En el marco de la Feria del Libro de Huesca 2025, se han presentado dos obras interconectadas que abordan la represión franquista desde una perspectiva de género y social: “Bajo sospecha”, coordinado por Ana Asión y Sergio Calvo, y “Las mil caras de la violencia contra las mujeres”, bajo la coordinación de María de los Llanos Pérez y Damián A. González Madrid. Ambas publicaciones han constituido una aportación relevante a la historiografía reciente, al combinar el rigor académico con un enfoque comprometido con la memoria y la pedagogía feminista.
La presentación de ambos títulos ha estado organizada por el Colectivo de Mujeres Feministas de Huesca. La profesora Charo Ochoa ha sido la encargada de introducir las obras, destacando el trabajo conjunto de Irene Abad y Sescún Marías, autoras de uno de los capítulos clave de "Bajo sospecha", y ha subrayado la vocación divulgativa y docente del texto.
Ha recordado que la publicación surgió a partir de un curso celebrado en marzo de 2024 en la Institución Fernando el Católico, en Zaragoza, que se ha revelado como un espacio fértil para el pensamiento crítico y la investigación colaborativa. El objetivo del curso, y posteriormente del libro, ha sido abrir espacios de reflexión en torno a la represión franquista, con especial atención a la represión sexual y al papel de las mujeres.
Ana Asión, codirectora del volumen junto a Sergio Calvo, ha explicado que el libro recoge un amplio abanico de perspectivas: desde la represión al movimiento obrero y estudiantil, hasta la censura cinematográfica, sin olvidar las múltiples formas de violencia ejercidas contra las mujeres.
Ha señalado que el régimen franquista no solo ha ejercido violencia de alta visibilidad, sino también una violencia de baja intensidad, más silenciosa pero igualmente eficaz para someter y controlar a la población. La publicación ha prestado atención especial a este tipo de represión y ha destacado el papel del diálogo como metodología de trabajo para generar conocimiento.
Asión también ha mencionado a otros autores que han participado en el libro, como Carlos Forcadell, que ha escrito el prólogo, así como Nico Sesma, Christian Ferrer, Pablo Alcántara, Alberto Carrillo Linares y Juan Antonio Ríos Catalán. Ella misma ha contribuido con un capítulo sobre la censura cinematográfica.
Irene Abad, por su parte, ha afirmado que hablar de historia es básico, porque permite comprender muchas de las cosas que siguen ocurriendo en la actualidad. Ha subrayado la importancia de entender las herencias de una represión prolongada, filtrada e interiorizada, y ha agradecido al colectivo feminista, así como a Ana Asión y Sergio Calvo, por haber contado con ellas en este proyecto.
También ha puesto en valor su tándem con Sescún Marías, con quien ha compartido investigaciones y una metodología basada en el diálogo como herramienta para analizar la represión sexual en todas sus dimensiones: semántica, tipológica y simbólica.

Abad ha recordado cómo, en su trayectoria investigadora, ella y Marías han abordado dos caras de una misma moneda: por un lado, la represión estructural, sólida y planificada que sustentó el franquismo, y por otro, los mecanismos individuales y sociales de control, donde la Sección Femenina funcionaba como un instrumento rentable del régimen. Ha defendido que comprender estas estructuras ha permitido ver cómo el franquismo ha mantenido a la sociedad, especialmente a las mujeres, bajo el paraguas de la sospecha.
Sescún Marías ha complementado la intervención de Abad señalando que el objetivo de su trabajo ha sido sembrar la semilla de la inquietud, para que quien se acerque al libro lo hojee, lo consulte y, si le interesa, lo adquiera.
Según ha detallado, la publicación se aleja del relato histórico hegemónico centrado en lo militar y la gran política, para enfocar experiencias de gente corriente (o no tan corriente) y en otros tipos de violencia. Ha preferido utilizar el término violencia en lugar de represión, por su carácter más amplio, y ha reflexionado en torno al concepto de “violencia de baja intensidad”, cuestionando su nombre, ya que, como ha dicho, “cuando el miedo te paraliza, lo de baja intensidad es muy cuestionable”.
Marías ha recordado que su capítulo partió de un momento de indignación compartido con Irene Abad, cuando en 2024 se cerró la cuenta de la periodista Cristina Fallarás, justo cuando ellas trabajaban en su texto sobre la violencia contra las mujeres durante el franquismo.
Esta situación contemporánea fue el punto de partida del capítulo, en el que han relacionado la censura actual con las formas históricas de silenciamiento, como las cartas al Consultorio de Elena Francis, que servían de canal de expresión, aunque fueran gestionadas por hombres, entre ellos un psicólogo y un cura.
LAS MIL CARAS DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
Tras esta primera presentación, se ha introducido el segundo libro, “Las mil caras de la violencia contra las mujeres”, que Charo Ochoa ha descrito como un “hijo” de “Bajo sospecha”, por su conexión temática y temporal.
Irene Abad ha relatado cómo este segundo proyecto nació de otra experiencia formativa similar, celebrada en Albacete el curso anterior, en la que ella participó con una ponencia sobre la categoría mujer de preso. Esta figura, ha explicado, permite entender cómo el régimen ha usado la represión no solo como castigo, sino como forma de construir modelos de movilización política.
Abad ha explicado que ambos libros han salido prácticamente al mismo tiempo, con apenas una semana de diferencia, lo que ha llevado a reflexionar sobre la necesidad y urgencia de abordar la represión desde una perspectiva de género.
Ha afirmado que durante mucho tiempo la historia de las mujeres ha sido una cuestión investigada casi exclusivamente por ellas mismas, con algunas excepciones como Ricard Vinyes. Sin embargo, ha sido gracias a su trabajo sostenido que se ha logrado superar la invisibilidad, dar voz a las olvidadas y, más recientemente, situarlas como sujetos activos de la historia.
En su intervención, Abad ha señalado que ha llegado el momento de avanzar hacia una tercera etapa: entender el género como un constructor de relaciones de poder que permite explicar procesos históricos concretos.
Su capítulo en este segundo libro, al igual que el anterior, ha tenido también una dimensión didáctica, con el objetivo de romper con el discurso hegemónico sin eliminarlo, pero enriqueciéndolo con otras voces. Ha remarcado que estudiar la figura de la mujer de preso es útil para comprender la historia del franquismo y la sociedad española desde 1936 hasta la aprobación de la Ley de Amnistía en 1977.
Finalmente, ha enlazado este trabajo con un proyecto en marcha junto a Sescún Marías, centrado en seguir visibilizando las alteridades y la necesidad de contar lo que ha sido silenciado, una tarea urgente y necesaria no solo para la memoria histórica, sino para comprender nuestro presente.