A Antonio Latorre le han desvalijado su vivienda en Barbastro y con esta acción delictiva le han atravesado el corazón. El más popular cantante que la ciudad ha dado, entremurano de pro, le han entrado en su casa de la Avenida de la Merced, se han llevado la televisión, han arrancado la grifería, han extraído el cobre de la calefacción, las tuberías y han irrumpido en esa parte de su intimidad que son los armarios, donde el valor sentimental de los objetos no se paga con dinero.
"Contigo en la distancia", como el bolero de Lucho Gatica que tan magistralmente ha interpretado en centenares de auditorios, para los cacos desalmados todo fue más sencillo. Reside Antonio a medias entre su Barbastro y la otra ciudad a la que ama, Madrid, y allí se encontraba cuando, en un momento indeterminado, esos desalmados han aprovechado para llevarse todo lo que consideraban de valor y, de paso, retratar la violencia de sus entrañas con un destrozo que ha dejado prácticamente inhábil la vivienda, a expensas de una rehabilitación profunda y costosa.
Antonio, como todo buen artista, es especialmente sensible. Ama sin límite de dimensión su Barbastro, el que le homenajeó en octubre pasado en una Gala organizada por el Ayuntamiento. El que le va a distinguir a través de la Junta de Cofradías de Semana Santa. El que tanto ha cantado con él, tanto ha bailado y tanto se ha enorgullecido de los éxitos de sus más de doscientas creaciones musicales.
Antonio es un artista polifacético; cantante, intérprete teatral, coleccionista, todo tan elevado como la dignidad de su familia de agricultores. Cuenta Luis Montes Albajar en su Historia del Entremuro que, "en busca de su identidad profesional y de su vocación, Antonio empieza en su primera juventud a interesarse por los años cincuenta. Forma parte del grupo barbastrense de teatro en la compañía “Muñoz Seca”, participa como cantante en el grupo “Galas de Arte” de la Sociedad Mercantil y Artesana, actuando también en Zarzuelas, en aquellos años en que Barbastro iba despertando de la posguerra con un ambiente cultural sorprendente y entusiasta. Como gran amante de lo aragonés participó en la rondalla de la Ciudad".
Su vocación queda descubierta definitivamente con el respaldo de la profesora de piano Conchita Gabás, con su experiencia en sus viajes a Barcelona, donde actúa en programas de radio y se codea con personalidades célebrers de la música. "Ya lanzado al mundo musical en 1960 se incorpora a la orquesta “Columbia” llegando a actuar hasta en el sur de Francia. En 1964 cuando alcanza verdadera notoriedad como cantante al ser seleccionado por Rafael Ibarbía, para actuar con su gran orquesta en el programa de T.V.E. “Salto a la fama”, quedando finalista y ganando el primer premio a la canción ligera en 1965. Ya no tiene dudas de cuál es su verdadera vocación y va escalando puestos. Graba su primer disco y actúa en T.V. con las orquestas de Augusto Algueró y Armando Orefiche. Sigue cosechando éxitos también como letrista, teniendo registrados en la Sociedad General de Autores, en la que ingresa, 95 números. A partir de 1973, recorre Europa y Oriente, con la compañía Ibarra, actuando como principal artista en los cruceros turísticos del “Cabo S. Roque”, añade Luis Montes.
Al pregonero de las fiestas de 1994, le late el pulso de su ciudad, como demuestra con el pasodoble “Barbastro, perla de Aragón”. Como refleja el común amigo Ángel Huguet en su perfil de Facebook, la desolación se ha apoderado de Antonio Latorre, pero el calor de Barbastro y la fertilidad del Vero le ayudarán, como en tantos otros reveses vitales, a encontrar el confort humano que en estos momentos precisa.