La Muestra de Realizadores Oscenses cumple 31 ediciones y perpetúa la virtud de su apuesta que refrenda que Huesca es "tierra de cine", como ha explicado en la presentación en la Diputación Provincial Jesús Bosque, que ha introducido a los representantes de cada una de las proyecciones de este primer martes al que sucederán otros tres para concluir el 25 de noviembre.
El cineasta Jesús Bosque ha desgranado las virtudes de esta muestra que "no tiene carácter competitivo", lo que es un valor porque añade autenticidad a las producciones que crean altoaragoneses que encuentran en la Muestra un "escaparate para tomar el pulso al sector". Bosque ha incidido en que esta iniciativa, detrás del Festival Internacional de Cine de Huesca, es la más antigua de nuestra comunidad autónoma. Ha enfatizado igualmente en la variedad que experimenta, desde la ficción hasta el documental, pasando por la animación, la videodanza y el videoclip. Una apertura que constata que la libertad creativa merece ser apoyada no sólo desde ámbitos institucionales, sino también desde entidades privadas.
Estará configurada por cuatro sesiones de alrededor de setenta minutos, incluidas las presentaciones de los autores de diferentes procedencias, en algunos casos incluso periféricas, así como géneros, temáticas y duraciones.
UN ABANICO INFINITO
La prueba más clara ha sido la sesión inaugural, en la que las seis proyecciones expone temáticas divergentes que, combinadas, conforman un universo sugerente. La primera ha sido de El Bandido Cucaracha de Juan Alonso y Héctor Pisa, del que se ha emitido el tráiler de dos minutos y medio. Héctor Pisa ha recordado que empezaron con un primer videoclip de marionetas "muy chiquitinas" y se les ocurrió emprender "algo más grande y serio, y nos metimos a recopilar la historia del Bandido Cucaracha cuyas historias oía en casa de mi abuela a todas horas".
Así fue como se adentraron hace diez años en el primer largometraje de animación aragonés, en el que invirtieron dos años, involucraron a 150 personas y en el plató permanecieron en torno a ocho o diez. "Fue difícil de arrancar", pero la primera respuesta fue espectacular: "El primer día, con motivo del 90 aniversario del Olimpia, se vendieron más de 700 entradas". En tono hilarante, recuerda que tuvieron mejor acogida que El Renacido de Leonardo DiCaprio. Destinaron 15.000 euros al impulso en el mercado internacional, que estiraron porque "no había dinero, por lo que teníamos que aplicar esfuerzo". Participaron en más de 30 festivales, recibieron siete premios (incluido uno en Los Ángeles) y fueron nominados para un gran evento cinematográfico coreano que constituía todo un logro. Además, recibieron el apoyo de músicos como Roberto Ciria.

Curiosa la historia que ha desvelado Jesús Bosque de Daniel Pardo, autor de I'm not made of Candy (No estoy hecho de caramelo) de Barbería Cravan, que es el canal de Youtube que ha desarrollado después de egresar de la Escuela de Arte de Huesca, montar una peluquería en la confluencia entre el Coso Bajo y la calle Goya de Huesca... y desapareció. Al más estilo de los camiones de comidas, recorrió Europa con una furgoneta de peluquería ambulante.
La experiencia, fascinante, le puso en contacto con Raúl López y Gerard Ruiz, con los que ha compartido la producción. Básicamente, consiste en hacer "de cada corte de pelo una historia, un espectáculo escénico. Entrevistas a personas a las que cortas el pelo, se les suelta la lengua y creas una marca". Nunca un entrevistador, ha afirmado Daniel Pardo, "ha tocado la cabeza y masajeado al entrevistado". Se ha proyectado el primer capítulo de la segunda temporada de Barbería Cravan, en concreto en Haarlem (Países Bajos) donde un cliente ha confiado todas sus confidencias de su pasado deportivo y con las drogas hasta su recuperación.
El tercer proyecto de esta tarde ha sido una ficción... ¡de 1 minuto!. Una última vez de Jesús Calavera, también salido de la Escuela de Arte (que Bosque ha elogiado por sus frutos), es la concentración en un espacio mínimo de una historia articulada y narrada para cerrar un círculo.

Rafa Laviña y César Casanova han presentado Barranc Fondo, en el que han compartido el trabajo cuyo resultado temporal es de 7 minutos con Wer Schrul, actor, guionista y productor, de un perfil similar a sus compañeros. Un proyecto de cuatro años condensado después de moldear una "historia de misterios, mitológica, un viaje psicológico" en el que cada paso que se da en la oscuridad acerca a una verdad perturbadora con una mujer que despierta desorientada y sola, encerrada en un sótano oscuro y húmedo, con la única compañía de la luz de su teléfono en las últimas y el eco de sus gritos. Y la presencia de una familia idílica cuyas vidas están conectadas con la bodega que le mantiene prisionera.
El propio Jesús Bosque, con Lucía Bosque, ha realizado Sarabillo mosicaire, un documental de 28 minutos de contenido etnográfico y que da lugar a pensar "un poquito más allá". Recuerda a un concejal de Zaragoza que en los años cincuenta fue a conocer las fiestas de Valencia, donde vio llevar flores a la virgen. Extrapoló aquel referente y ahora la ofrenda es el alma zaragozana.
Bosque ha afirmado que el documental es una historia de Saravillo donde se recrea un antiguo baile perdido al que se incorporan elementos nuevos. Hay gente que considera que se atenta en su interpretación contra las esencias, pero la recuperación finalmente impregna el pueblo de emotividad.
La última manifestación de esta sesión inicial de la XXXI Muestra de Realizadores Oscenses ha sido El Enquiridión, Epícteto (ca. 55-135 d.C), de Enrique Pérez Ayala. En ausencia del director, ha expresado Nerea, una de las protagonistas de la videodanza, el trabajo artístico con una "narrativa de un ser de otro tiempo que atraviesa a través de la filosofía estoica" las distintas épocas hasta la actual. Desde la danza de un niño que desafía a los mayores con tensión y fuerza hasta la vanguardia, todo unido por pensamientos estoicos que recorren la Edad Media donde han de tomar "decisiones con gestos artísticos y liberadores".