Un responso de Juan Carlos Barón en el panteón real de San Pedro el Viejo ha dado paso al Homenaje en Memoria de nuestros Reyes de Aragón que anualmente, desde hace 26 años, rinde Obreros de San Pedro el Viejo dentro de la necesidad de hacer y hacernos justicia a través del reconocimiento de la importancia de nuestros monarcas para la historia de España.
En el claustro de San Pedro, ha conducido el acto Antonia Buisán, de la asociación organizadora, que ha contado con las actuaciones musicales de la Coral de Santo Domingo dirigida por Laura Duque. Tras las intervenciones, se ha efectuado la ofrenda floral a Alfonso I y Ramiro el Monje con presencia del subdelegado del Gobierno, Carlos Campo, el concejal Iván Rodríguez y el inspector Emilio Latorre, además del conferenciante, Agustín Ubieto.
El presidente de los Obreros de San Pedro El Viejo, Eduardo Cuello, ha contextualizado el homenaje a la dinastía pirenaica de nuestros reyes propios de Aragón que ressalta la personalidad de estos monarcas que, "como dirigentes, supieron llevar a cabo acciones memorables en la recuperación de significados valores para el desarrollo una nueva sociedad, con proyección a un futuro por construir tras siglos de dominio e invasión".
Esta dinastía representa "una singularidad" de gran significado en el espacio altomedieval de los nacientes reinos hispanos. Pertenecientes al tronco común hispano de la casa de Pamplona, estos líderes "ejercieron su labor entregando hasta sus vidas y dando continuidad a su antigua tradición familiar de origen iberorromano" que se sitúa en la antigua cultura clásica y cristiana. Constituye la base del progreso y la organización social con los principios del humanismo cristiano.
Vertebraron un espacio político propio de "alta dignidad" y significado en el ámbito europeo, creando "espacios de convivencia". Hicieron que su "arraigo en los sucesivos reyes" suscitara grandes avances con la política propia de la Corona española.
Ha recordado que el panteón real en la antigua sala capitular del monasterio guarda los restos de Alfonso I, rey batallador y grandioso rey de Aragón y Pamplona, Ramiro II, que como clérigo benedictino desde su educacion infantil fue un monarca singular que constituyó la Corona de Aragón, y al infante Don Fernando, abad de Montearagón en los comienzos del siglo XIII. Con otros personajes importantes de la época, "desde su silencio secular constituyen un importante patrimonio cultural que han guardado con singular respeto las generaciones que nos precedieron".
Con el valor del testimonio que encierran y su importante poder evocador como testigo de un relato histórico, "integran una memoria real, significativa de nuestra identidad como oscenses y aragoneses". De ahí su "reconocimiento especial y homenaje en este día.
AGUSTÍN UBIETO Y EL TURISMO
El profesor emérito y director de la Universidad de la Experiencia en Aragón, Agustín Ubieto Arteta, ha ofrecido la conferencia de rigor que ha centrado de una manera transversal y hasta un punto transgresora en las posibilidades del turismo de Aragón.
Ha partido del cierto desierto demográfico que constituye una buena parte de Aragón, con pueblos que apenas resisten en pie y se han marcado el objetivo de atraer visitantes. Aunque "se han dado pasos importantes", la atomización penaliza. Ha enumerado la existencia de 166 museos (algunos de limitado interés), cientos de centros de inerpretación, 77 tradiciones vividas, 157 romerías, 500 dances de las que últimamente quedaban sesenta y representaciones históricas teatralizadas por doquier, que dejan apenas "turistas de un bocadillo y una cocacola".
"Es turismo de un día que no aporta mucho dinero", con el añadido de que apenas llegan más allá que ciudadanos de "pueblos convecinos" como Navarra, País Vasco, La Rioja, "barceloneses y tarraconenses". Ávido viajero, el profesor ha señalado que en Europa hay un buen número de comarcas cuyo recorrido demanda 5, 7 o 10 días. "Aquí no las hay. ¿Podría haberla? Sí", pero demanda unidad de criterio y pensar más en grande, sin particularismos de ayuntamiento o asociación de vecinos.
Ha identificado el patrimonio como un gran atractivo que "en Europa prima como en Aragón no podemos imaginar". De ahí que el propio Ubieto realizara un estudio en el que identificaba los puntos importantes de cada pueblo y cada zona para alargar la estancia turística, en el que analizaba parámetros que tenían que ver con los servicios, con el urbanismo, con la señalética, con las fachadas, con los elementos que afean la armonía del conjunto... Y ahí establecía una relación de destinos proclives a presencia prolongada de varios días, como Albarracín en el que la Fundación Santa María ha hecho una gran labor, Mirambel, el Matarraña y, en la provincia de Huesca, Alquézar, Roda de Isábena o Aínsa, aunque con algunas carencias.
Lugares que serían capaces de "atraer a Sebastián, que es mi tribisabuelo, un personaje que vivió hace 300 años y que no le importaría volver a su pueblo, pero si pudiera gozar de la tranquilidad, el sosiego que gozaba hace años. Ahora se asusta, ve pasar a un tractor y sale despavorido, no digamos si llega un coche. Necesita tranquilidad, y esas comarcas a las que me he referido son el reino de la tranquilidad".