El viejo pero renovado Coso (del latín Cursus) aquella vía o calle que surgió extramuros de la ciudad medieval, siguiendo el recorrido de la muralla, fue el lugar en que otros tiempos se encontraba el foso, por ello, en principio solo tuvo edificaciones en el lado frente a los muros, ya que estos debían conservar su función defensiva. Por esto no se pudo construir adosado mientras conservaron su función, una via que durante muchos años no se podía transitar en tiempos de sequía debido a las grandes polvaredas que se levantaban, siendo EL DIARIO DE HUESCA en junio de 1877 quien se lamentaba de su estado, porque además cuando llegaba la lluvia, eran numerosos los fangosos lodazales en que se convertía esta arteria que ya era la principal de la ciudad.
Con la finalización de reurbanización del tramo final del Coso Alto, que además ha contemplado la renovación completa de la red de agua potable, y las redes de elementos soterrados de saneamiento, aportando gran parte de nuestra antigua historia, mediante restos cerámicos y una lápida de mármol de época romana dedicada a un Duunviro, cargo similar al de alcalde actual.
Es con este motivo que viene a nuestro recuerdo una vieja anécdota contada por el viejo gacetillero “Merlin” del Diario repetidamente, quizá por la novedad que supuso en su día, así nos refería el momento en el que un Chiribiri en julio de 1925 se detuvo en el Coso de Huesca para saludar su piloto al Cónsul de Italia, D. Rodolfo Albasini Laucas, dentro de un periplo que parece ser realizaba este piloto italiano que procedía de Barcelona y, por la Carretera Nacional que atravesaba Huesca, se dirigía a Jaca para adentrarse posteriormente en Francia.

¿Qué era el Chiribiri? Era el proyecto y producto de la compañía “Torinese Velivoli Chiribiri & Cia” que en un principio se dedicaba a la construcción de piezas de y material aeronáutico, fundada por el empresario veneciano Antonio Chiribiri y Maurizio Ramassotto, que, junto al ingeniero Gaudenzio Verga, lograron en 1910 licencia para fabricar motores para aviones de la marca “Gnome et Rhone”, si bien en 1914 el conde Gustavo Brunetta d’Usseaux deseoso de introducirse en la actividad industrial, encargaba a Chiribiri un centenar de coches del proyecto “Siva” que era una “voiturette de 4 cilindros, 980 cc”. Posteriormente, Chiribiri decidía seguir solo la fabricación aumentando la cilindrada a 1300 cc modelo 12 HP, aunque tras la guerra decidió dejar el tema de la aviación y dedicarse a la fabricación exclusiva de automóviles, que en 1919 inicia la comercialización del 12 HP de 1593 cc con una potencia de 19 CV, siendo los hijos de Chiribiri, Ada y Deo, ambos pilotos aficionados los que impulsan a su padre para la fabricación de un modelo de carreras, lo cierto es, que en 1922 Deo y el inglés Jack Scales disputan bastantes carreras demostrando la competitividad de los pequeños Chiribiri, pero en 1923 el equipo incorpora a Tazio Nuvolari, que consiguió los primeros puestos y los pilotos Alete Marconcini y Luigi Platé logrando grandes premios para la marca, que inicia la fabricación de la “vetturetta bialbero” de carrera y sport de 93 CV que alcanzaba en 1925 los 180 Km/h. No nos contó nunca como se llamaba el piloto que vino, pero que era un gran voiture.
El cierre de esta fábrica se producía en septiembre de 1929 vendiéndose instalaciones y terrenos a la firma Lancia.