El escritor e investigador Clemente Alonso Crespo asegura que "meterse en los Archivos Judiciales del Ejército es visitar los infiernos" y eso es precisamente lo que ha hecho para escribir su libro más reciente, en el que aborda detalladamente el proceso sumarísimo Teruel 2982-40, en el que se acusa a los encartados de adhesión a la rebelión.
El autor, que también atesora una larga trayectoria como periodista e historiador, presentó recientemente en Huesca "Torturados, enloquecidos y fusilados" (editorial Amordemisamores), en un evento celebrado en la librería Anónima, que contó con la presencia de la editora, Adriana Alonso -a la sazón, su hija- y del ilustrador de la cubierta, Óscar Sanmartín.
Se trata de un trabajo de más de seiscientas páginas sobre la represión en la posguerra, que afronta la dureza de las torturas y de la enajenación mental en la que derivaban algunos de los apresados.
El librero José María Aniés destacó la importancia de esta obra por la minuciosa labor de investigación sobre la que se sustenta, puesto que han sido entre cinco y seis años documentándose y buscando información en los archivos.
La editora, por su parte, señaló que "Torturados, enloquecidos y fusilados" es el primer título de no ficción que incluye en su catálogo Amordemisamores, que ya le publicó anteriormente el libro de cuentos "Me va a atrapar la noche, Juan Rulfo". A lo largo del acto, además, quedó clara la devoción de Clemente Alonso por el escritor, guionista y fotógrafo mexicano, y Adriana Alonso manifestó que veía muchas similitudes de fondo entre ambos.
El autor aseguró que "el título no es ninguna provocación", sino que surgió a medida que avanzaba en el texto. "Aquí se habla de unas personas que fueron torturadas hasta límites insospechados. Algunos fueron enloquecidos auténticamente de las palizas. De las torturas que sufrieron, tuvieron que estar en el psiquiátrico y dos de ellos mueren catatónicos", denunció.
Para el autor ha sido un ejercicio apasionante buscar y buscar entre libros y documentos. "Los archivos del Ejército son una mina, porque hay miles y miles y miles de documentos todavía por estudiar", pero subrayó también con energía que, al mismo tiempo, es un espanto. "Meterse en los Archivos Judiciales del Ejército es visitar los infiernos", recalcó.
Clemente Alonso señaló a una serie de mandos, periodistas y otros personajes por "mentir" en diversos aspectos de este pasaje histórico, entre los que citó a los generales Varela, Dávila, Aranda, Yagüe y Franco, así como al periodista Arrumi, abuelo de Ruiz Gallardón, y Hemingway -que nunca estuvo dentro de la ciudad de Teruel, sino a las afueras-, entre otros.
La ciudad aragonesa, dijo, fue completamente destruida en los días comprendidos entre el 25 de diciembre de 1937 y el 22-23 de febrero de 1938. En ese periodo, la ciudad sucumbió a la devastación. Franco, "pésimo" estratega de guerra, persistía en tácticas propias de la guerra de África. El autor rechazó categóricamente que cargara una caballería de 3.500 jinetes y observó que Alfambra del Campo es imposible que albergase esta cantidad.
Tras la guerra, muchos habitantes de Teruel fueron evacuados principalmente hacia Valencia. Aquellos con compromisos especiales intentaron dirigirse al puerto de Alicante, pero al cerrarse este, se dirigieron a Albatera, donde fueron detenidos y sometidos a procesos legales. Uno de estos procesos involucra a aproximadamente 14 personas, incluyendo mujeres, dos de las cuales fueron torturadas y fusiladas.
"Torturados, enloquecidos y fusilados" no es el primer libro de no ficción de Clemente Alonso, que ya trató con profusión en su tesis doctoral la obra completa de Miguel Labordeta, de la que es uno de los grandes expertos. Ahora ha dado un paso al frente en la investigación histórica, de la que habla con verdadera pasión.