El profesor Jesús Inglada Atarés y el profesor emérito chileno Claudio Boltzmann, de la Universidad de Ginebra; premio Internacional Cooperación y Valores Democráticos, memoria y derechos, historia y ciudadanía como proclama en las dos dualidades fundamentales, han mantenido un diálogo dentro del II Foro Internacional Democracia y Totalitarismo cuya segunda parte ha comenzado este miércoles. Boltzmann ha recibido el Premio Internacional Presidente Raúl Alfonsín a los Derechos Humanos instituido por el Instituto para el Conocimiento del Holocausto y los Totalitarismos.
Pedro Lafuente, estudiante que ha disfrutado de la última edición de Conocer el Holocausto, ha presentado, con su aspecto juvenil de pantalón corto, este acontecimiento de pensamiento crítico y acción democrática, agradecido como sus compañeros por la oportunidad de abrir la luz en la oscuridad de los tiempos críticos de la destrucción.
Lorena Orduna, alcaldesa de Huesca, ha destacado la virtud precisamente del pensamiento crítico y el diálogo desde el conocimiento histórico hacia la democracia. Ha denunciado la manipulación "a veces con la excusa de la memoria". Ha criticado los discursos de odio y agregado que "la democracia nunca está garantizada, sino en riesgo", por lo que ha aludido a la responsabilidad, la dignidad y el compromiso directo frente al totalitarismo. "La libertad es clave de la sociedad y fundamento de la dignidad de todos nosotros". Un objetivo compartido: "La búsqueda honesta de la verdad". Y una proclamación: "La democracia no se hereda, se defiende".
Jesús Inglada ha definido a su interlocutor como la persona más apropiada para exponer el beneficio que reciben las universidades con los emigrantes que buscan adquirir el conocimiento. El profesor Boltzmann ha valorado el papel del IECHT y ha explicado que todos los "libertadores" de Sudamérica tuvieron a sus hijos en universidades europeas, donde adquirieron la ilustración y las inquietudes para su trayectoria.
El profesor Inglada Atarés ha recordado a Ferrer Benimelli y a su través al Conde de Aranda en el sentido de que la colonización fue dejada de la mano de Dios y que se debería haber creado una especie de Commonwealth española. Boltzmann estimaba que "hubiera sido realmente lo ideal, una perspectiva que hubiera beneficiado a España y los países latinoamericanos". Sin embargo, "a veces se piensa a corto plazo y con intereses muy inmediatos e impide ver el desarrollo de políticas más favorables".
Boltzmann ha agregado que los próceres o libertadores de América, como Simón Bolívar, pensaban que la democracia no era tan imporante para los países del mundo y no hicieron un esfuerzo suficiente para establecer instituciones democráticos con equilibrio de poderes o una mejor distribución de la riqueza. Eso llegó en forma de caudillismo. "Hubo condiciones particulares que llevaron a los dictadores a sus comportamientos como la guerra fría. Los países latinoamericanos, entre guerras, no podían acceder al producto manufacturado de Europa u otras partes del mundo. Desarrollaron una industria nacional para satisfacer sus necesidades. Tras la II Guerra Mundial, Europa o Estados Unidos buscaban tener acceso a nuevos mercados y el modelo cambió. Para Estados Unidos, Latinoamérica era su cuarto trastero".
El profesor ha recorrido las evoluciones de Argentina, Brasil o Chile. Jesús Inglada ha recordado la complicación del panorama sudamericana y el espaldarazo para la dictadura de Videla con el Mundial del Fútbol. Ha remembrado la presencia de Ricardo Alfonsín, hijo de Raúl Alfonsín, quien llevó a los tribunales a la dictadura militar. El emérito de la universidad suiza ha reconocido el papel del deporte para estos regímenes.
Sobre Chile, ha afirmado que había construido un sistema institucional relativamente estable, con partidos políticos similares a los de Europa. "Funcionaba relativamente y el proceso de unidad popular de Salvador Allende planteaba una transición democrática por las urnas. No fue del gusto de una parte de la población chilena que tenía sus intereses, ni tampoco de Estados Unidos. Hubo dos golpes de estado que no tuvieron éxito, pero intentaron desestabilizar al régimen". Allende pensaba un plebiscito al día siguiente del golpe de Estado, pero decidieron que lo mejor era el golpe de estado "de una violencia inaudita. Lo primero que hicieron fue bombardear el Palacio de la Moneda, símbolo de las instituciones. Allende tenía mucha confianza a Pinochet, le había nombrado comandante en jefe" pero el general le había traicionado.
