El Salón Azul del Casino de Huesca ha acogido la presentación del libro dedicado a Venancio Sarría Simón (Editorial Pregunta), una obra en la que José María Azpíroz ha reconstruido la trayectoria de uno de los referentes del republicanismo zaragozano. En la apertura del acto, José Domingo Dueñas ha trazado un retrato preciso del historiador, a quien ha situado como figura clave para comprender la historiografía reciente del Alto Aragón. Ha recordado que Azpíroz, además de ser un estudioso reconocido, forma parte de la microhistoria oscense por su voz cívica y por su huella docente en el Instituto Ramón y Cajal.
Dueñas, ante un auditorio que llenaba la sala, ha evocado aquella etapa formativa en la que Azpiroz dejó marcada a toda una generación de estudiantes, al considerarlo un profesor inquieto, reivindicativo y atento a las necesidades del alumnado. También ha destacado su preocupación constante por la calidad educativa y su participación activa en un claustro que vivió movilizaciones y debates decisivos para la ciudad. El autor ejerció además como profesor asociado en la universidad, donde mantuvo esa misma mirada rigurosa y comprometida.
El recorrido por su trayectoria investigadora ha sido igualmente detallado. Dueñas ha recordado que Azpiroz inició su actividad con un estudio decisivo sobre la sublevación de Jaca, elaborado junto a Fernando Elboj coincidiendo con el cincuentenario del alzamiento de Galán y García Hernández, un trabajo apoyado en testimonios directos que lo convirtió en referencia temprana sobre aquel episodio.
Poco después, el autor emprendió su tesis doctoral sobre la Segunda República en el Alto Aragón, dirigida por Julián Casanova y publicada por el Ayuntamiento de Huesca con el título Poder político y conflictividad social en Huesca durante la Segunda República, una investigación pionera que abrió nuevas vías de estudio.
En los años siguientes, Azpiroz profundizó en el análisis de la Guerra Civil en el Alto Aragón con obras consideradas fundamentales. Entre ellas ha destacado La Voz del Olvido, centrada en Huesca y La Hoya, y el estudio sobre Barbastro y el Somontano, Del espejismo de la revolución a la venganza de la victoria, fruto de siete años y medio de trabajo entre la documentación y la redacción. De esta trayectoria, Dueñas ha concluido que el autor encarna al historiador clásico: minucioso, valiente ante los temas espinosos y atento a los asuntos de verdadera trascendencia social.
En ese contexto ha encajado la presentación del volumen biográfico dedicado a Venancio Sarría, que el profesor ha calificado como una investigación exhaustiva pero más amable en su enfoque. Ha considerado que, tras trabajos tan densos, esta obra ha supuesto un respiro para Azpíroz, quien “ha elegido a Venancio Sarría Simón, un personaje poco recordado pero muy atractivo, ejemplar en muchos aspectos, uno de esos seres que permiten reconciliarse con la humanidad”.
Dueñas ha añadido que indagar en la vida de Ignacio Sarría y sus contemporáneos ha sido especialmente gratificante y que, en ese recorrido, emergen también figuras familiares como Sergio Sarría, nieto del biografiado e hijo de Miguel Ángel Sarría, conocido médico oscense implicado desde hace años en la recuperación de la memoria de sus abuelos, Venancio y Pilar.
Ha comentado, además, que la aportación de Sergio Sarría ha enriquecido el volumen con testimonios valiosos y ha subrayado que, aun existiendo trabajos previos sobre Venancio, esta biografía se ha recibido en la familia como una forma de reparación ligada al legado republicano.
El propio Sergio Sarría ha destacado el esfuerzo de Azpiroz para rescatar documentos dispersos. Ha explicado que llevaba tiempo reuniendo materiales sobre la historia familiar y que la invitación a redactar el prólogo “ha actuado como impulso definitivo para ordenar esa memoria acumulada”.
El nieto ha recordado que el volumen recupera también las trayectorias de Casimiro Sarría, Alfonso Sarría, Alicia Sarría y Miguel Ángel Sarría, y ha señalado que el apellido “ha marcado durante décadas la vida de varias generaciones en Zaragoza”, lo que convierte esta publicación en un gesto especialmente significativo para quienes vivieron ese peso social. La aparición del libro se ha vivido en su entorno "como una celebración” y la edición se ha convertido en una forma de reconocimiento que devuelve voz a quienes durante años quedaron relegados al silencio.
