La escritora Angélica Morales acaba de publicar su nueva novela Estás en mis ojos (Editorial Destino), una historia que combina intriga, memoria y pasiones cruzadas. Ambientada entre París y el Pirineo aragonés, la novela narra la investigación del asesinato de una fotógrafa emblemática y explora el poder de la mirada como testigo del pasado.
La autora ha presentado la publicación en Huesca este jueves, en el Salón Azul del Casino Oscense, acompañada por la periodista Esther Puisac en un acto en el que colabora la librería Anónima.
Nacida en Teruel en 1970, Morales es licenciada en Historia Antigua, actriz y profesional del teatro. Desde que inició su carrera literaria en 2006, ha sido una autora premiada. En 2023, su obra La casa de los hilos rotos, ambientada en el universo de la Bauhaus, consolidó su prestigio literario.

Ambientada principalmente en el París de 1985, Estás en mis ojos comienza con el brutal asesinato de Hélène Roger, fotógrafa de renombre y fundadora de la agencia Roger-Viollet. La investigación recae sobre Isabel Santolaria, inspectora de origen español e hija de emigrantes que vive en Hecho, en el Pirineo aragonés. Treinta y cuatro años después, ya retirada, la agencia contacta con ella para escribir las memorias de la víctima.
"Todo lo que hizo se olvida y pasa a ser sólo una mujer asesinada"
“Todo lo que ella hizo a la gente se le olvida y Hélène pasa a ser sólo una mujer asesinada a manos de su marido, una anciana más -observa la escritora-. Me parecía muy triste y a la vez muy potente para empezar una novela”.
La novela transcurre entre París y el Valle de Hecho, escenarios que la autora conoce bien y en los que ha querido dejar una huella personal. "Siempre que puedo meto mi tierra. Esta vez, me lo permitía", comenta.
Isabel Santolaria no solo es investigadora, sino también una escritora frustrada. El encargo de las memorias la obliga a enfrentarse al pasado y a sus propios secretos familiares. La historia de Hélène se reconstruye desde su juventud hasta la decadencia de su relación con Jean Fisher, su esposo y asesino.

"Es una novela de desamor", afirma Morales. Una historia que nace en la pasión por el fotoperiodismo y termina en traición, celos y crimen.
Morales se inspiró en un episodio real: la exposición que Roger-Viollet organizó tras la pandemia para homenajear a su fundadora. Esta noticia detonó la ficción: “Pensé que si le encargaban las memorias a quien investigó el caso, podríamos conocer la historia desde adentro”.
El archivo fotográfico, que milagrosamente sobrevivió a la ocupación nazi, el exilio en Argelia, la experiencia en la Legión Extranjera y las coberturas en conflictos como la revolución cubana, se entrelazan con la historia de Hélène.
Morales destaca una escena clave: “Ahí comienza la violencia de él. La primera vez que se rebela contra ella y aparecen sus celos”.
Los secretos también se esconden en Casa Martina, la vivienda oscense que aparece recurrentemente en la novela. Morales explica que gracias a Mari Carmen Gascón, viuda del poeta Emilio Gastón, descubrió esa casa. “Está llena de obras de arte y objetos antiguos. Me pareció el escenario perfecto”, señala
La autora rinde homenajes discretos a personas reales. La abuela de Isabel fue una “golondrina”, mujeres que emigraban a Francia para trabajar. También menciona a Divina Campo, pionera oscense de la fotografía y amiga de la madre de Isabel, cuya personalidad vitalista y con humor fue inspiración para Hélène.
"Quiero que se recuerde a Hélène como alguien que vivió la vida como quiso"
Incluso el apellido Santolaria es un guiño a una panadería de Huesca. “Voy todos los miércoles a por pan y bollos. Me apetecía que estuviera mi gente”, comenta Morales. “Siempre meto gente que conozco en las novelas, las disfrazo y transformo”, añade.
La gira de presentaciones recorrerá ciudades como Zaragoza, Huesca, Teruel, Logroño, Barbastro, Valladolid y Hecho. En septiembre continuará por Ávila, Burgos y Valencia.

Personajes históricos como Edith Piaf, Picasso o Raúl Castro aparecen en la novela, que Morales define como “muy parisina”. El hilo conductor es la optografía, pseudociencia del siglo XIX que sugería que los ojos de los muertos podían conservar la imagen de su asesino. “Por eso la novela se llama Estás en mis ojos -explica Morales-. Tiene que ver con la última mirada, con la fotografía como archivo emocional, testigo de lo dulce y lo terrible”.
Morales retrata a Hélène con respeto y cariño. “Fue una mujer ambiciosa, carismática e incansable. No era guapa, pero sí intuitiva, despierta e inteligente. Construyó un imperio con su trabajo. Luchó por sacar adelante su agencia en un mundo de hombres, y eso no se le perdonó. Quiero que la recuerden por eso, no como una anciana asesinada, sino como alguien que vivió la vida como quiso. Porque incluso en la oscuridad, hay luz. Esta novela, que comienza y termina con la muerte, está llena de eso: de luz”.