cuál tenía que ser el contexto y los fines de este museo, un lugar en el que exponer al público según los modernos métodos museológicos aquellas obras de mérito arqueológico o artístico". Susana Villacampa ha introducido la mesa redonda "El patrimonio y los museos de la Iglesia ante los retos actuales: gestionar, conservar, investigar y comunicar", que ha abierto en el Salón del Tanto Monta los actos del 75 aniversario de la directora del Museo Diocesano de Huesca que dirige. En las conclusiones de la reflexión, que "el museo está muy vivo" y que requiere más recursos materiales y humanos.

Una divulgativa e interesante sucesión de intervenciones con presencia del administrador apostólico, Vicente Jiménez Zamora, con el turno de palabra para José María Nasarre, Rosa Abadía, María Celia Fontana y Roberto Orós para aportar una visión transversal en torno a la conservación y potenciación de los museos y particularmente del Diocesano oscense, que en aquel decreto inicial aludía a otras tres finalidades, el control, la conservación y la acogida a los investigadores. Líneas claras que se mantienen hoy "como es la exposición al público y hacer accesible el patrimonio rico que custodiamos, pero también la conservación del mismo, controlándolo y elaborando catálogos de manera sistemática además de investigarlo, publicarlo, facilitando el acceso a un buen número de investigadores".

José María Nasarre, historiador y director del Museo Diocesano de 2004 a 2023, se ha remontado a 1920 y Ricardo del Arco, que explicaba que el patrimonio histórico religioso debe tener un tratamiento adecuado. Esta gestión se intensificó a partir de 1947 cuando Antonio Durán Gudiol vino como canónigo a Huesca. Había estudiado Bellas Artes y Patrimonio Artístico y, al juntarse con Ricardo del Arco, gestionaron con el obispo don Lino Rodrigo Ruesca "que esto tenía que salir adelante. Y, efectivamente, así sucedió. No en vano, ambos fueron cofundadores con otras personas del Instituto de Estudios Altoaragoneses". Ha indicado que el mundo de la cultura no distingue "entre belleza de arte religioso y belleza de arte profano. Es lo que culturalmente enriquece a la ciudad y tenemos la misión de conservar, divulgar, restaurar y a su vez mantener".

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Ha agregado el profesor y sacerdote que los Museos Diocesanos albergan las piezas de arte religioso "que se realizaron para ser testimonio de fe y, por tanto, para tener un proceso de Evangelización. Por tanto, la gestión de los museos religiosos ha de estar fundamentada en esto". Hoy, hay personas que no tienen conocimiento del "proceso religioso y cristiano, y, sin embargo, a través de las obras de arte que son piezas de arte religioso tienen posibilidad de conocer e implicarse en el conocimiento del mensaje evangélico y la cristianización".

Nasarre ha continuado el recorrido histórico con reconocimiento a Damián Iguacen en su tiempo de administrador apostólico cuando nombró a Antonio Durán director con la sala capitular de la sala de orfebrería dentro de la Catedral. Anteriormente, el interés del obispo Zacarías Martínez y de Estanislao Tricas. Pero el gran empuje fue con la inversión de DGA, Ayuntamiento y Diócesis en el obispado de Javier Osés. Fundamentales fueron, ha agregado, los hermanos Antonio y Joaquín Naval Mas en 1997 con la incorporación de importantes piezas al museo que dirigió el primero. Luego, en 1999, la ampliación con el claustro del Papa Luna y una inversión de 42 millones de pesetas. A continuación, el traslado a la Parroquieta que le aportó otra dimensión. Hitos como el claustro románico en la época de monseñor Jesús Sanz Montes y los 565.000 euros para recuperar el Salón del Tanto Monta. Para el historiador, el último gran avance ha sido la incorporación de donantes particulares y la constitución de la Asociación de Amigos del Museo Diocesano.

INTERVENCIONES MÍNIMAS Y SENSIBLES

Rosa Abadía Abadías, restauradora y conservadora, ha afirmado que en la restauración han influido "muchísimo los errores, el aprendizaje, el desarrollo de la ciencia, el interés de los científicos por este mundo con grandes nombres que desarrollan distintas técnicas. Supone un reciclaje constante y a veces extenuante". En la búsqueda del rigor, hay mucha teoría que se ampara en los avances e intentos de crear un método en parte tangible y en otra intangible. "Ahora se habla más de intervención que de restauración. Se tiende a la mínima intervención, pero la restauración es muy sensible a los acontecimientos sociales porque depende de la economía, del PIB y el porcentaje que el Estado dedica a la cultura, de la valoración de cómo se vayan situando los bienes culturales en la psicología y las necesidades del día, del desarrollo del turismo cultural. Y también es muy sensible a la titularidad, a la propiedad, a la legislación con las figuras de protección".

