El Teatro Salamero de Graus acoge este viernes, 20 de junio a las 20:30 horas, el estreno del musical “Invisible”, una obra creada e interpretada por el alumnado de la Escuela de Música de Graus. El espectáculo, que se ha preparado durante todo un año, aborda dos problemáticas profundas que afectan a la juventud: el bullying y la violencia de género
El montaje está protagonizado por ocho chicas adolescentes, acompañadas por seis adultos que asumen el rol de profesorado, no de forma literal, sino “en un sentido bien poético”, según explica la directora, Ana Corellano.
La estructura del musical -que cuenta también con la intervención del pianista Enrique Lleida- combina canciones de distintos espectáculos conocidos -seleccionadas por su contenido y mensaje- con fragmentos de poesía y narrativa. Se han incorporado textos de Irene Vallejo, centrados en el acoso escolar, y también poesía de Mario Benedetti. Todo ello se entrelaza con las voces del grupo para ofrecer, como señala Corellano, “una visión clara de lo que sienten” las adolescentes en la actualidad.
Las canciones, cuidadosamente elegidas, buscan "levantar la autoestima" de los jóvenes y canalizar sus emociones. El resultado es una obra emotiva y poderosa, donde, en palabras de la directora, “cantan tan bonito porque son voces especiales, todas muy buenas, también las de los adultos”.
El proyecto no se detiene en este estreno. El equipo ya ha recibido invitaciones para presentarlo en institutos como el IES Reina Victoria de Monzón, y una nueva función está prevista para el próximo 26 de septiembre, dirigida específicamente a centros educativos. El objetivo es que el espectáculo llegue al público adolescente, no solo como una representación artística, sino como una herramienta transformadora: “Puede ayudar a muchos chicos que estén viviendo esa situación”, considera.
Corellano insiste en el impacto emocional del trabajo durante el curso: “Darles mucha autoestima”, insiste, fue una motivación clave desde el inicio. Y el proceso ha dado sus frutos: “Les ha servido para sacar muchas emociones y unirse mucho”, asegura. La experiencia, tanto personal como colectiva, ha sido profundamente enriquecedora: “Ha sido un trabajo muy bonito”.
Porque más allá del escenario, Invisible es un acto de escucha, de empatía y de denuncia. Y como afirma su directora, “creo que impactará, con la música siempre se llega más lejos”.