La asociación recreacionista oscense "Primera Línea" rememora la batalla del Ebro en Fayón

Fiesta de interés turístico de Aragón, es uno de los eventos culturales más importantes en torno a la Guerra Civil y la única recreación de España con medios terrestres, acuáticos y aéreos

Carlos Neofato
28 de Julio de 2024
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La asociación Primera Línea recreando la batalla del Ebro en Fayón. Foto Carlos Neofato
La asociación Primera Línea recreando la batalla del Ebro en Fayón. Foto Carlos Neofato

Alrededor de una docena de recreadores oscenses ha acudido, este fin de semana, a Fayón para, junto a otras organizaciones similares, recrear una de las escaramuzas ocurridas dentro del contexto de la batalla del Ebro. Si bien a lo largo de todo el fin de semana se han sucedido actividades, el grueso de las mismas se concentró el sábado 27.

Todo empezaba a las 10 de la mañana, momento en el que daban comienzo los diferentes pases por los dioramas preparados. Nota importante en este punto: en el argot recreacionista, la palabra diorama adquiere un significado nuevo. Es una especie de obra teatral corta que da la palabra a personas actuantes y que es presentada por un narrador ajeno a la acción. La ejecución de diversos dioramas da lugar a un tiempo y lugar escénico más grande por el que es conducido el público.

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Esta adición de eventos, a lo que ha sido fundamentalmente un espectáculo de pura acción con efectos pirotécnicos y espectacularidad cinematográfica, ha contribuido a divulgar "in situ" aspectos tales como la vida cotidiana en trincheras, problemáticas entre combatientes del mismo bando, sanidad militar, elemento civil con muy amplia representación de mujeres, escuelas, etc.

En esta ocasión, además de la visita a diferentes campamentos de diversos cuerpos militares, se ha tenido un recuerdo muy especial al hecho de la emisión de papel moneda por distintos estamentos políticos o sindicales, así como a las disensiones ocurridas entre elementos que no podían aceptar el pago de los productos con los que comerciaban con unas "estampitas". Esto generaba conflictos con las mujeres que acudían a la compra y protestaban ante las entidades emisoras.

También hemos asistido a una concentración de falangistas donde, tras el ampuloso y grandilocuente mensaje oratorio, hemos comprobado las diferencias existentes entre corrientes de Falange que, en su momento, terminaron en purgas e, incluso, el fusilamiento de algún reconocido líder falangista a manos de sus propios camaradas.

Como novedad, hemos conocido a los hombres encargados de hacer funcionar los vehículos del campo de batalla. En esta ocasión, rodarán los caminos de piedra y polvo un blindado BA-6 de origen ruso, un camión Ford y una ambulancia Chevrolet original que fue utilizada en la misma batalla del Ebro.

Lo que se lamentará en esta ocasión es la ausencia del hospital militar que en otras ediciones se ha visto. Con camilleros, personal médico y de enfermería, con abundante material de la época (incluso con una maquilladora que recrea el aspecto de heridas con un realismo inquietante...), y con explicaciones reposadas y didácticamente calculadas, encandilaba a público de todas las edades. El único consuelo es que esta gente recrea todo lo que puede y no será difícil encontrarlos prontamente en cualquier otro evento de este carácter.

Terminados los pases matinales, es el momento de descanso. Algunas personas se encaminan al Museo de Fayón, impresionante espacio expositivo donde es muy fácil encontrar a alguien dispuesto a ilustrarte sobre tal o cual arma, el funcionamiento de una pieza artillera o cualquier otro aspecto de la jornada de hoy. Otras personas optan por el frescor de la piscina municipal o, incluso, una siesta fugaz esperando el momento de asistir a la recreación del combate por la tarde, cuando las temperaturas permitirán un respiro al personal.

Sobre las 17:00 comenzará la reunión técnica de entidades actuantes para definir el plan de batalla, la guionización de ataques y contraataques y la seguridad del evento tanto para recreadores como para el público. En este punto, es de justicia alabar el trabajo desarrollado por bomberos, protección civil, pirotécnicos y guardia civil que, junto a organizadores, consiguen aminorar cualquier incidencia que pueda producirse.

A la hora de comenzar el último acto, se embarcan soldados y sanitarios en unas lanchas de precarios remos y equilibrio mejorable para cruzar el río. En el viaje a la orilla opuesta son remolcados, escoltados y vigilados por una pequeña flotilla presta a intervenir ante cualquier contingencia. Y, una vez allí, toca remar.

El público está ya acomodado en su atalaya, donde un locutor va relatando lo que se sucede en el campo de batalla. El desembarco se produce bajo constante fuego de mortero y fusilería. Las tropas republicanas establecen una cabeza de playa (fluvial, pero playa) esperando la llegada del blindado que les permitirá un primer ataque para que puedan acceder a posiciones en trincheras cercanas.

Es en ese momento donde se producirá un ataque aéreo con acercamientos desde diferentes puntos y con exhibición acrobática incluida. Ametrallamiento de tropas, lanzamiento de bombas... Un espectacular trabajo de pirotecnia. Tras algo más de treinta minutos, la batalla llega a su fin. En esta ocasión, y en este sector concreto, con la rendición de las tropas sublevadas.

El evento finaliza con una formación de honor de todas las asociaciones participantes y el deseo ampliamente exteriorizado de volver a reunirnos el año entrante. O antes, si alguna ocasión lo requiere.

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