El cómic puede utilizarse como una herramienta clave para repensar la historia, capaz de visibilizar protagonistas olvidados, cuestionar relatos tradicionales y fomentar el pensamiento crítico en las aulas. Así lo han puesto de relieve las Segundas Jornadas sobre Didáctica de la Historia del Instituto de Estudios Altoaragoneses, que han explorado cómo la novela gráfica puede abordar la perspectiva de género, ofreciendo nuevas narrativas para comprender el pasado.
El acto, organizado por las Áreas de Historia y Arte y coordinado por las profesoras Irene Abad Buil y Sescún Marías Cadenas, se ha iniciado con unas palabras de la directora del IEA, Susana Villacampa, y de la propia Abad, que ha enfatizado la importancia de desarrollar el pensamiento crítico en el aula, detectar "grietas en el sistema educativo" y abrir las clases a nuevas metodologías y narrativas que favorezcan la participación y la igualdad.
La mesa, moderada por Sescún Marías, ha reunido a Clara de Frutos y Cristina Hombrados, quienes han abordado cómo el cómic permite visibilizar la historia de las mujeres y cuestionar la mirada predominantemente masculina del pasado.

CLARA DE FRUTOS
Clara de Frutos (Madrid, 1993) es una artista, ilustradora y autora de cómic española formada en Bellas Artes en la Universidad Complutense y en ilustración en la Escuela de Arte ESDIP. Se trasladó al Reino Unido en 2016 para realizar un máster en ilustración infantil en la Cambridge School of Art, y posteriormente trabajó como fondista y concept artist en películas de animación como Wolfwalkers y El dragón de papá. Inició su carrera publicando el libro ilustrado Nuestro Bosque en 2017 y ha compaginado su labor en el cómic con trabajos de ilustración y dirección de arte, incluyendo proyectos cinematográficos como Jasmine y Jambo (2026).
En 2021 ganó la primera edición de la Beca de creación El arte de volar para desarrollar su cómic Las Sinsombrero, centrado en las mujeres de la Generación del 27. En 2024 publicó Vanguardia de mujer, adaptación de ese proyecto enfocada en Concha Méndez, por la que recibió el Premio Miguel Gallardo al Mejor Autor Revelación en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona. Además, ha presentado su obra en instituciones académicas como la Universidad de Zaragoza y ha consolidado su trayectoria como creadora comprometida con la memoria histórica y la visibilización de figuras femeninas en el arte y la literatura.
Clara de Frutos ha reconocido que el cómic ha sido históricamente un territorio masculino, pero ha afirmado que este hecho nunca le ha impedido adentrarse en él. Ha comentado que, en algunas ocasiones, se ha sentido juzgada, aunque su interés por dibujar y por universos como El Señor de los Anillos la ha llevado a explorar el medio sin reservas. “El cómic es un camino tremendamente masculino -ha advertido- y estas cosas no desaparecen de golpe”.

Ha añadido que persisten estereotipos incluso en obras dibujadas por mujeres, que a menudo han replicado modelos masculinos de representación. “En el tema de los cuerpos tenemos mucha responsabilidad”, ha subrayado, porque la imagen tiene un poder configurador del imaginario colectivo, por lo que revisar cómo se representan y las identidades constituye una tarea urgente para los creadores visuales.
Además, ha reflexionado sobre la idea de que “hay muchas maneras de ver el mundo”, y ha destacado que “las voces que quieren proponer cosas diferentes son las que están llegando ahora más lejos”.
La guionista y dibujante ha señalado que, dado que las inversiones en el cómic suelen ser muy pequeñas, resulta más fácil proponer ideas nuevas y originales, por lo que resuelta un apropiado “hueco para lo diferente”.
Sescún Marías ha preguntado si en alguna ocasión se empleó el cómic como una herramienta didáctica en las aulas y la respuesta ha resultado negativa, salvando alguna esporádica excepción en el Bachillerato artístico.
Esta disciplina, ha subrayado, tiene muchas conexiones con el cine y constituye una herramienta excelente para explorar historia y literatura, porque, además, propicia un aprendizaje más cercano y humano.
VANGUARDIA ES UNA MUJER
Clara de Frutos es la autora de Las Sin Sombrero, un relato que reivindica las mujeres que conformaron la Generación del 27 y que ganó la primera beca de creación El arte de volar.
Ha recordado que en su época estas mujeres no se estudiaban en el colegio, y aunque recientemente se han comenzado a analizar, hasta hace poco “era algo completamente desconocido para todo el mundo”.
“Ha sido súper emocionante leer sobre ellas y luego poder hacer una historia con todo esto”, aunque ha admitido que ha resultado muy difícil, "porque había muchísima documentación, suficiente para cinco libros".
Clara de Frutos tuvo que "resumir y eliminar gran cantidad de material", para centrar su punto de partida en Concha Méndez, una persona que fue muy sociable y que su biografía relata la vida de muchas personas de su alrededor, incluyendo datos sobre Maruja Mallo, gracias a la cercanía entre ambas.

