El pasado día 15 de diciembre se cumplían 86 años de aquel aciago día de 1936 en el que algo importante se rompía en la ciudad de Huesca. El viejo luchador, el viejo informativo, El Diario de Huesca, dejaba de salir puntualmente a la calle como lo había venido haciendo durante sesenta y un años. Estrechamente ligado a la historia de la provincia, dando siempre puntual noticia del acontecer diario, y como agencia de noticias había servido también a otros medios de comunicación. Se iniciaba un largo silencio y una dura etapa para toda la familia Martinez, propietarios de este periódico; atrás quedaban muchas horas y días de lucha, atrás quedaban muchos recuerdos, en adelante solo les quedaba la labor y misión de conservar todo el material acumulado, como depósito de la historia altoaragonesa.
Corren los albores del año 1800 cuando los Martinez establecen su librería y papelería en la Calle de San Salvador 14 de Huesca, siendo la primera que se anuncia en el nuevo Boletin Oficial de la Provincia de Huesca, única publicación existente; en su establecimiento se puede adquirir El Foro Español, un periódico que sale tres veces al mes, con leyes, decretos y reales ordenes; El Semanario pintoresco Español, semanario de historia, viajes y literatura y El Código Penal, que ya es una obra impresa en su taller y que es declarada como muy útil y necesaria para los alcaldes, además de La Administración, periódico semanal de intereses morales y materiales de los empleados.
En 1849 traslada su librería y taller a la calle Enseñanza 17, imprimiendo abundantes libros de texto, de Latin y Aritmética. Entra en la segunda mitad del siglo XIX en una época en que algunos miembros que dimanaron del taller-casa-madre y se encuentran establecidos en Zaragoza, Pamplona y Madrid, cuando deseando buscar el perfeccionamiento en las técnicas de impresión o composición; llegan a enviar a alguno de sus miembros a Alemania para aprender el oficio, pero todos ellos conservan una especie de unidad-familiar-laboral difícil de encontrar en otros casos.
Mientras, en la ciudad, don Manuel Camo, tras suscribir la proclama “Contra el Cantolanismo”, ha gestado El Diario de Huesca, una publicación periódica que veía la luz todos los días excepto los lunes y que era impresa en los talleres tipográficos de Jacobo Mª Pérez, se trataba de un periódico republicano, posibilista castelariano, desde el cual libraban frecuentes campañas, que incluso desembocarán en duelos de pistola y garrote. Pero Manuel Camo, que en su campaña por el ferrocarril de Canfranc llega a las polémicas más exacerbadas desde sus páginas sobre todo tras su artículo editorial “Aragón ante Cánovas”, ve en su editor y círculos una desmedida ambición de poder y porque de alguna forma ya está recibiendo información del telégrafo particular que tienen los Martínez para intercambio de noticias con su imprenta de Madrid, y tras pasar por un periodo de dirección de los Martínez e impresión en la Imprenta Oscense a cargo de Alcántara, se llega a un acuerdo y desde enero de 1898, se hará la reconversión por Mariano Martínez y pasará de las cuatro pequeñas páginas en cuarto a plana entera, al tamaño estándar de 50 X 35, con 16 páginas y cinco columnas, lo que supuso para esta provincia la puesta al día en tecnología y oferta informativa, al ser a su vez agencia de noticias, y por medio de su servicio de telégrafo particular ese mismo año, ante los conflictos de Cuba, llegan a tener un corresponsal en Cayo Hueso y otro en Miami.
La entrada en el siglo XX estará marcada por nuevas instalaciones para los Martinez, un traslado a la Calle Berenguer nº 2 y en breves fechas la unificación de talleres y librería en el Coso Bajo nº 4, con otro cambio de formato, esta vez para ir a la famosa “sábana” o “estándar” modelo francés, esta será la última y más importante remodelación emprendida bajo la dirección de Justo Martinez y no sólo se limitará al tamaño, sino que afectará a secciones suplementos, cromotipia, corresponsalías, etc. Son momentos en los que además del personal de talleres, se encuentran trabajando Justo, Mariano y Segundo, más todo un plantel de jóvenes promesas de la familia, como Pepito, Jose Mª, Eloy. Segundo, Miguel, Arturo y el que luego será guionista de cine Juan Antonio Cabero Martínez, todos, absolutamente todos, con distintos seudónimos o de forma anónima, trabajan al lado de las firmas consagradas tanto de la literatura como del periodismo. Todos aportan su trabajo diario y siguen las directrices que marcan los distintos directores que tuvo el diario, que si bien es ya de su propiedad, mantiene y figura en la cabecera el nombre del fundador Manuel Camo. Una estrecha relación vinculará a esta familia con todos los colaboradores, poetas y escritores que participaron en la publicación del diario, llegando a tal punto, que ochenta y seis años después, seguimos nietos y biznietos de aquellos vinculados con un algo “especial” y eso no se crea de cualquier forma.