Dueñas ha profundizado en la lectura emocional del prólogo y ha planteado que Sergio aborda la historia familiar desde su experiencia como psiquiatra, interpretándolo como un tránsito terapéutico tras décadas afectadas por el silencio impuesto y el miedo derivado de la represión franquista. En su respuesta, Sergio ha explicado que en su casa existía “un depósito emocional no verbalizado”, consecuencia directa de esa represión, y que nadie en la familia, ni en la segunda ni en la tercera generación, había asumido antes la responsabilidad de afrontarlo. Ha considerado necesario “ocuparse de esa carga heredada para sanar heridas abiertas”.
Ha resaltado que el libro recupera la memoria de Venancio, de Pilar y del resto del linaje, y ha insistido en que el apellido Sarría estuvo marcado durante medio siglo por un estigma social. También ha compartido dos conceptos fundamentales: el de víctima y el de memoria. Ha explicado que sus abuelos cuestionaban el valor atribuido al término víctima y defendían que lo relevante era el carácter transgresor que ambos ejercieron en un contexto político marcado por la alianza entre la monarquía y otras estructuras de poder. Sobre la memoria, ha dicho que no puede ser estática, sino que debe proyectarse hacia el futuro para entender el presente.
LAS CLAVES
En el análisis histórico del libro, José María Azpíroz ha expuesto las claves que permiten comprender la densidad humana, política y cultural que rodeó a Venancio Sarría. Ha definido su investigación como una biografía coral, que ilumina un conjunto de figuras unidas por el ideal republicano.
El autor ha recordado que todos los protagonistas compartían el declive de la monarquía de Alfonso XIII, la expectativa de un cambio inmediato y la influencia del costismo y el republicanismo federalista, marcados además por la fuerza de una generación nacida a finales del siglo XIX.
Azpíroz ha descrito tres círculos esenciales en torno a Sarría. El primero, el grupo de Talión, formado por autores como Ramón Acín, Felipe Alaiz, Ángel Samblancat y Joaquín Maurín, ligados a la revista homónima y, posteriormente, al periódico El Ideal de Aragón, fundado y dirigido en parte por el propio Sarría.
Un segundo grupo lo constituían los correligionarios aragoneses, entre ellos Miguel José Alcrudo, Mariano Joven, María Domínguez y Pilar Ginés, protagonistas de proyectos de renovación social y cultural.
El tercer círculo reunía a los aliados externos a Aragón, como el jurista y parlamentario Eduardo Barriobero, el político Eduardo Ortega y Gasset, el periodista José Nakens y el escritor Julio Senador Gómez, cuyas aportaciones, amistades y coincidencias políticas marcaron de forma decisiva el ideario de Sarría.
El escritor ha descrito a Venancio como un corredor de seguros que descuidó su profesión para dedicarse al activismo político, a la escritura y a la movilización. Llegó a contabilizar setecientos mítines en Zaragoza y su provincia, y su coherencia ideológica se mantuvo intacta pese a transitar por varias siglas republicanas.
Ha repasado su trayectoria institucional, desde su elección como diputado provincial en 1919 hasta su papel en la Confederación Hidrográfica del Ebro, donde fue nombrado por Manuel Azaña y Casares Quiroga. Ha explicado que Sarría intentó regenerar una institución marcada por la corrupción, promoviendo un estado de cuentas que nunca antes se había presentado ante la Junta Rectora ni ante el Tribunal de Cuentas.
Al adentrarse en los episodios finales, Azpiroz ha recordado que Sarría fue detenido tras el golpe del 18 de julio y trasladado al Fuerte de San Cristóbal, en Navarra, donde permaneció varios meses antes de ser ejecutado. Ha explicado que las cartas enviadas desde la celda 90, conservadas por la familia, revelan ternura, preocupación por los suyos y un profundo compromiso humano en un contexto extremo.
La presentación ha reservado también un espacio para Pilar Ginés, a quien Azpiroz ha definido como una mujer de enorme fortaleza, escritora, pionera del feminismo socialista aragonés y sostén de la familia durante la posguerra. Ha recordado que soportó amenazas, procesos judiciales y presiones económicas destinadas a arruinar a los Sarría. Aun así, ha mantenido una vida activa y comprometida.
En este punto, Sergio Sarría ha añadido recuerdos personales de su abuela y ha destacado la dignidad y la entereza con la que afrontó una historia marcada por la violencia política. Ha recordado que convivió con ella hasta 1975 y que su silencio, su firmeza y su forma de entender la palabra escrita han dejado una marca profunda en varias generaciones de la familia.