Ana Gracia: "Es importante reconocer lo que todos sufrimos en este país, no solo una parte, y eso nos une"

La actriz de Tamarite interviene en la película "Las cartas perdidas" que se proyecta este lunes en Huesca con la presencia de Paquita Sauquillo

25 de Marzo de 2023
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Ana Gracia.
Ana Gracia.

Las cartas perdidas, de Amparo Climent, constituye un intenso viaje emocional a través de misivas reales que enviaron mujeres represaliadas por el régimen franquista. El objetivo de la directora es dar a conocer sus nombres, para que, en un acto de recuperación, reparación y reconocimiento, queden impresos para siempre en la historia.

La película se proyectará este lunes, en el salón de actos de la Diputación Provincial de Huesca, a partir de las 18:45, en un acto organizado por la Agrupación Local del PSOE, titulado Las mujeres en la Memoria Democrática, en el que intervendrá también la abogada y activista política Paquita Sauquillo.

Ana Gracia (Tamarite, 1959) es una de las grandes actrices que intervienen en el documental, escenificando uno de esos textos, en concreto el de una mujer exiliada en un campo de refugiados francés, que tiene a su hija muy enferma y pide ayuda porque teme que muera.

"Es una carta bastante terrible y dramática, porque hay poca esperanza de que su hija pueda salir adelante -explica la altoaragonesa-. En los campos de refugiados de Francia se dio una situación muy compleja, porque se encontraron con un número muy elevado de personas que no podían atender o no querían. Cuando veo los campos de refugiados actuales no puedo sino acordarme de aquellos.".

Hay cartas que albergan algunas esperanzas, otras menos, pero todas son duras y reflejan cómo vivían estas mujeres. La mayoría estaban solas, con maridos en las cárceles o muertos. "Fueron ellas quienes estuvieron sosteniendo a los hijos, a la familia, y todo en circunstancias muy adversas", observa la actriz.

Ana Gracia explica que la película le recuerda en muchos momentos a cosas que le contaban de pequeña en su casa. Su familia era republicana, un abuelo fue encarcelado, el otro tuvo que marcharse a Francia. Otros miembros también acabaron en prisión. "Mi abuela materna tenía al yerno en la cárcel, al hijo en la cárcel, al marido fuera y se lo quitaron todo. Se quedaron sin nada, con la hija pequeña, intentando levantar la tienda que tenían, y yendo del campo de concentración a la cárcel para llevar algún paquete de comida. Terrible. Esas mujeres fueron las que sostuvieron al país, las que tiraron para adelante".

Le gustó la propuesta cinematográfica porque hablaba de mujeres. "Ahí quedan sus testimonios, algunas vivieron hasta hace pocos años y es importante conservarlos, porque toda esa generación ya casi ha desaparecido", subraya. 

De la mujer que escribió su carta no se sabe nada más. "Yo rodé justo en Portbou, junto al memorial Walter Benjamin (dedicado a los exiliados europeos de los años 1933 a 1945). Para mi fue muy impactante. Yo conocí de niña a dos personas que acabaron una en el campo de Argelès y otra en un campo alemán. Eran familiares y amigos. Uno contaba el frío, el hambre y las palizas que le daban los guardianes. Cuando llegué al lugar me impactó porque había escuchado de primera mano esos testimonios".

Y también le parece muy sorprendente, que no exista un memorial en España sobre la Guerra Civil, sobre nuestra historia. Ante este vacío, todavía considera más importante si cabe la película que se va a emitir este lunes en Huesca y los testimonios que trae hasta nuestro presente. "Si conoces el dolor de las personas, el corazón se abre y empieza a haber más compasión, y eso nos une. Es necesario saber lo que pasaron  y que no han tenido la posibilidad de expresar ese dolor ni de que sea reconocido", reflexiona. 

Recuerda Ana Gracia, que se encontraba en un ensayo con público de una obra de teatro sobre distintos momentos de la historia de España y había una escena dramática en la que su marido anarquista, al que habían herido en una manifestación, se estaba muriendo. La madre de una de las productoras se acercó a ella y le dijo que a su padre le habían matado "los rojos" y que entonces pensó que eran "como el demonio", pero la representación le había perturbado, porque se sentía reflejada. "Yo soy nieta de republicanos y me conmueve mucho que tú sientas el dolor de este personaje, que es también el dolor de los míos -le dijo la actriz- Que tú reconozcas el dolor de los que perdieron, eso nos une y nos hace iguales. Es importante reconocer lo que todos sufrimos en este país, no solo una parte, y es importante que las generaciones jóvenes conozcan esa parte de la historia tan silenciada"..

 

 

 

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