De su labor editorial mucho se podría decir, además de numerosas publicaciones divulgativas y de un sinfín de libros de texto, salieron una serie de publicaciones periódicas dignas de recordar por la misión social que cumplieron en su momento, pues fueron los Martinez además de los editores de El Diario de Huesca , con dos ediciones de mañana y tarde; Boletín de Enseñanza, dedicado al Magisterio; El Desinfector, periódico de Boltaña; El Boletín Oficial de la Provincia, de avisos, disposiciones y comunicados oficiales; El Justicia, semanario republicano del Alto Aragón; Don Domingo, semanario festivo literario; El Fígaro, semanario literario de Jaca; Semanario Escolar, revista semanal del Magisterio; El talión, semanario republicano de extrema izquierda; Boletín del Sindicato de Farmacéuticos, órgano de dicho sindicato; La Prensa, semanario literario de información; Unión Patriótica Canalista, semanario político; Aires Deportivos, revista mensual del deporte; Boletín de Educación, órgano oficial de Primera Enseñanza en la provincia y que llevó “La técnica de la imprenta a la escuela” en el año 1932 como pedagogía de apoyo para el desarrollo del lenguaje; Boletín del Colegio de Secretarios, órgano del colectivo de Interventores de fondos y Secretario de Administración: Hojas marianas, etc.
Tras la situación creada en Julio de 1936, comenzaban los problemas para el viejo Diario, el Decreto nº 94 del Gobierno de Burgos disponía la disminución del papel de los periódicos, exigiendo con una nueva reglamentación que no podían exceder de 26,400 centímetros cuadrados de superficie en sus números corrientes. Por ello, el día 30 de noviembre se dirigía a sus lectores explicando que debían reducir a dos páginas la edición diaria, de esta forma entraban en el mes de diciembre en el que el día uno bajo el titular “Nueva España” daban el saludo y deseo de larga vida al Semanario que Falange de Huesca publicaba desde el día anterior y que no tenía el papel reducido. Comenzaba así el calvario para finalizar el día 15 de diciembre de 1936 con la despedida a sus lectores: “El Diario dejará de publicarse desde mañana, la falta de papel es el motivo primordial de nuestra resolución, que nosotros somos los primeros en lamentar…..Dios sobre todo (lema de la familia), quedamos anhelando el momento de reaparecer, reanudando nuestra comunicación diaria con nuestros estimadísimos lectores, a cuyas atenciones y afectos guardamos la consideración mas respetable y profunda. Triste epílogo para quince días de dolor en el que no faltaron en esas dos páginas las colaboraciones de Luis Mur Ventura, Gonzalo Quintilla, Dolores de Fuentes, R. Andolz Aguilar, Ricardo del Arco y García Menéndez, además de la Publicidad, aunque reducida a pequeños espacios para no restar información de: Bar Flor, Industrial Oscense, Bazar Lasaosa, Pastelería de la Vda de Porta, Pensión La Paz, y la Lechería de Mariano Ramón, que comenzaba a servir la leche embotellada.
Se iniciaba una nueva etapa, la de la conservación, algo que comenzaría en pocas fechas al ser víctima el archivo de un bombardeo y sufrir un terrible deterioro no sólo la estructura de la parte posterior de los talleres, sino también el contenido del archivo (toda la familia se dedicó al rescate entre los escombros de los tomos que componían la colección del Diario). En su conservación puso su empeño Miguel Martínez Velilla, quien siempre mantendría en su fuero interno la rabia mal contenida de la obra inacabada, pues al fin y al cabo había nacido en el Diario y a este se había consagrado. De su restauración y puesta a disposición del investigador se encargó su hijo, Miguel Martiíez Gimeno, y su esposa Marisa, quienes no regatearon esfuerzos en conservarlo, volverlo a encuadernar y facilitar en todo momento su consulta, pero, conscientes de lo que había representado El Diario para toda la familia, incluso para todos aquellos que trabajaron y pasaron mil vicisitudes para poder sacarlo día a día, La aparición en la primavera de 1992 de una edición de la Asociación de la Prensa de Aragón con su historia y varios facsímiles supuso un primer reconocimiento que nos llenó de emoción a toda la familia, recordando con ella a todos los que lo hicieron posible. Pero intentando dejar a un lado vivencias y recuerdos personales, justo es rendir un memoria a esta “saga de tipógrafos” que supieron aunar la pluma y el componedor. Como igualmente justo es reconocer que la mayor satisfacción vendría el 20 de julio del 2022 con la aparición de “El Diario de Huesca.com”· Un digital que llega a nuestros correos electrónicos y nos pone al día de la actualidad altoaragonesa, pero sobre todo, que en cinco meses ha alcanzado unas cotas inusitadas de lectores, logrando que muchos digan… has leído la noticia de… en El diario de Huesca, porque su interés es el mismo que tenía el viejo Diario "Hoy como ayer nuestra amada Provincia”, lo cual nos llena de satisfacción.