El Teatro Griego del Parque Miguel Servet de Huesca acogió este domingo el esperado festival fin de curso de la Escuela Elenco Aragonés. Un escenario al aire libre, con el encanto natural de este espacio como telón de fondo, acogió a familias, amigos y amantes del folclore.
La gala arrancó con una selección de piezas de baile que dieron muestra del trabajo realizado a lo largo del año. Desde la fuerza rítmica de la jota de ensayo hasta el sabor popular de la Jota del Rabal, pasando por coreografías con sello propio como La Bruja o la siempre emotiva Jota de Antillón, los alumnos dieron lo mejor de sí bajo la dirección experta de Alejandro Alonso y Luis Carlos Torralba, responsables de esta sección.
También destacó la ejecución de piezas como "Ta y Te" y un vibrante cierre con "El sitio de Zaragoza", que arrancó aplausos entusiastas del público.
El apartado musical brilló igualmente con luz propia. Bajo la dirección de la profesora de canto Mercedes Budios, que además se encargó de conducir esta gala, se interpretaron dos cantos grupales que resonaron con fuerza y sentimiento: “La línea del tiempo” y “Teruel”, símbolos de la memoria colectiva y la identidad aragonesa.
No faltaron las interpretaciones individuales, que permitieron lucirse a los integrantes de la escuela, demostrando el crecimiento artístico -en algunos casos refrendados premios de diversos certámenes- que han logrado a lo largo del curso.
Todo el espectáculo estuvo acompañado por la rondalla, dirigida por Javier Badules, que aportó la base sonora perfecta con su saber hacer y su pasión por la música tradicional.
Fue, en definitiva, una gran tarde. El compromiso de profesores y alumnos se palpó en cada paso, en cada nota, en cada aplauso del público. La Escuela Elenco Aragonés volvió a confirmar que la cultura popular está más viva que nunca, y que su transmisión a nuevas generaciones es garantía de futuro.