El centro de Huesca se convirtió este sábado en un gran escenario al aire libre gracias a una nueva edición del ciclo “Danza y Ciudad”, una propuesta organizada por el Ayuntamiento de Huesca que llevó al espacio público espectáculos de danza contemporánea, circo y teatro físico, conectando con el público a través del cuerpo y la emoción.
La jornada comenzó en la plaza López Allué con Disculpa si te presento como que no te conozco, una obra que fusionó danza y circo contemporáneo para hablar de la identidad desde un lugar íntimo. Dos intérpretes pusieron en escena un juego visual y emocional basado en la simetría, la duplicidad y la ambigüedad, generando imágenes impactantes, escenas oníricas y diálogos acrobáticos que atraparon al público desde el primer momento.

La propuesta definió con claridad la esencia del circo contemporáneo: las disciplinas circenses no como fin, sino como herramienta narrativa. La historia de dos personas que se buscan, se apoyan y se necesitan se desarrolló con un alto nivel técnico, una cuidada banda sonora, toques de humor y una dramaturgia sensible.
Después, los espectadores se trasladaron a los Porches de Galicia, donde se presentó Cuando los susurros se vuelven silencios, de la compañía Zalma Danza Teatro. Este dúo fusionó danza y teatro contemporáneo para abordar la complejidad de las relaciones humanas: los vínculos que construimos, los silencios que nos separan y el temor a no ser escuchados.

La pieza exploró el conflicto interno que aparece cuando las palabras no logran salir y se quedan atrapadas. Con una puesta en escena contenida y poderosa, los intérpretes ofrecieron una experiencia emocional sobre el miedo a perder la voz propia o a apagar la del otro, con movimientos que expresaban más que cualquier diálogo. La tensión emocional y la sinceridad llegaron al público.
La jornada concluyó con el espectáculo Hellouses y goodbyeses, también en los Porches de Galicia, a cargo de Wako Danza. Esta propuesta se basó en la improvisación, el uso expresivo de la voz y el movimiento colectivo para reflexionar sobre el cambio, la aceptación personal y colectiva, y la importancia de las caricias en cada encuentro o despedida.

Desde un enfoque poético y cercano, la pieza planteó que en nuestro interior habitan múltiples versiones de nosotros mismos, que se manifiestan según las circunstancias: unas que nos protegen, otras que buscan explorar o regresar al pasado. Hellouses y goodbyeses abordó con delicadeza cómo esas partes internas a menudo entran en conflicto, resistiéndose al cambio o aferrándose a lo que ya no somos. Fue una invitación a aceptar los procesos de transformación con humanidad.
“Danza y Ciudad” en Huesca pretende acercar las artes del movimiento a la ciudadanía y de usar el espacio público como escenario vivo para la creación y el diálogo. Una vez más, Huesca vibró al ritmo del arte.