El XXI Festival Internacional de la Oralidad abría su escenario con el "cartel de completo" y con una obra excepcional cuyo texto es del dramaturgo Carlos Zamarriego, madrileño y con raíces en Robres. Una tragicomedia de humor negro tributo a la obra de Samuel Beckett estrenada en Benalmádena, ahora en Robres y en breve en el Teatro Lara de Madrid. “Trata sobre un secuestro, en el que el secuestrador debe matar al secuestrado, a no ser que reciba la llamada con la frase que da titulo a la obra, ‘'Al final no voy a cenar '”, explica el historiador Lasheras, entusiasta espectador de esta pieza en la que “brotan sentimientos como la pena, la empatía, por ambas partes, el tema de la vida, la espera a la muerte”.
Interactúa con el público hasta dejar abierta su decisión. “Termina arrodillándose el secuestrado sobre una alfombra, en la que quizá sería envuelto y se ve como el secuestrador lo apunta con una pistola”.
Zamarriego fue obsequiado por parte del nuevo alcalde, Álvaro Domec, con una escultura de Teresa Alcubierre, artista de Robres, en la que se representaban ornamentos mudéjares de la iglesia de la villa.
El festival continuará el sábado 15 de julio con la compañía Génesis Teatro, de Fraga, que acaba de cumplir 50 años y que pondrá en escena la comedia ‘Invisibles’.