La primera Cabalgata de Reyes en Huesca, en 1917 y por iniciativa de El Diario de Huesca

Huesca vino a ser la tercera cabalgata de España, tras la de Alcoy (1855) y Granada (1912

Cronista de la Comarca de La Hoya de Huesca. Académico de la Real de San Luis
03 de Enero de 2023
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Felicitación de Reyes de Ramón Acín
Felicitación de Reyes de Ramón Acín

La ciudad oscense aceptó con tanta expectación como regocijo la fiesta del día 5 de enero de 1917, implantada en esta población por iniciativa de El Diario de Huesca. Para las seis de la tarde estaba anunciada la entrada oficial de sus Majestades en Huesca. Una hora antes de la fijada el Coso Alto comenzó a poblarse de gentes.

Conforme pasaban los momentos la animación crecía y, por fin, a las seis de la esquina de la plaza de Lizana, en la calle de Sanjuanistas y los alrededores de la plaza de toros, se habían formado verdaderas murallas de personas y todo el Coso era un hervidero de bullicio y animación.

Los minutos se hicieron interminables y gracias que el tiempo se mostró completamente de acuerdo con la espléndida fiesta y por ello la estancia en la calle no se hacía molesta, cuando eran las seis y cuarto y el disparo de una bomba real promovió murmullos generales y aclamaciones de sorpresa ¡Ya vienen! ¡Ya vienen!, gritaban las legiones de chiquillos, cuando a lo lejos se vislumbró el resplandor de las antorchas, se oyó el eco del clarín y se advertía la estrella que guiaba la caravana.

El Coso se vio invadido de los cánticos de un afinado coro y los acordes de la Banda Municipal. ¡Miradlos!, ¡Miradlos! Decían las gentes, mientras todos ponían sus ojos en aquel conjunto en el que resaltaba el lujo y la novedad. Abría la marcha un Clarinero, a este seguía un Heraldo portando la estrella, después los tres Reyes Magos y a continuación la carroza con el Árbol de Noel seguida de un carro cargado de cajones llenos de juguetes. A pie marchaban, precediendo a los Reyes y a sus lados, dos turiferarios y varios criados con antorchas y los palafreneros. Todos ellos vestían irreprochablemente magníficos trajes de época y con la arrogancia de los monarcas montaban los corceles adornados de penachos y arreos. En la carroza brillaban dos potentes focos y con el incienso de los pebeteros y el de los incensarios el ambiente se impregnaba de un perfume agradable. El árbol de Noel ostentaba un variado surtido de juguetes.

Así fue la cabalgata hasta la plaza de Santo Domingo dando la vuelta para dirigirse al Círculo Oscense, donde al llegar, en honor de sus majestades, entre los aplausos del público, sonaron interpretados por la Banda Municipal la Marcha Real y el Himno a sus Majestades, este último original del Maestro Sariñena, director de la Banda Municipal, un himno compuesto especialmente para este día con un sabor oriental precioso.

Huesca vino a ser la tercera cabalgata de España, tras la de Alcoy (1855) y Granada (1912). Todo un evento ideado y organizado por El Diario de Huesca que crearía toda una tradición, la que tras 106 años se perpetua año tras año, si bien echamos en falta el árbol de Noel y el Himno a los Reyes  Magos del maestro Sariñena, que la Banda podría rescatar.

Ramón Acín, que dedicó una hermoso dibujo como felicitación de Reyes, escribía: ”Las criaturas pudieron zambullir sus manecitas de rosa en las barbas de nieve de los buenos monarcas” y D. Miguel Sánchez de Castro escribió al efecto: “Los pequeñuelos colocaron los zapatos en los balcones de suntuosos palacios, de burguesas mansiones, o de gateras de humildísimas viviendas”.

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