La Iglesia de San Lorenzo cumple 140 años como Basílica, título otorgado por León XIII

El papa estimó los motivos para tal concesión avalada por el rey Alfonso XII y emitió un Breve pontificio el 22 de abril de 1884

24 de Abril de 2024
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Misa de Pontifical por San Lorenzo en la Basílica de Huesca
Misa de Pontifical por San Lorenzo en la Basílica de Huesca

La Real y Parroquial Iglesia de San Lorenzo ha cumplido este pasado día 22 de abril los 140 años desde la concesión del título de Basílica menor por parte del papa León XIII, que adujo como motivación que se trataba de "un templo en honor de San Lorenzo, Patrono de la ciudad y de toda la Diócesis de Huesca, templo colegial y parroquial, insigne por el culto y ornato, ilustre por su título real, enriquecida por las donaciones de muchos reyes de España y favorecida por nuestros predecesores con apostólicos privilegios".

La concesión fue celebrada hace cuarenta años con un solemne centenario oficiado por el obispo Javier Osés, acompañado por la Agrupación "Estirpe Baturra de Aragonia" que dirigía Carlos Vidal, y al que fueron invitados especialmente los miembros de las Cofradías de Caballeros de San Lorenzo Martir y del Santo Cristo de los Milagros y de San Lorenzo. Coincidió tal día con Pascua de Resurrección.

En Nueva España-El Periódico de Huesca, se recalcaban los méritos para la concesión del título de Basílica. "Desde la más remota antigüedad, al menos desde la reconquista de Huesca a los moros en 1096; hubo en este lugar un templo dedicado a San Lorenzo. Dice el "Lumen Ecclesiae" que "habiéndola ganado a los moros al final del año de 1096, luego, al siguiente, con la posibilidad que pudieron, le levantaron el templo al Ilustrísimo Mártir".

A finales del siglo XIII, proseguía el rotativo, bajo la protección del rey Jaime II, gran devoto de San Lorenzo, se construyó en el mismo lugar un templo de estilo gótico, del cual queda el atrio y primer cuerpo del campanario. Entre 1608 y 1624 se construyó la Basílica actual.

La tradición oscense habla de "un templo anterior a la invasión sarracena y destruido por los moros". El Lumen Ecclesiae confirma que el obispo Martín de Cleriguech mandó hacer unas excevaciones entre 1685 y 1594, y que se encontraron "vestigios y fundamentos" de ese antiquísimo templo. Es probable que con estas excavaciones estuvieran relacionadas algunas de las cuatro criptas que aparecieron en el interior de la Basílica, al afrontar la última pavimentación en 1977.

Las criptas correspondían a las actuales capillas del Santo Cristo, Santiago, el Pilar y San Andrés; En las cuatro, la bóveda era muy posterior y de ladrillo. Las dos criptas de la nave de la epístola estaban prácticamente llenas de escombros, la del Santo Cristo aparecía limpia y la de Santiago tenía en aquel momento más de un metro de agua, debidóa las filtraciónes y escape que padecía en aquel momento la red de distribución general.

Contigua al antiguo oratorio hay una quinta cripta con bóveda de piedra y arco de medio punto, que denota antigüedad anterior al templo gótico. Este santo lugar oscense llevó encerrados muchos siglos de historía y piedad laurentina.

Alfonso XII interpuso su oficio real para que el Papa concediera el título de Basílica, "favorecida por nuestros predecesores con apostólicos privilegios". Entre las prerrogativas de la iglesia de San Lorenzo de Huesca sobresale la de estar agregada a la Basílica de San Juan de Letrán de Roma, la catedral del Papa y primer templo de la cristiandad.

En 1595 fue renovada la agregación por el Papa Clemente VIII. El 16 de noviembre de 1675 el Papa Clemente X confirmó la antigua concesión, pero había que renovar la petición cada quince años. Finalmente el 1 de febrero de 1698 se concedió la agregación "in perpetuum" y sin obligación de pagar canon alguno.

El Papa León XIII consideró suficientes y valiosos los méritos de la iglesia de San Lorenzo de Huesca para que ostentara en adelante el título insigne de Basílica y se lo otorgó mediante un Breve pontificio con fecha 22 de abril de 1884.

EL SENTIDO DE LA BASÍLICA

Una iglesia es llamada ‘Basílica menor’, para diferenciarla de otras cuatro basílicas en Roma: San Pedro, San Juan de Letrán, Santa María Mayor y San Pablo (fuera de los muros de Roma), que son proclamadas como ‘Basílicas mayores’.

La palabra ‘Basílica’ viene del término griego ‘basilike’, ‘palacio’, esto es, ‘la casa del rey’. El Señor Jesús es ‘rey’ de los cristianos, y la basílica es la casa del Señor, donde el pueblo de Dios se congrega para rezar y celebrar ceremonias religiosas. ‘La casa de la Iglesia’ o ‘casa de Dios’ y la comunidad cristiana ha sido siempre uno de los principales signos de la misma santa Iglesia.

Es similar en concepto a una Catedral, pero no es la sede de un obispo. Además, es lugar estrictamente de culto y no de reunión de diócesis.

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