Por ello, resultó “la mejor guía para llevarnos a través de ese feminismo y de todo lo que ocurría en aquella época” y asegura que se identifica profundamente con el personaje, “con su forma de ser y sus ganas de vivir”.
Quería que el libro fuera “alegre, muy luminoso, como una celebración”, aunque incluye experiencias “evidentemente llenas de drama”.
También inicialmente se planteó que fuera dirigido a los niños, pero después se dio cuenta de que era complicado por la necesidad de contexto histórico. Actualmente, la obra está dirigida a público adulto, pero "funciona a partir de la edad en que se estudia la Generación del 27 en el instituto".
De Frutos ha concluido que su intención final ha sido “rejuvenecer una historia que pasó hace 100 años” y “tender puentes entre generaciones”.
CRISTINA HOMBRADOS
Cristina Hombrados Laguarta, natural de Huesca, es profesional en Ciencias de la Documentación y divulgadora de cómic especializada en infantil y juvenil. Es miembro de la CEDE Comic, de la Asociación Aragonesa de Autores de Cómic y de la Fundación El Arte de Volar. Ha escrito reseñas, textos para catálogos de exposiciones y prólogos de cómic, y participa como integrante en el podcast Menudas Viñetas. Además, fue responsable de la sección de tebeos de la librería Másdelibros, organiza la programación de cómic de la Feria del Libro de Huesca y coordina el Salón Hispano-Francés de Cómic de Sabiñánigo.
En su opinión, el cómic ofrece una libertad y un lenguaje que otras literaturas no poseen. Aunque no se dedica al dibujo, se ha confesado como lectora apasionada, recordando que comenzó con tebeos como Mortadelo y Filemón y Astérix, y más tarde se adentró en el manga, un género que, según ha señalado, “toca todos los temas que podáis imaginar y los que no”.
Ha reconocido que, aunque los dos últimos Premios Nacionales del Cómic han recaído en mujeres, esto “sigue sin ser lo habitual”, pero ha resaltado el auge actual de autoras formadas en escuelas regladas y presentes en las estanterías de librerías. Hace décadas las mujeres solo participaban en roles secundarios, mientras que hoy protagonizan portadas y premios. Hombrados ha coincidido en que el cómic constituye un lenguaje de transformación, capaz de cuestionar los discursos tradicionales y dar voz a nuevas experiencias.
También ha considerado la importancia de las historias cotidianas, presentes en las tiras humorísticas y las viñetas que han acompañado a generaciones, mencionando a Maitena, cuyas historietas en El País Semanal de los noventa han sido “un auténtico espejo social”, y a fenómenos recientes como Moderna de Pueblo, La Volátil, Lola Vendetta y Flavita Banana, que abordan con humor e ironía identidad, sexualidad y feminismo cotidiano.
Desde su labor como divulgadora, Hombrados ha señalado que su objetivo es ofrecer la perspectiva de las autoras, incluyendo a personajes femeninos silenciados y las memorias gráficas de mujeres no públicas, como abuelas, bisabuelas o madres. Ha explicado que cuando las autoras “toman el lápiz”, muchas lectoras se ven reflejadas y sienten que ese mundo “ya está completo”, abordando experiencias cotidianas como maternidad y profesionalización, “muy mundanas, muy cotidianas”, que a menudo carecen de referentes para niñas.
Ha dedicado un espacio a Marika Vila, autora de Derrumbando estereotipos y Desokupando el cuerpo, resaltando su labor de divulgación y su estudio sobre la representación del cuerpo femenino, que propone nuevas formas de “descolonizar la mirada visual”. También ha insistido en recordar a pioneras como Nuria Pompeia, considerada “autora fundamental del cómic feminista español”.
"En España faltan viñetistas que estén contando cómo cambia la realidad"
Respecto a la diversidad temática, Hombrados ha comentado que desde 2015 ha observado la gran amplitud de asuntos en tebeos, sobre todo americanos y franceses, aunque ha lamentado que “en España todavía faltan viñetistas que narren cómo está cambiando la realidad y representen la diversidad cotidiana”. Entre otros autores, ha mencionado a Raina Telgemeier, la autora más vendida mundialmente, como prueba del alcance global del cómic.
Ha subrayado que las bibliotecas escolares desempeñan un “papel fundamental”, pese a ser “las grandes olvidadas del sistema educativo”, y ha recomendado obras como Las leñadoras, donde las niñas pueden ser protagonistas, demostrando que la historieta puede ser inclusiva y empoderadora.
Finalmente, sobre la obra Las Sin Sombrero de Clara de Frutos, Hombrados ha señalado que “es un tebeo muy necesario”, destacando que el tema no estaba suficientemente tratado y que, aunque se ha empezado a investigar, “falta mucho todavía”. Ha considerado que la obra “es una maravilla” y accesible para cualquier público, definiendo el cómic como “otro lenguaje narrativo”, tan válido como cualquiera para transmitir información, siempre diferenciando entre obras históricas documentadas y ficción.

MEMORIA HISTÓRICA
Las Segundas Jornadas sobre Didáctica de la Historia continúan este miércoles con una segunda mesa sobre El cómic y la memoria histórica, que será moderada por José Antonio Mérida y en ella intervendrán Daniel Viñuales y Dionisio Platel.
En esta sesión se conversará sobre la importancia del cómic como vehículo para la divulgación del pasado reciente y como un ejercicio de memoria histórica. Y no solo mediante la autoría de obras que versan sobre episodios violentos o dolorosos de la historia de nuestro país, sino para reivindicar a figuras del cómic que fueron silenciadas, que no olvidadas, por esa misma violencia.