"Fue una represión inaudita que no se había conocido en la historia del país. Los militares salieron a la calle y cualquier persona sospechosa por su experiencia o por ser simpatizante de la izquierda y sindicalista podía ser arrestado, fueron llevados a campos de concentración". Hubo diez mil desaparecidos. "Desde el principio, la violencia del golpe de Estado dio paso a una situación paradójica a nivel de relaciones internacionales. Muchos países estuvieron atentos", porque también había inmigrandes de países con represión. "Tuvieron que salir de ahí porque no podían permanecer mucho tiempo en esas condiciones".
Claudio Boltzmann salió de Chile cuatro meses después del golpe y antes de llegar a Suiza pasó por Francia, según ha relatado cuando se ha referido a la riesgosa existencia en los primeros tiempos de Pinochet.
El profesor Inglada se ha referido a la deriva autoritaria con Somoza primero, Chavez y Madura o Cuba. "Hay una falta de tradición democrática en países como Nicaragua o Cuba. El caso de Venezuela sí han tenido en algunos momentos. Y ahora El Salvador con Bukele, otro tipo de totalitarismo". Se suma, ha agregado, el narcotráfico y ahora de las redes sociales, "en las que se considera un enemigo a quien piensa distinto a uno. Eso lleva a agredirlo porque se le puede tratar de manera inhumana. Hannah Arendt muestra la importancia de la educación esencial basada en el respeto".
Sin estados, no hay derechos de la ciudadanía, ha agregado Inglada Atarés, para confluir tanto en las tendencias de determinados países como de las redes sociales, con una "excesiva polarización" frente al consenso y el respeto a las instituciones. "Volvemos a buscar un chivo expiatorio como en los treinta fueron los judíos, y ahora se hace en los emigrantes, a los que necesitamos por un envejecimiento tremendo".
A este respecto, ha replicado Boltzmann nuevamente apelando a la filosofía de Hannah Arendt. Ha afirmado que la ciudadanía tiene tres misiones. "Primera, reconocer la pertenencia de todos los que viven en el territorio al colectivo ciudadano. No se puede considerar que son inhumanos y hay que sacarlos". La segunda es "el derecho a la participación, a dar su opinión y a influenciar el futuro común donde vivimos, por lo que hay que ser elemento perteneciente". Y tercero "es el derecho a tener derechos, para exigir en la sociedad hay que tener derechos. Derecho a vivir en familia, desplazarse libremente, vivir en un país, los derechos más básicos. Justamente lo que estamos viviendo en Estados Unidos desde la llegada de Trump es que todo inmigrante puede ser una persona peligrosa". Ha agregado el problema de los "sin Estado, que no son considerados seres humanos, para ser considerado ser humano debe tener Estado. Es una no persona que puede ser eliminada o en el mejor de los casos olvidada".
Ha alertado de que el derecho de asilo "ha ido vaciándose incluso en la consideración de las personas", con un fenómeno posterior que es el de los refugiados que se extiende a "cualquier persona de cualquier país del mundo. Ahora se les ve como "una amenaza", con un punto de inflexión en el 11S de 2001.
Ha continuado advirtiendo que países importantes del Consejo de Seguridad de la ONU debieran defender el derecho internacional pero no respetan instituciones que ellos crearon después de la II Guerra Mundial. "Hoy en día ya es sólo papel y eso genera angustias que lleva a plantearse nuevas maneras de encontrar su lugar en el mundo". Aplica esta consideración a Gaza. "Si los países se hacen la guerra entre ellos deben respetar un mínimo de condiciones para que las personas civiles puedan escapar de la violencia. Y tanto Hamas como Israel lo vulneran, y eso es una tragedia por la muerte de mujeres y ancianos sin ninguna razón. Es muy preocupante".
Ha concluido nuevamente el alumno Pedro Lafuente, a quien Inglada ha definido como un estudiante "modélico" y comprometido que ha participado activamente en el proceso de Conocer el Holocausto, para dar paso al turno de preguntas.
Sobre el caso llevado por el juez Garzón sobre la dictadura de Pinochet, "cambió la situación política chilena y fue la oportunidad de crear una transición y descabezar a figuras claves en la dictadura. El papel de Garzón fue muy importante simbólicamente" sobre todo para los exiliados.