Carmelo Romero analiza en un libro "Las elecciones que acabaron con la monarquía"

Acompañado de Carmen Frías y José María Adé, desgranó en Huesca los principales pasajes

Carlos Neofato
25 de Mayo de 2023
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Presentación del libro de Carmelo Romero "Las elecciones que acabaron con la monarquía". Foto Carlos Neofato
Presentación del libro de Carmelo Romero "Las elecciones que acabaron con la monarquía". Foto Carlos Neofato

Mientras se van acomodando las personas que acuden a esta mesa - debate centrada en el tema de las elecciones municipales de 1931, objeto del libro Las elecciones que acabaron con la monarquía, que se presentó este martes, los tres protagonistas del evento, el autor, Carmelo Romero, y dos colegas en el tema de la docencia de la historia, Carmen Frías y José Mª Adé, se fotografían con una pequeña parte de los asistentes y apuran, en animada charla, los últimos instantes previos al comienzo del acto. No es una conferencia al uso y adoptará el formato de debate a tres que, con las aportacionesde buena parte del público, derivará en una conversación que atrapa.

Como todo debe comenzar por alguna parte, es José María quien abre el fuego presentando a las dos personas que le acompañan, exponiendo sus largos méritos académicos y agradeciendo su presencia. Continúa, centrado ya en la obra que se presenta, elogiándola como un trabajo muy equilibrado, pormenorizado y con un evidente sentido del humor. Tilda la obra como, casi, un acta notarial por su exactitud y rigor, y meciona al políglota Pablo Simón, prologuista del libro, que también destaca el rigor y solvencia que destila.

Comienza Carmen Frías su primera intervención recordando que la, relativamente, reciente jubilación de Carmelo Romero no ha significado una menor actividad, ya que en este tiempo ha publicado, además de este libro, otro centrado en los caciques y el caciquismo en España. Habla Carmen Frías del oficio del historiador y su afán de explicar al público, bajado del pedestal orientado a las audiencias especializadas, todo aquello que nos sirve para comprender y explicarnos el presente.
Y termina mencionando la anomalía , la excepcionalidad de esta república en España que llega (y aquí radica su rareza) sin derramamiento de sangre.

Carmelo Romero, ahondando en esto último, relata que en 1900 en Europa tan sólo existían tres repúblicas: Francia, Suiza y San Marino. Treinta años después, el 80% de Europa está conformado por repúblicas salidas de derrocamientos que tienen mucho que ver con el resultado de la I guerra mundial y la desaparición de los imperios.

Sin embargo, en España -ello debiera ser un orgullo como españoles, dice- son las urnas las que acaban con los Borbones. En ese sentido, se muestra muy molesto con ese argumentario basado en la ilegitimidad de las elecciones del 31; argumentario de sombras muy alargadas que llegan hasta el alumnado actual.

Incidendo en el argumentario falaz, Carmelo Romero se retrotrae a 1938 al primer gobierno de Franco (en pleno conflicto bélico), fecha en la que el cuñadísimo (Serrano Suñer) encabeza un grupo/ comisión de 22 personas con el encargo de emitir un dictamen que deduzca la ilegitimidad de los poderes actuantes en julio de 1936, esto es, el gobierno republicano. La razón última es clara: legitimar el golpe de estado.

A esta corriente reviosionista se han sumado los Vidales y los Moas, haciéndose eco del continuado insulto a la inteligencia que supone divulgar ese argumentario de tan escasa solvencia. Argumentario que se basa en:
1.- El rey estaba deprimido por la muerte de su madre y, por ello, se fue. Obvian que la muerte de su madre tuvo lugar dos años antes.
2.- La reina Victoria Eugenia tenía miedo, a raíz de lo sucedido en Rusia en 1917. Parecen olvidar no sólo la más de una década pasada tras ello, sino que, además la reina se quedó en Madrid hasta el 15 de abril, fecha en la que toma el tren a Francia, cruzándose en Valladolid (lugar en el que es obsequiada con un ramo de flores) con otro tren que, en dirección opuesta, traslada exiliados. Sin problemas, sin temores.
La peripecia de Victoria Eugenia termina cuando se va a vivir a Inglaterra, sin Alfonso XIII, al que no volverá a ver con vida. Cualquier parecido con la realidad más cercana es éso: un parecido más que razonable.
3.- El gobierno monárquico de aquel abril era un gobierno de incapaces y de flojos. Parecen olvidar que estaba compuesto por cuatro expresidentes de gobierno y por gentes como Mola o Sanjurjo. El caso es que cuando van llegando los resultados, Romanones no las tiene todas con la guardia civil. Los resultados, ya se sabe.

Carmen Frías subraya que el caracter plebiscitario de las elecciones lo es a priori. Y basa esa afirmación en las fuentes documentales monásquicas que así lo califican. En ese carácter y en la contundencia de los resultados: un Romanones absolutamente sobrepasado que exclama, al ver los resultados en Guadalajara, que 50 años de vida política se desvanecen como  humo.
Y Carmelo Romero apuntilla con una larga lista de datos que apuntalan la soberana paliza democrática propinada a los monárquicos, mientras
Carmen recita el estribillo que cantaba el pueblo, en referencia a la huida de Alfonso XIII.

El debate continúa y Carmelo Romero no evita recordar eso que se llamó la conjunción republicana-socialista, la heterogeneidad de sus componentes y su fin común último: unidad para derrocar la monarquía. "Casi como ahora", ironiza el autor del libro presentado.

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