Luis Moreno Caballud: "Con los movimientos de 2011 se transformó el límite de lo posible"

El autor fragatino ha presentado en Huesca su segunda novela, "La gran abundancia"

12 de Diciembre de 2022
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Luis Moreno Caballud: "Con los movimientos del 2011 se transformó el límite de lo posible"
Luis Moreno Caballud: "Con los movimientos del 2011 se transformó el límite de lo posible"

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La gran abundancia tuerce el presente hasta revelar su contenido distópico, situándonos ante la condena infinita de dar «valor» a vidas individualizadas. Pero no solo: también ante la certidumbre de contar siempre con la imaginación y el lenguaje a la hora de concebir una existencia diferente.

La gran abundancia (La oveja roja) es la segunda novela del fragatino Luis Moreno Caballud, que, acompañado por Charo Ochoa, ha presentado este lunes en la Biblioteca Ramón J.Sender de Huesca. El libro, que salió a la venta el pasado mes de septiembre, es una ficción distópica, que el autor sitúa en el género de la ciencia ficción política.

Charo Ochoa y Luis Moreno
Charo Ochoa y Luis Moreno.

Moreno plantea en su obra "un mundo en el que las grandes compañías, las grandes multinacionales y las élites no se dedican al dinero, no son bancos ni petroleras, sino a lo que se denomina la asistencia personal, que es proveer de historias a los individuos para darle sentido a sus vidas".

Éste será el gran negocio de la civilización y todo va a girar en torno a él. "La gente no puede vivir sin esas historias, igual que ahora no podemos vivir sin dinero, o eso creemos", y en ese sistema aparece un error y hay cosas que no funcionan, explica Luis Moreno, que apunta también que en el libro planea la intención "de reflejar por vía de la imaginación una tendencia que hay en el capitalismo occidental contemporáneo, que sería algo así como el secuestro de la imaginación".

El autor añade que "nuestra capacidad de dar sentido a las cosas tiende a convertirse en una mercancía, algo que antes se había hecho en común se nos sustrae para hacer una especie de privatización de la capacidad para dar sentido y para narrar". 

Por eso, considera que la novela le va a sonar a muchos lectores a "una alegoría o metáfora del nuevo capitalismo digital, de los nuevos medios, de la proliferación de informaciones, plataformas mediáticas, anécdotas, espéctaculos, y entretenimiento", aunque puntualiza que no sólo habla de eso, también se van a reconocer "muchos de los malestares que tenemos la gente del Occidente privilegiado".

El acto se ha celebrado en la Biblioteca Ramón J. Sender
El acto se ha celebrado en la Biblioteca Ramón J. Sender

"Realmente, gran parte del mundo está mucho peor, con problemas más acuciantes, pero tenemos muchos malestares, no llegar a nada, la sensación de que no tenemos tiempo, de agobio, la falta concentración, la falta de atención, que todo se convierte en trabajo, hasta lo que se supone que se hace por gusto, y esta especie de acumulación de experiencias puede llegar a ser necesaria para dar más valor a la vida", añade. 

Luis Moreno reside desde hace 20 años en Nueva York  y desde 2010  imparte clases en la Universidad de Pensilvania (Filadelfia), de Literatura, Cultura e Historia Contemporánea española. El novelista fragatino participó en Nueva York en el movimiento "hermano" del 15-M de España, con el que también tuvo mucha relación. "En muchos lugares del mundo, hubo un impulso colectivo en ese momento, en el 2011, para reapropiarse de la capacidad de contarnos nuestras vidas, que no nos las cuenten otros, que no nos las cuenten los de arriba, sobre todo, y para que no nos traten como a persona que piensan solo individualmente. Ese impulso todavía permanece en muchas cosas, ha dado muchos frutos, pero al mismo tiempo se ha encontrado con muchísimos obstáculos. No me atrevería a hacer un balance de si están mejor o peor las cosas, pero me gusta analizar esos movimientos del 2011, de su capacidad para dar sentido desde abajo y en común, incluso con independencia de las voces mediáticas e institucionales de la izquierda, eso es muy importante. Esa autonomía y esa capacidad de dar sentido de la gente, mediante la ayuda mutua y la conversación, siempre está muy atacada, parece que la manera en la que está organizada la vida nos hace muy difícil la posibilidad de tener el silencio, concentración, tiempo, atención y ganas para pararnos a pensar en nuestra vida y en su transformación, juntos, sin esperar a que nos digan cómo tiene que ser".

Siempre ha escrito, piensa que toda la humanidad participa en la construcción del sentido de sus vidas, "la narración es una de las herramientas esenciales".

"Yo he crecido siempre rodeado de historias escritas, contadas y aprendiendo a contarlas también. He tenido dificultades con el mundo de la publicación y también mucha distancia. Esta novela, en particular, sale de la experiencia de la crisis del 2008 y de los movimientos del 2011, que vivimos con mucha intensidad. Creo que está muy marcada por esa experiencia política y por la idea de que las cosas pueden cambiar, que cuando todo el mundo cree que hay cosas incuestionables, y que nada va a cambiar, y que los de arriba van a estar siempre arriba, que los expertos son los que tienen el control del sentido, de repente cambian. Eso es lo que pasó en el 2011, y después empiezan a aparecer muchas más voces,  se democratiza la producción de sentido y se transforma el límite de lo posible. Fue un momento en el que pasaron cosas que creíamos imposibles"

Escrita desde el malestar en el lenguaje y desde el amor a la palabra, esta novela nos lanza una pregunta: cuando se vive en un constante bombardeo de "contenidos" lingüísticos incapaces de transformar nuestra experiencia, ¿qué puede todavía la literatura?

 

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