Amparo Poch y Gascón (Zaragoza, 15 de octubre de 1902 - Toulouse, Francia, 15 de abril de 1968) fue una de las primeras universitarias aragonesas y también en ejercer la medicina en España. Cofundó la revista y organización anarcofeminista Mujeres Libres, militó en el Partido Sindicalista y fue consejera de Asistencia Social en el Ministerio de Sanidad.
La profesora de Bioética en la Universidad de Zaragoza Concepción Gómez Cadenas fue requerida en 2002 para que escribiera una reseña para el suplemento literario de El Diario de Teruel “El Parnaso”, acerca de una biografía que había publicado Antonina Rodrigo sobre Amparo Poch. Y se quedó atrapada por esta mujer, que fue “una adelantada a su tiempo, con una manera de pensar no ya actual, sino que incluso en algunas cosas iba por delante: en ideas de igualdad, de capacitar a las mujeres, en ideas de educación y de educación para la salud”.
Concepción Gómez, que ejerce también como enfermera en Teruel, escribió su tesis doctoral sobre Amparo Poch (enero, 2016) y luego, en un complejo ejercicio de síntesis, publicó un libro, Ética, anarquismo y sexualidad, Amparo Poch (Prensas Universitarias), que vio la luz el pasado mes de mayo y que presentó recientemente en Huesca, en la Biblioteca Pública, en un acto organizado por el Colectivo de Mujeres Feministas.
Amparo Poch fue una grandísima estudiante y sacaba todo matrículas, pero la Medicina no era entonces para mujeres. De ahí que cursara primero Magisterio, donde se licenció con un premio extraordinario, y tras demostrar su valía, le dejaron iniciar la carrera, que finalizó con matrícula de honor en todas las asignaturas.
Se vinculó al ambiente anarquista, algo que en aquella época también llamaba muchísimo la atención. Mostraba “una mentalidad muy social” y fue consejera de Asistencia Social para la ministra de la Segunda República Federica Montseny “y trabajó muchísimo en las colonias infantiles y en prostitución”.
Fue feminista, ecologista, defendió la unión de pareja sin papeles, fue partidaria de la separación y el divorcio, escribió novelas y en varias revistas, fue pacifista Falleció en Toulouse en el exilio.
A Concepción Gómez le llamó también mucho la atención su vida personal. No quería centrarse solo en su obra, porque ya había una tesis al respecto, aunque no fuera académica, y construyó un catálogo con sus libros y realizó un análisis ético.
“En bioética, la mayor parte de los conflictos se acumulan al principio de la vida y al final, y aquí hay dos acontecimientos muy llamativos: el primero, que ella practicaba abortos, aunque yo solo he podido documentar uno, pero me sirve para hacer un análisis de los motivos que le llevaron a ello”.
Y al final de su vida, “siendo una mujer superalegre, muy vital, tuvo un intento de suicidio a consecuencia de un tumor cerebral, y murió sola y con poco dinero”.
Concepción Gómez comenzó su tesis en 2008-2009 y la finalizó en 2016. Antonina Rodríguez le facilitó muchas direcciones y entrevistas con personas que conocieron a Amparo Poch. Después, generó sus propios contactos y entrevistó, entre otros, a Aurora Molina Iturbe, hija de Lola Iturbe, una de las mejores amigas de Amparo Poch.
Ella le contó que a la hija de una de sus amigas le practicó un aborto. Concepción Gómez guarda aquella conversación “como un tesoro”.
Amparo Poch, “que tenía una mentalidad muy avanzada y progresista”, fue también una de las fundadoras de la Organización de Mujeres Libres que fue uno de los primeros colectivos feministas y, además, tiene la peculiaridad de ser obrero y siempre vinculado al anarquismo.
Concepción Gómez explica que, en el tema de la prostitución, las anarquistas defendían el abolicionismo. “No entendían de ninguna manera que se regulase y se permitiera, de esa forma, lo que para ellos era esclavizar a la mujer. Entendían que la gran mayoría de las mujeres que se prostituían lo hacían por unas necesidades increíbles”, señala.
Trabajaron por un trato integral, que les facilitara medidas de trabajo, atención psicológica y otras ideas, pero no pudieron llegar a desarrollarlas. Amparo Poch escribió mucho sobre la prostitución, porque estaba muy preocupada también por temas de salud como la transmisión de la sífilis y a veces utilizaba “términos muy gruesos”.
Concepción Gómez no tiene duda de que la igualdad ha dado grandes pasos desde la época de Amparo Poch, pero también aprecia que ahora nos hallamos “en un momento muy crítico”, en el que, por ejemplo, se está retrocediendo en algunos temas relativos, por ejemplo, a la violencia contra las mujeres.
“Si pensamos en cómo estábamos hace diez años, quizá no estamos ahora en nuestro mejor momento, quizá estamos perdiendo algunos derechos”, concluye.