Egidio García García ha presentado esta tarde de viernes en la librería Santos Ochoa su ensayo "Un invierno con Gracián" (2023), que surgió porque en la universidad, en Políticas, en Madrid, el autor tuvo como profesora Carmen Iglesias, tutora del Príncipe, que era además de una excelente docente, especialista en el Barroco. "Me orientó a estudiar y profundizar en Baltasar Gracián".
Egidio García, zamorano de Aguilar de Tera de 1951, licenciado en Filosofía y Letras, doctor en Políticas y profesor de instituto durante cuarenta años, ha escrito un ensayo con quince capítulos, más prólogo y epílogo, donde el lector "encontrará unas herramientas muy útiles para entender el mundo actual. Aunque Gracián fuera del siglo XVII, se puede hacer un paralelismo entre los primeros cincuenta años y el momento actual. Es un ensayo, un análisis, un resumen del pensamiento de Gracián que no se había hecho. Se han escrito muchos libros sobre Gracián, pero consideraba que eran necesarias una síntesis y una biografía".
Asegura el autor que los lectores encontrarán, sobre todo, "el sentido de su vida. Lo encontrarán en el Gracián y en el ensayo, resumido en esos capítulos sobre la discreción, la prudencia, la felicidad, la conversación, el arte de elegir, el secreto, el conocimiento, etcétera". Estima Egidio García que aquel momento que vivió el autor es muy parecido a nuestra época. "Ya dio unas guías, unas respuestas".
Está seguro el escritor de la reacción que tendría Baltasar Gracián en la actual coyuntura. "Iría contra la corriente, iría contra lo establecido y, por supuesto, tendría integridad intelectual, ojo crítico y leería el mundo al revés. Sería capaz de descifrar lo que en estos momentos son falsedades, mentiras y todo el mundo ese de apariencia que suele engatusar y engañar a la gente. Sería como un ojo crítico del momento actual".
Ha dedicado Egidio García un capítulo a la educación. "Su propuesta sería muy actual. Hay que elegir o preparar sobre todo y ayudar a las mentes privilegiadas. Es partidario de una aristocracia intelectual, porque normalmente la mediocridad no permite progresar a un país. No es que fuera selectivo. Es elitista. Del pueblo y la aristocracia tienen que salir los futuros líderes, y de hecho critica mucho a la aristocracia, porque son vagos y no son capaces de guiar al pueblo, a la clase pobre. Su propuesta sería validar, proteger y cuidar a esas mentes que son las que van a innovar y van a crear lo que llamamos prosperidad".
Recuerda el autor que Baltasar Gracián vivió la fractura religiosa y los colegios de los jesuitas fueron la punta de lanza contra Lutero y el protestantismo. "Sí sería capaz de hacer otra vez lo mismo que hizo en su momento con muchos problemas y dificultades".
Incide en que "Huesca era su remanso de su vida tan atribulada. Sería capaz de volver otra vez a volver una educación, una prudencia política y un hombre nuevo. Él llama el hombre realmente discreto que sea capaz de resolver los problemas, de unir el cielo y la tierra".
Enfatiza Egidio García que "Gracián tuvo suerte de encontrarse con Vincencio Juan de Lastanosa, que fue un mecenas extraordinario, fue amante de los libros. Yo veo a Gracián en esa tertulia, en esa segunda planta de la casa-palacio de Lastanosa donde se reunían con Salinas y la cultura viva de Huesca, Debería estar Huesca orgullosa de Gracián. Gracián no solo escribió. Tuvo dos etapas en Huesca: el año 36 y luego hasta el año 50 o 51 que se fue a Zaragoza. No sólo sus libros. Es que la influencia en Europa, junto con Cervantes y su Quijote, ha dejado huella. La influencia en Europa está en Cervantes y Gracián. En el aspecto científico está aquí Ramón y Cajal, también en Huesca, estudiando aquí en el Instituto. Huesca tiene que estar muy orgullosa de un literato, filósofo y también político como Gracián".