El diálogo Atxaga-Castro, entre dicotomías: "Estar en el oficio de escribir me da fuerzas para seguir viviendo"

Los escritores vasco y gallego, presentados por María Pilar Clau, hacen de las diferencias metafísicas un universo de la palabra rico en el ciclo del Instituto de Estudios Altoaragoneses

06 de Noviembre de 2025
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Diálogo entre Bernardo Atxaga y Antón Castro, luces complementarias con un motor común: escribir

"Dos de los escritores con más hondura" del panorama literario español. María PIlar Clau ha contextualizado la presentación de los Diálogos del Instituto de Estudios Altoaragoneses: en un tiempo en el que los algoritmos favorecen lo homogéneo y la literatura flexible y cómoda, la diversidad, la emoción y la rareza son necesarias. Abarcan géneros como novela, cuento, poesía, literatura infantil, autores de obras míticas y fronterizas. Dos referentes de vanguardia literaria en el salón de actos de la Diputación.

Ha sido un formidable pugilato lingüístico vasco-gallego y hasta metafísico entre conceptos literarios en los que siempre impera, como ha afirmado María Clau, la mirada poética. Bernardo Atxaga se ha centrado en principio en la poesía. Ha recordado que a la entrada de su pueblo natal, Asteasu pusieron una escultura. "Desde lejos era para los que iban conduciendo un hombre y una mujer. Cuando se acercaban esas dos esculturas estaban llenos de detalles. No faltaba una azada, una laya, un apero. Todo lo que sobraba que eran los detalles restaban poesía a la primera imagen. Para mí, si hay que buscar definiciones un poco provisionales sobre la poesía, es aquello de lo que se desentiende de los detalles, porque la mayoría de los detalles son circunstanciales e innecesarios. Más que ayudar a la significación, restan significación. Si hay algo poético, universal, íntimo, algo que cuando las personas que lo lean hagan suyo, se vean en ese espejo, para conseguirlo siempre he utilizado esta resta de detalles".

Como ejemplo, cuando escribió Dos Hermanos, que  transcurre en Obaba, los narradores son una serpiente, una oca, etcétera. "Esos narradores afortunadamente desconocian todos los detalles de Obaba, no sabían quién había ganado las elecciones el año anterior, ni que había un ayuntamiento. No sabían qué equipo o jugadores del pueblo jugaban. Sólo se centraban en las tres casas que les importaban, que eran: la casa en la que acababa de morir un hombre, la serrería en la que trabajaba este hombre y el taller de costura donde el hijo de este hombre que acaba de morir, que era una persona no normal, se consideraba monstruosa, era el lugar al que acudía este personaje porque estaba lleno de chicas y él era una especie de sátiro. Mis narradores, desentendiéndose de todo, sólo hablan de esos tres lugares porque era la parte esencial de la vida de esa gente". Siempre hay "una profundidad en todo lo que es real. Para alcanzar eso, no puedes entretenerte con cien detalles".

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"Entiendo la poesía como "despejar detalles para entrar en el núcleo de las cosas, por ejemplo, en la soledad de los personajes, en el miedo, en cuestiones básicas en todos nosotros. Para llegar a ese medio, tengo que quitar detalles".

A Antón Castro le sucede lo contrario. También de pueblo (Lañas, Arteixo, La Coruña), "la poesía por vez primero me llega por aquellos romances de crímenes que repartían en los autobuses La Coruña-Arteixo. Cuando tenía 8 o 9 años, en función de lo terrible que era el crimen, las hojas eran azules o rojas. Me doy cuenta que la poesía tiene sonoridad: la poesía primero a través del romance popular. La primera vez que tengo la percepción de la poesía cuando veo algo que no sé lo que es es cuando fui a casa de unos tíos que tenían huerto y jardín. Tuve la sensacion de que el tiempo se detenía, que de repente vivías en una paz increíble, te dabas cuenta de que el sol el sol no era el de todos los días, entrabas en la huerta de los manzanos, higueras y los nogales, y de repente el viento parecía un acordeón o un violín. En la siega, la gente trabajaba y hacía una fiesta enorme y al final se empezaba a recitar a cantar muñeiras... Es un aimagen del amor físico, pero me pareció tan maravilloso que la poesía tenía un valor universal, pero sensaciones, detalles, emociones y también la música, que me parecía increíble. En todo lo que yo he hecho, en el fondo creo que hay una impregnación muy clara de poesía".