"Se restaura o se interviene mejor, no sé si más, pero mejor, con más criterio, aprendiendo de errores y aprovechando que grandes pensantes y grandes investigadores, personalidades muy interesantes del mundo del arte que han aportado muchísimo y nos ha enriquecido y nos ha hecho más capaces de intervenir".

Hay, ha agregado, una labor importante de información, formación, conocimiento y difusión, "y orientarse a las tendencias de prevención en la restauración: preservar, conservar y mantener el sentido común porque ahorran millones". Ha abundado en la concepción global para intervenir desde perspectivas multidisciplinares para llegar a la formación, conocimiento de la legislación y asesoramiento por profesionales como físicos, químicos, expertos en espiritualidad... "El arte sacro representa sí una parte natural y otra intangible. Es un patrimonio inmaterial con mil años de espiritualidad, por lo que creo que se va por el buen camino de contemplar estos valores, y hay una necesidad de legar a generaciones futuras este patrimonio que tanta satisfacción proporciona y tanta cultura".

LA INVESTIGACIÓN ICONOGRÁFICA

Celia Fontana, historiadora del Arte que desde hace 30 años ejerce en la universidad en el estado mexicano de Morelos, ha afirmado que "esto es una cuestión de servicio, esto no puede quedar ni siquiera en una revista de investigación, se tiene que divulgar. Esto es generación de conocimiento y luego la difusión. Casi no me he movido en otro ámbito. Tanto aquí como en México mi investigación siempre ha tenido que ver con arquitectura, escultura o pintura religiosa. La mayor parte del patrimonio conservado de épocas pasadas tiene que ver con la Iglesia. Los bienes que ha tenido a su cargo la Iglesia están. Aquí estamos en el Salón del Tanto Monta. ¿Cuántas techumbres de 1478 tenemos en Huesca? ¿Cuáles se conservan? Las que están en manos de la Iglesia".

Mesa redonda en el Salón del Tanto Monta
Mesa redonda en el Salón del Tanto Monta

Indicando de arriba hacia abajo, ha afirmado la doctora Fontana que ella es "iconografía de aquí hasta los pies, medular. Trabajo siempre iconografía y con el método Panofsky, un sabio que desarrolla en 1932 un método con tres fases: preiconográfica, iconográfica e iconológica. El significado más profundo y más auténtico que creo que solamente se puede conseguir en este patrimonio y cualquiera conociendo muy bien las circunstancias históricas, sociales, religiosas, todo el contexto que envuelve a la pieza. Eso es codos, muy sencillo. Lo que tú quieras invertir sine die: horas, días, temporadas, no vacaciones, todo lo que quieras".

Celia Fontana ha enfatizado en la importancia que tiene el conocimiento y la distribución de mensajes adecuados para el turismo. Y ha explicado anécdotas surrealistas que ha vivido con guías turísticos -"quitan la afición"- y sus interpretaciones que transmiten a los visitantes.

EL TURISMO CON POSO CIENTÍFICO

Roberto Orós, gerente de Loarre Turismo Activo y experto en guías, ha explicado que toda la parte científica que han expuesto sus compañeros "es fundamental junto a peso cultural y tradición en cualquier contexto de la actividad turística. Lo bueno que tienen los museos es que suelen ser un contexto vivo, porque generáis exposiciones, nuevas piezas y restauración. Y da pie a que la actividad turística sea recurrente, es decir, que una persona se vea motivada a repetir más y más el mismo espacio".

Ha estimado Orós que "es muy importante que siempre se trabaje de la mano del titular del bien, ¿quién es el dueño de este espacio, qué actividades hace y cómo solapamos de la actividad turística? En muchos casos, hablamos de un museo, pero sabemos que una gran parte del patrimonio cultural corresponde a Iglesias catedrales, castillos, pinacotecas... Pero no sólo tienen actividad turística y es fundamental que haya una simbiosis, una gestión bien coordinada, una divulgación equilibrada, respetuosa con la titularidad del bien, con las actividades y me refiero a los temas de culto, y el cuidado de cómo se hacen esos flujos para que ese bien no sufra. Ahí nos ayuda mucho la tecnología".

