Batalla de saxos en Kansas City

09 de Octubre de 2022
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Batalla de saxos en Kansas City

La película Kansas City de Robert Altmann (1996) se inspira en los años 30, una época en la que la capital del estado de Kansas estaba dominada por la mafia y vivía al ritmo de orquestas como la de Count Basie (1904-1984). En ese caldo de cultivo brillaba especialmente el saxo de Lester Young (1909-1959) y dio sus primeros pasos Charlie Parker (1920-1955).

El corte de la película que hemos seleccionado refleja el ambiente del famoso Hey Hey Club en el que va a sonar el tema Yeah, Man de los compositores Russell Robinson y Noble Sissle. Robert Altmann eligió a auténticos músicos para la película y en la escena se dejan ver Nicholas Payton (trompeta), Russell Malone (guitarra), Ron Carter (contrabajo), Victor Lewis (batería) y, sobre todo, los tenoristas que se enfrentan en una tradicional batalla de saxos: Craig Handy -remedando a Coleman Hawkins- y Joshua Redman, tocado con el sombrero que usaba habitualmente Lester Young, un Pork Pie Hat como decía Charles Mingus.

Al margen de esta película, la cantante Billie Holiday (1915-1959), que trabajó a menudo con Lester Young, recuerda una de esas batallas en el capítulo 4 de sus memorias Lady Sings the Blues:

 Esa noche Bennie Carter estaba improvisando con Bobby Henderson, mi acompañante. Y allí estaba Lester con su viejo saxofón, remendado con cinta adhesiva y bandas elásticas. Chu se encontraba presente y todos empezaron a discutir quién superaba a quién, tratando de provocar una competición entre Lester Young y Chu Berry.

 Bennie Carter sabía que Lester era capaz de descollar en el duelo, pero para todos los demás el resultado estaba cantado: Chu lo aplastaría. Chu tenía un saxo enorme y hermoso, que resplandecía como el oro, pero (…) cometió el mismo error que más tarde cometería Sarah Vaughan conmigo. Chu sugirió que tocaran I Got Rhythm, así como Sarah sugirió I Cried for You. ¡Cualquiera menos esa! I Cried for you era mi mejor caballo de batalla, así como I Got Rhythm era el de Lester.

 Tocó como mínimo quince estribillos, todos distintos, cada uno más bonito que el anterior. Después del decimoquinto, Chu Berry estaba liquidado, tal como Sarah después de mi octavo estribillo de I Cried for you.

 Los de la pandilla de Chu eran incondicionales y no terminaban de creérselo. Lo único que pudieron decir para consolarse fue que Chu tenía un timbre más amplio. Nunca sabré qué cuernos significa eso.

 ¡Feliz domingo de jazz!

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