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Bernardo Atxaga, María Pilar Clau y Antón Castro

ARRAIGO-DESARRAIGO

María Pilar Clau ha enumerado las biografías literarias de Atxaga y Castro. El vasco ha entrado en la dicotomía del arraigo y el desarraigo. "La vida es conflicto, uno está en lugar y de unas personas recibe amor y de otras odio. Arraigarse no lo veo realmente como un objetivo. No me quiero arraigar. Entre todos los elementos, el fuego es excesivo para mí, demasiado romántico; la tierra, bueno, prefiero el aire. Considero que el espíritu tiene más de aire que de otra cosa", recordando a la vieja Grecia y la definición de psique como el vuelo de la mariposa. "Creo que es una buena imagen. Ese vuelo de la mariposa representa mi forma de pensar. No tengo una relación fuerte con nada que sea eso tan general que es vida. Todo lo que se mueve tiene vida, y al revés, todo lo que tiene vida se mueve. Hablar es moverse, pensar es moverse, trasladarse, todo es movimiento. Me interesaría recoger es movimiento allí donde esté. No sé si estoy siendo un poco metafísico, pero es que me quiero escapar de una adscripción a la tierra. Prefiero estar en ese mundo en el que todo está en el aire, los recuerdos, los pensamientos, las emociones y las vas recogiendo. Tienes una niña pequeña y ves qué opinión tiene ella de la muerte, cuando está defraudad porque dice que no los ha visto. Y le pregunto qué no ha visto: los muertos, ¿no decían que iban al cielo y volaban? Eso es aire, es algo evanescente, es la representación de la vida, que está ahí y tú tienes que traducir a palabras".

Por el contrario, Antón Castro ha afirmado que para él la tierra es fundamental, los lugares donde he vivido. Su primer libro, Golpes de Mar, llevaba toda la nostalgia de mar. "Quería que fuera un gran homenaje a marineros, a los que iban a buscar mejillones, a sus primeras enamoradas, la primera que te enseña en bikini. El mar es música y sensación de paisaje". Luego, a Camarena de la Sierra en el Javalambre, donde descubrió que en aquel lugar había muchas cosas que contar, algunas inverosímiles como el marino que le construye a su amada, que es una cantante irlandesa, una casa en forma de marco. Lo que iba buscando como narrador, lo encontré en la realidad". O aquel vecino con cien jaulas de pájaros a los que ponía cada mañana a Beethoven o Schumann. La gente del pueblo iba a contarle historias. Y en Cantavieja se encontraron con la leyenda de Cabrera, de Baroja, de Valle-Inclán, de Manuel Vicén. "Ese espacio me lo da todo". De ahí surgió "El testamento de amor de Patricio Julve". "Para mí la tierra es fundamental, es personajes, memoria, lenguaje y revelación permanente".

TIERRA-COMUNIDAD

Atxaga replicaba que no le gusta la palabra tierra, sí país, porque "en toda la ideología autoritaria alemana, nazi, la era un eje de esa ideología. No quiero saber nada... Voy a hacer un chiste: hasta que me reclame". "Para mí lo fundamental es la comunidad en la medida en que he conocido la comunidad, no la que aparece en libros de sociología", la que has ido conociendo, la de su tierra natal y la que llamaban la Guipúzcoa olvidada. No le gusta la imagen y representación de los vascos, "son como Adán, sin malicia, son brutos. El estigma sobre los campesinos". Era fácil darse cuenta de que su entorno es "estigmatizado. Obaba no va a ser ese país vasco de los periódicos cuando hablan del deporte rural, no es el estereotipo... No vais a poder hablar de los vascos después  de Obaba como hablaban en los 60. Es un estigma clasisto, que crea el señorito de la ciudad". "Siempre me he sentido implicado no con la tierra sino con la comunidad y otras incluso con las que no comparto territorio".

Público asistente al diálogo
Público asistente al diálogo

Antón Castro lleva 47 años fuera de Galicia y me dice un amigo: "No conozco a nadie más gallego que tú. No me siento desarraigado. Llevo Galicia en el corazón, tengo una buena biblioteca en gallego, me encanta cantar en gallego. Me identifico con el país que me recoge y he sentido una profunda curiosidad. Me he mimetizado y que herido saber lo que siente la gente, la idea de lo local sin pared, lo universal. Cómo se alcanza desde un solanar como Aragón el mundo. No he sido desarraigado, me siento profundamente aragonés, ciudadano del mundo y gallego. Me gusta abrazar  el mundo y dejarme abrazar por el mundo".