Ha defendido la formación, "y es clave la gente que está de cara al público, aunque me defino como entretenedor, porque muchas veces tenemos que bajar al nivel de la gente. No estamos al nivel, yo personalmente, científico de los que comparto mesa, pero tenemos que beber de todos los conocimientos que nos transmitís y saber aderezar una ensalada que guste a todo el mundo. Los guías somos los cocineros que tenemos un montón de ingredientes de mucho valor, y tenemos que hacer que le guste ese servicio poniéndolo en valor a gente que come bollería industrial a veces".

Monseñor Jiménez Zamora en el Salón del Tanto Monta
Monseñor Jiménez Zamora en el Salón del Tanto Monta

"EL MUSEO ESTÁ VIVO, PERO HAY QUE INVERTIR"

Interesante y esclarecedor turno de conclusiones, comenzando por José María Nasarre. "El museo está vivo. Hemos conocido varios pasos, todos positivos. El futuro, naturalmente a través de los oscenses, los visitantes, las diócesis y las instituciones. Las instituciones públicas, si quieren que Huesca tenga arraigo turístico y reclamo turístico, también hay que invertir. No es gastar en patrimonio, es invertir en patrimonio, es invertir en sociedad oscense, lo mismo que cultural, gastronómica..."

Rosa Abadía ha incidido en que hay que apoyar a los historiadores, hay que apoyar los estudios de base, la ciencia, de lo que bebemos todos para ofrecer un producto que tiene unos beneficios en la sociedad imponderables". Ha mentado las nuevas tecnologías y ha recalcado "lo que dice el convenio europeo sobre el valor del patrimonio cultural para la sociedad redactado en 2005 y ratificado por España en 2018, que entiende que el patrimonio es un recurso para el desarrollo humano. Trasciende mucho más que la fruición, el conocimiento, el acto en sí, agradable de ver, cosas bonitas, espirituales, bien realizadas o magistralmente". También la promoción de la diversidad, fomento del diálogo intercultural, necesidades básicas para la sociedad, además de desarrollo económico y sostenible. Y ha aportado los nuevos estudios sobre el reflejo psíquico que produce contemplar arte. "Es una terapia en otros sentidos, aumenta la concentración, reduce el estrés, aumenta la creatividad y la imaginación, favorece la salud mental, mejora el estado de ánimo, favorece la reflexión y la comprensión desde diferentes posturas".

Celia Fontana tiene mucha esperanza en el futuro, "porque también ha habido muy buen pasado. En Huesca ha habido siempre muy buenos historiadores, cronistas en los siglos desde el XVI, muchísimos profesionales muy buenos y lo que más nos motiva es su ejemplo, las aportaciones de los demás. Sigue siendo necesario, por supuesto, porque va avalada por las necesidades de la época. ¿Quién iba a decir hace veinte años los beneficios del arte a nivel psíquico o para el bienestar humano? No era cuantificable ni valorado. Estamos viendo el bienestar a partir de los museos".

Roberto Orós se ha retirado que el turismo ha de retroalimentarse con la ciencia, hace falta cuidar a los investigadores. Desde su experiencia, "es fundamental que haya connivencia entre las instituciones también no sólo para explotar las cosas cortoplacistamente, sino establecer fórmulas en el patrimonio que tengan longevidad, como nos lo han dejado durante siglos un plazo fijo en el rédito social y económica". Y ha esperado que haya un retorno para esa conservación, divulgación... Y ha concluido con una apuesta por el mundo rural con importante patrimonio que hay que poner en valor.

Ha concluido la directora, Susana Villacampa. "Estamos en hombros de gigantes" (en alusión a la máxima de Bernardo de Chartres), historiadores y cronistas de los que bebemos. Ha reconocido que muchas veces "nos hemos sentido como la cenicienta de los museos, porque es local, con una singularidad y una colección muy determinada, estamos al margen de las grandes rutas culturales. De hecho, si tiene un buen número de visitantes, 40.000, muy apreciable, es porque se visita junto a la Catedral". Ha concluido que tienen "presupuestos minimizados, una secular falta de recursos económicos y humanos, pero seguimos manteniendo la ilusión, el orgullo y la satisfacción de ver que hay respuesta. No nos cansamos en seguir siendo agentes imprescindibles para la educación y la conservación del patrimonio y la cultura de nuestra comunidad".

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