Joaquín Sánchez Vallés: "Un día me di cuenta de que mi infancia había sido terrible"

Historia del mundo antiguo es el título del último libro del escritor oscense

28 de Octubre de 2022
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Joaquín Sánchez Vallés: "Un día me di cuenta de que mi infancia había sido terrible"

Para el oscense Joaquín Sánchez Vallés (Huesca, 1953), escribir Historia del mundo antiguo (Pregunta) hace 20 años no fue una tarea fácil, como tampoco lo fue tomar la decisión de publicarlo. Se trata de un libro de poesía lírica que constituye “la respuesta emocional del autor a una serie de vivencias lejanas que marcaron su persona, en una época autoritaria, brutal e hipócrita como podía ser una ciudad muy de provincia en los años 50 y 60”, según describe él mismo.

Recientemente lo presentó en la librería Anónima de Huesca, acompañado por el profesor de la Universidad de Zaragoza José Ángel Sánchez, los editores de Pregunta, Reyes Guillén y David Francisco, y el anfitrión, José María Aniés, quien aseguró que la obra de Sánchez Vallés es “un libro muy emocional para la ciudad y para la historia”.

Antes que Historia del mundo antiguo, el autor escribió Preludio y Fado, y ambos responden “a una crisis” que atravesó, “fruto de su separación matrimonial”, según explicó él mismo.

Preludio es anterior al momento en la que se produce esa ruptura e Historia del mundo antiguo, posterior. “Uno y otro están llenos de angustia, amargura, duda y malestar. Muchos libros míos son de malestar, pero en otro tono”, precisó.

Inmerso en esa situación, se preguntó “qué había hecho mal”. Preludio le sirvió “como desahogo” y no descarta que, incluso, le ayudara a tomar la decisión de cerrar esa etapa de su vida, y cuando ya se encontraba viviendo solo, en un piso alquilado, le embargó “la soledad del recién separado”.

Fue entonces cuando comenzó a reflexionar sobre quién era y en qué errores había podido incurrir para encontrarse ahora de esa manera y qué le había llevado a cometerlos. “Pensando, analizando y dándole vueltas, llegas a la conclusión de que uno está marcado por su infancia. Rilke decía que la patria de uno es la infancia y, si la patria de uno es la infancia, yo me sentía apátrida”, manifestó.

"Si la patria de uno es la infancia, yo me sentía apátrida”

“Mi infancia no había sido ese paraíso que mucha gente evoca -prosiguió-. Un día me di cuenta de que mi infancia había sido terrible, como lo había sido para todos los niños de la época”. Reconoció, no obstante, que él tenía muchas cosas a su favor, porque en esos tiempos de postguerra, él pertenecía al bando de los vencedores. “Mi familia ni pasó apuros económicos ni éramos señalados con el dedo ni nos ninguneaban ni nos reprimían. Pero viví toda esa situación como un ahogo. Caí en una escuela, la Normal, en la que se practicaba sistemáticamente el vapuleo como método pedagógico. Allí el sistema era ‘La letra con sangre entra’ y te daban unas palizas de muerte”.

Admite que “a los niños de derechas” no les pegaban con semejante saña, pero sí se llevaban algún que otro bofetón. “Aprendí el concepto de disciplina, del aquí mando yo y del niño cállate porque tú no tienes nada que decir”.

Al abordar todas estas cuestiones, se planteó un día cómo podía “ser normal”, si se había educado en ese ambiente, “en unos valores falsos, completamente erróneos", y encima, intentaban convencerles de que "era la verdad revelada por Dios”.

A raíz de ese replanteamiento en momento de crisis, llegó a la conclusión de que necesitaba expresar todo lo que sentía. “Sabemos que la literatura y la poesía, además de ser un ejercicio literario, pueden servir perfectamente como terapia. De hecho, yo en aquellos momentos estaba acudiendo al psiquiatra y me fue muy bien, por cierto.

LA "TERRIBLE" HISTORIA DE SU TÍO

El primer poema que escribió, De bello civili, cuenta una historia “muy terrible” de su tío en la Guerra Civil. “El maltrato que sufrí de niño era una especie de violencia institucional creada por el estado fascista, y entre los vencedores de la guerra estaba mi tío, notoriamente conocido en Huesca como uno de los falangistas más exaltados y que fusiló a mucha gente. Y, además, era el director de la Escuela Normal -explicó-. Yo, de alguna manera, no sé si consciente o inconscientemente, asocié la violencia a la que se nos sometía en la escuela con la violencia que el director había producido en la Guerra Civil, como si la violencia de una época hubiera continuado de esta otra manera con los niños”.

"El maltrato que sufrí de niño era una especie de violencia institucional"

Precisamente, uno de los poemas que leyó en la librería Anónima, durante el acto de presentación, se refería a un pasaje que vivió a los ocho años, protagonizado por el realizador Eugenio Monesma con el que iba a clase, al que pidió que relatara previamente cómo le había golpeado un maestro hasta dejarlo sangrando en el suelo.

Por otro lado, Sánchez Vallés recalcó que tiene mucho que agradecer a su madre, porque ella le dio a conocer muchas de las cosas que habían pasado en la guerra, en un momento en el que nadie quería hablar de ella. “Supongo que sería un adolescente cuando me enteré de los desmanes que mi tío había provocado, porque eso no lo oí de boca de otros hasta mucho más tarde. “Y eso me llevó a tener una relación con este hombre muy mala, no lo podía ver”, aseguró. No obstante, precisó que no se trata de un libro contra él, puesto que, en realidad, solo aparece en dos poemas.

Buscó un título aséptico para su libro, no quería que aludiera a nada terrible ni tampoco a la poesía, y lo guardó en un cajón. “Pero cuando he visto la deriva política que está llevando España, y Europa, y el mundo en general, me he dicho: este libro hay que sacarlo, no ya como una recapitulación personal, sino como una especie de advertencia de que esto se puede repetir en cualquier momento si le damos cancha a la ultraderecha”. Y, para redondear el libro, le añadió un epílogo.

"Esto se puede repetir en cualquier momento si le damos cancha a la ultraderecha”

José Ángel Sánchez, por su parte, aseguró que se trata de un libro “terrible y, a su manera, “muy bello”, un texto “intenso, desgarrado, desgarrador, vehiculado en una forma poética que el autor maneja muy bien”, como es el versículo.

Además, recordó unas palabras que escribió Antonio Pérez Lasheras, en las que decía de Sánchez Vallés que era un escritor “que va por libre y se sujeta muy mal a las modas y tendencias” y consideró que bien valen para este nuevo libro, que lleva “un título tan severo y sin impostación lírica”.

Historia del mundo antiguo es una obra muy vinculada con su memoria vital y emocional, con los tiempos y circunstancias que le tocó vivir en su primera edad, señaló el profesor. “Me parece que no le sienta mal a este conjunto de textos el marbete de poesía cívica”, dijo también, para dirigirse a la sala con una propuesta: “Sufran un poco y disfruten con este nuevo poemario de Joaquín Sánchez Vallés”.

 

 

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