José Ignacio Lacasta-Zabalza considera que "España marcó positiva y negativamente a George Orwell", porque se encontró en este país con la solidaridad de la gente, pero "participó en el sectarismo que había entre las izquierdas".
El escritor pamplonés, que tiene familia y amigos en Huesca y Zaragoza, ha presentado este martes en la capital altoaragonesa el título George Orwell. Vida y filosofía política (Prensas Universitarias de Zaragoza) en la librería Anónima de José María Aniés, donde ha destacado, en un acto introducido por Rosario Ochoa, el compromiso y la ética del británico, y se ha referido también a su experiencia en la Guerra Civil española.
El libro, escrito en Colombia, donde reside el navarro, recorre la trayectoria del autor británico (1903-1950), desde su nacimiento hasta su muerte, y salta de su itinerario vital a su filosofía política continuamente: su anticolonialismo, deducido de su experiencia en Birmania; su conciencia social, plasmada en Sin blanca en París y Londres y El camino de Wigan Pier; su formación antifascista en la guerra civil española, como soldado y oficial, así como la relevancia del papel estratégico de las milicias en la sierra de Alcubierre (el famoso Frente Orwell).El volume n se cierra con el estudio de la crítica al estalinismo (Rebelión en la granja) y al totalitarismo universal (1984).
Lacasta-Zabalza ha explicado que la filosofía política de Orwell proviene de uns "fortísimas" convicciones éticas que adquirió en Birmania. Allí fue miembro de la Policía Imperialista de Inglaterra, "con uniforme, plaza y sueldazo", y confesó que le daba "un profundo asco" la manera en cómo actuaba con los birmanos, indúes y chinos.
"Se autocritica, reflexiona y ahí nace Orwell. Reniega del imperialismo inglés, 'Yo no estoy en la tierra para favorecer esto', y cuenta cómo acompaña a un condenado a muerte y el procedimiento de cómo lo ahorcan, que es algo desgarrador. No es lo mismo condenar a una persona a muerte, que participar en la ejecución. Allí rompe con la política oficial inglesa y empieza a sustentar posiciones de izquierdas,", ha indicado en la presentación.
El autor pamplonés ha agregado que Orwell tuvo después experiencias muy importantes como la española y ha explicado la importancia del frente de Huesca, que le conmovió profundamente y sin en el que no se entendería su libro 1984. "España le marcó positiva y negativamente. Positivamente, porque se encontró con la solidaridad de muchísima gente y, negativamente, porque participó del sectarismo que había entre las izquierdas, que parece que no aprenden nunca, en 1937, en la persecución del PC a la CNT y el Poum y la réplica de la CNT y el Poum contra el PC".
"Positivamente también -ha añadido-, porque criticó mucho el Stalinismo, pero empezó a ver al PC como un peligro para la democracia y eso no es así, porque el PC tuvo grandezas y miserias y Orwell sólo hablaba de las miserias".
En su libro 1984, Orwell escribe que los estados totalitarios tienen una consigna, dicen que la guerra es la paz. "Ahora, cualquier ciudadano o ciudadana preguntaría si estamos en guerra o en paz -ha reflexionado-. Desde luego, no estamos en paz, porque no podemos enviar armas de primera a Ucrania, que tiene todo mi respeto, y decir que no estamos en guerra. La guerra es la paz y eso es el final de 1984, cuando el mundo se convierte en totalitario".
José Ignacio Lacasta-Zabalza ha subrayado la capacidad de Orwell para ponerse en el lugar de los demás, para "ponerse en los zapatos de otros" y que "explica toda su obra", y ha observado también que Rebelión en la granja se tradujo al ucraniano en 1937 y, en este mismo libro, "Orwell les advierte de los peligros del imperio soviético".
El escritor navarro hace en este libro "una defensa a ultranza de un Orwell de izquierdas", como ha apuntado Rosario Ochoa, frente a un pensamiento liberal que trata de apropiarse de su figura.