La Dualidad Poética y pictórica de Erwin Bechtold impregna la atmósfera de la sala de Enate

Miguel Gracia y Luis Nozaleda inauguran la exposición que ha comisariado Lola Durán y permanecerá abierta hasta junio

09 de Marzo de 2023
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Luis Nozaleda, Miguel Gracia y Lola Durán en la inauguración de la exposición de Bechtold. Foto Myriam Martínez
Luis Nozaleda, Miguel Gracia y Lola Durán en la inauguración de la exposición de Bechtold. Foto Myriam Martínez

Bodega Enate ha inaugurado en su sala de arte la exposición "La dualidad poética" con 14 obras originales de Erwin Bechtold, el pintor alemán residente durante décadas en Ibiza hasta su fallecimiento en septiembre pasado. La comisaria, Lola Durán, ha explicado la dicotomía trasladada al vino (blanco-tinto) que preside la existencia del artista internacional, en un acto con el presidente de la Diputación de Huesca, Miguel Gracia, el presidente de la empresa, Luis Nozaleda, y el alcalde de Salas Bajas, Jorge Gracia, junto al presidente de la Comarca, Daniel Gracia, la teniente de alcalde de Barbastro, Blanca Galindo, el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, y la diputada de Cultura,  Maribel de Pablo.

El presidente de Enate, Luis Nozaleda, ha recordado la figura del pintor alemán fallecido en septiembre pasado. "Tenemos un gran recuerdo de él y la pintura es muy bonita. Son preciosas, aunque sean sencillas, y como explicaba Lola en la inauguración no hay mayor dualidad que el vino blanco y el tinto, aunque en medio esté el rosado. Eso encaja con sus cuadros y su forma de ver la pintura, la razón y el corazón por otro lado del cerebro, el corazón, y los sentimientos. Al final, esto del vino va de razón para que salgan bien, pero también de sentimientos porque en la parte que me toca me considero artista. Evidentemente, el más artista de aquí es Jesús Artajona, que es el que hace el vino, pero realmente hay un contexto artístico aquí.

Luis Nozaleda recuerda el momento en el que fue a buscar a Erwin Bechtold para que su obra ilustrara la etiqueta del Enate Uno, quizás el más icónico de los vinos de la bodega de Salas Bajas. "Siempre nos relacionábamos con pintores aragoneses y luego nacionales. Fue el primero y el único de fuera. El vino más emblemático de la bodega". Ha recordado el presidente de la bodega el gran trabajo que hay desde el viñedo hasta la evolución en la botella y ha valorado la diferencia de los vinos cada año.

Miguel Gracia, por su parte, ha agradecido la implicación de Luis Nozaleda y Bodega Enate con el territorio y con las instituciones. Una colaboración público-privada que se ha reflejado en exposiciones y también en muchísimos eventos en los que Enate ha ayudado con generosidad. Es el caso de Pirineos Sur y otros programas de la DPH. Ha incidido en "la capacidad de liderazgo de los equipos de Luis Nozaleda, así como su impulso en proyectos e iniciativas de desarrollo empresarial, cultural y social de la provincia".

LA GEOMETRÍA Y LA EXPRESIVIDAD

La presencia de elementos en contraste es una constante en el trabajo del pintor de Colonia (1925), con una parte constructiva, geométrica, y otra de emoción, gesto, improvisación. Traslada su creación a otras facetas, como el vino tinto y el blanco, la materia orgánica con sutiles experiencias y creencias.

La historia de esta relación arrancó en octubre de 2005, cuando Bechtold recibió el encargo para la etiqueta del 15 aniversario y el 25 del grupo de empresas de la familia Nozaleda. En 2006, la bodega ya trabaja las etiquetas de sus vinos más exclusivos: el Uno Tinto y el Uno Chardonnay. El alemán llegó a la bodega con cinco propuestas entre las que se seleccionaron cinco para el blanco y otras tantas para el tinto.

Lola Durán ha asegurado que la dualidad es una constante en la pintura de Erwin Bechtold, que explica perfectamente en sus textos y sirvió para una introducción a una exposición en la galería de Juana Mordó. Nos habla de su pintura, cómo le gusta enfrentar elementos, lo duro y lo blando, lo genético y lo orgánico, lo alto y lo bajo. En sus obras y su creación vemos siempre un elemento geométrico y otro expresivo. Contrasta la parte racional con el imprevisto, la geometría con el impresionismo. Lo que él está representando siempre es el ser humano con su parte de cerebro, de razón y de corazón".

Su relación con Enate también propició más encuentros con Beulas. "Sus obras son unas etiquetas que había preparado para el blanco y el tinto. También tenemos una obra que ha prestado el CDAN que forma parte de ese viaje, de esa historia y esa vinculación de Bechtold con el Somontano. Cuando realiza esta visita en 2016 para mostrar esas pruebas de las etiquetas de los vinos, en el viaje de regreso hace una parada en casa de Beulas, que había comprado este cuadro. Hablan. Beulas admiraba las composiciones y texturas. Se conocen más profundamente y de ahí surge una maravillosa exposición que el CDAN hizo de Beulas posteriormente". El catalán de Santa Coloma de Farners había adquirido el cuadro 90-4 Thema Winkel/Fläche/Raum, que se exhibe en esta muestra en Enate.

Lola Durán considera que las 14 pinturas  que se exhiben son "de absoluta depuración, máxima expresión y la simplicidad más sutil". "Un diálogo donde caben la luz y la oscuridad, cumpliendo esa ley de polaridad que explica la necesidad de que hasta lo más hermoso no se entiende sin su opuesto, ni lo positivo sin lo negativo, dentro de una graduación hasta los extremos".

Otra de sus dualidades es la de su origen germánico y residencia mediterránea. "Se refleja en su pintura, en su vida y su trabajo. En su pintura está la estructura, la geometría y rigidez germánica y el punto mediterráneo donde le gustó vivir y que era su carácter. Tuve ocasión de tratarlo y había dos Bechtold. Cuando llegaba el momento de trabajar, era un señor rígido, meticuloso, estructurado, un milímetro era un milímetro y no cabía ningún desvío, y cuando salía del mundo del trabajo era pura alegría y dispersión. Dos personajes completamente diferentes. Y así se reconocía a sí y a su pintura. Esa espontaneidad que se permitía en su vida, pero no en su trabajo".

Sobre las etiquetas del Uno Blanco y el Uno Tinto, Lola Durán asegura que "le encantaban. Sus primeros trabajos fueron como diseñador. Su familia tenía una empresa de artes gráficas, y las dominaba. Sus primeros trabajos eran de eso, todas las portadas de la colección Áncora y Delfín eran suyas. Conocía el mundo del diseño gráfico a la perfección y también le gustó intervenir no sólo en las imágenes, sino en las etiquetas. Y como aceptaban sus sugerencias, le encantaba".

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