Este sábado, la función teatral comenzó bastante antes de las salutaciones e introducción iniciales de Luis Casáus. Ya en el tiempo de acomodarse los asistentes, sobre el escenario cuajado de pétalos y hojas, en una mesa, un hombre jugaba una partida de ajedrez contra sí mismo. Con lentitud y parsimonia movía alternativamente, ora una pieza blanca, ora una pieza negra, con intervalos de reflexión. En el resto del escenario se disponía un gramófono, un cajón de limpiabotas con calzado a su alrededor, varias mesas y licoreras.
El director del Corral de Comedias de Robres, Luis Casáus, presentó la función: dos relatos breves de Antón Chejov (nacido en 1860 en Taganrog y fallecido en 1904 en Badenweiler, Alemania), el escritor ruso de orígenes humildes que comenzó su carrera literaria a los 18 años en revistas humorísticas, y cuyo talento para la sátira y la observación de la vida cotidiana se evidenció tempranamente.
Chejov introdujo en su escritura la “acción interna”, donde los conflictos se mostraban a través de pequeñas interacciones y diálogos, dejando que las emociones se percibieran más que se explicaran, en un entorno provinciano, monótono y plagado de soledad y desesperanza. Aun así, los momentos de comicidad estaban presentes.
La compañía Entrecajas Fusión Teatro escenificó los dos relatos que no dejaron indiferente a nadie. En el primero, El veraneante, Iván Ivanovich (un nombre estereotípico en la literatura rusa) se presentó en casa de un amigo y pidió prestada su pistola por veinticuatro horas con finalidad autolítica. Consensos y disensos, hartazgo del discurrir de la vida y diálogos afilados en una atmósfera etílica, donde el alcohol y su neblina favorecían la exaltación de los sentimientos primarios, dominaron la escena.
El segundo relato, El oso, narró la historia de una mujer endeudada que recibió la forzada visita de un deudor que quería cobrar un préstamo hecho al marido fallecido. La urgencia de tal cobro, la dilación en el pago de la viuda y la terquedad de ambas partes elevaron el tono hostil hasta bosquejar un duelo, tras el cual sorprendió un desenlace inesperado.
El elenco de esta función teatral estuvo compuesto por Elisa Sainz, Agustín Camino y Miguel Simón. La compañía cántabra Entrecajas Fusión Teatro cuenta con un amplio currículo escénico y numerosos reconocimientos tanto grupales como personales.
Y, como ya era tradición en este Corral de Comedias de Robres, al finalizar la función, la actriz Elisa Sainz comentó al director Luis Casáus que recomendaba a todos los que se dedican al mundo del teatro que no lo pensaran y que, si eran invitados al Corral de Comedias de Robres, aceptaran con la certeza del buen trato que tanto la dirección como el público les dispensaría.