DE LO PARTICULAR A LO GENERAL

"Fuera de lo particular, no hay nada. Lo que sí hay es abstracciones, ideas generales, sociología, economía, bolsa… Eso es el mundo donde no existen particulares, no personas concretas con nombre y apellido. Si fuéramos economistas nos interesaría la abstracción. La Literatura va de lo particular a lo particular o no va a ningún lado. Todas las novelas y poemas que leemos vemos el universo particular de esa persona. Lo que ese particular nos ha contado, entendemos y nos entendemos a través de ese mundo concreto. Eso de ir a lo general hay cosas muy patéticas", exponía Bernardo Atxaga.

Similar experiencia a la de Atxaga en un pueblo castellano durante largo tiempo tuvo Antón Castro en Cariñena, donde vivió de manera muy natural, por lo que escribió una novela que adaptó un director al cine. "Es una historia universal, todos hemos tenido una adolescencia, todos hemos estado con una mano delante y otra detrás, no hemos sabido qué hacer en nuestra vida, todos nos hemos enamorado y nos han rechazado y todos hemos mirado el paisaje sin saber qué decirlo".

La conversación transcurría por Blas de Otero o Gabriel Celaya, que Atxaga explica respecto a su traslación a la música. "Blas de Otero tenía mucho humor y cuando se hizo comunista se fue a China. Le preguntaron y dijo: me fui a China a ambientarme un poco". El libro se generaliza, pero de uno en uno".

Antón Castro durante una intervención
Antón Castro durante una intervención

EL CINE Y LA LITERATURA

Sobre la adaptación de Obaba por Montxo Armendariz, ha afirmado que "el cine es curioso. Mucha gente dice que es lo mismo que la literatura y es lo contrario. Lo que hace es semimaterializar lo que en una novela es un personaje, una voz. Si vemos que el Quijote, vemos que una voz personaliza la fisicidad, vemos que se mueve y cuasi real. En el libro no hay tal fiisicidad, no hay voz. Escribí un texto muy largo. ¿Qué voz tenía don Quijote? ¿O Madame Bovary? Hay una diferencia tremenda entre los dos miedos. Para mí, el escribir y la ficción tiene esa extrema dificultad, de hacer que oigas la voz sin que exista, que veas el movimiento sin que exista con un material muy soso. Ese es el gran problema a la hora de escribir. La gran ventaja respecto al cine es que el lector lee libro con imaginación y no hay mejor pantalla que la imaginación. Un libro que lo consiga perdura en la mente de la gente como se ve con los clásicos durante muchísimos". Él no había imaginado de ninguna manera a la maestra". Y ha bromeado con un consejo de Almudena Grandes cuando le dijo que iba a meterse en el mundo del cine: "Coge el dinero y corre".

Antón Castro explicaba su experiencia cinematográfica con el cineasta Javier Calvo por la obra Sin Cobertura. "Siento de entrada un inmenso pudor, una gran fascinación y una inmensa gratitud, y me ha gustado entender que durante cuarenta años yo llevaba dentro Cariñena... El vino ya no es lo que era, pero aquel vino, artesanía, paisajes y gente las tenía dentro y ha derivado en una película", Cariñena, que es "un trabajo en equipo. 150 personas, yo estaba fascinado".

LOS PREMIOS

María Pilar Clau ha enumerado la prolija relación de premios que han recibido los dos literatos. Atxaga ha replicado: "Me pones en un brete porque, si digo que no me importan, pareceré un falso, pero si digo que me importan pareceré una persona completamente ligera de cascos. Siempre ponía un ejemplo y es que en el último movimiento de un bailarín del Bolshoi se tenía que ver el primero. Tiene que haber un logos, un hilo que una los dos. Me parece que, cuando empecé a escribir, la ilusión quE tenía ERA ese libro que se titulaba "Los que anhelamos escribir". Ahora mismo lo que me hace vivir y levantarme por las mañanas y me da alegría es que mañana voy a volve a escribir, estoy en el oficio, es lo que me da la fuerza para seguir viviendo". Los galardones "son importantes en la juventud, porque tienes muchas dudas y más los de alrededor. Si soy una persona seria no me debe afectar y, si me afecta, no soy una persona seria".

Antón Castro ha sido merecedor del Premio de las Letras Aragonesas, que le ha ilusionado como aquel de Álvaro Cunqueiro o el de Periodismo Cultural. En la conversación han entrado otros referentes como Jesús Marchamalo, el francés Georges Perec o Ramón Gómez de la Serna. Y el Diálogo se ha convertido en conversación a más bandas con el público antes de firmar los libros, santo y seña de toda cita literaria.

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