Luz Gabás, "el carácter fuerte y el afán romántico por la libertad"

En una presentación atípica en la DPH, la Premio Planeta atribuye su personalidad a su formación: "Yo era rebelde, traviesa y curiosa. Todo lo quería hacer y ser"

16 de Diciembre de 2022
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Luz Gabás firma libros de Lejos de Luisiana en la Diputación Provincial de Huesca
Luz Gabás firma libros de Lejos de Luisiana en la Diputación Provincial de Huesca

No ha sido una presentación del libro Lejos de Luisiana de Luz Gabás. No al uso. No con la obsesión de introducir la doctrina que acaba en la compra y la firma. Ha sido una cita en el salón de una casa distinguida en torno a una taza de té. Una conversación en tiempos de la Ilustración entre tres oradores ante un auditorio con una atención reverencial. Para escuchar y aprender, para captar cada detalle. Una atmósfera de magia porque, entre reflexión y reflexión, se colaba una confidencia. Luz que reconocía que ésto o aquello no lo había contado nunca. Esther Puisac que exponía sus impresiones lectoras, que siempre tienen autoría propia. El presidente de la Diputación, Miguel Gracia, que reconocía su admiración por la generosidad de la Premio Planeta desde hace muchos años con su territorio, con sus pueblos...

Al final, el aplauso ha sido cálido, sin ímpetu, en ese equilibrio casi imposible entre la euforia y la serenidad. Con la sensación de que todos habíamos vivido una íntima conversación con la novelista. Había sido difícil cuadrar la agenda, porque la gira del premio ha sido intensa y extensa, pero al final es Huesca el lugar elegido para este punto y seguido para una nueva etapa que será más literaria, más específica, aunque igual de amplia. Miguel Gracia ha recordado la vocación de servicio municipal de Luz, y aquella ópera prima que fue Palmeras en la Nieve que literariamente tendió un cable entre los aventureros ribagorzanos y la Guinea de ida y vuelta. Las colaboraciones con el patués que mantiene la lengua viva. Y el nexo de la admiración por otra constelación del Planeta, Javier Sierra. Y, finalmente, el descubrimiento, ahora sí para muchos españoles y muchos altoaragoneses, de que Luisiana se regó con vida española.

Luz Gabás, Miguel Gracia y Esther Puisac
Luz Gabás, Miguel Gracia y Esther Puisac

Luz, franqueza pura, ha reconocido a su interlocutor su resistencia en las labores institucionales. Para ella fueron "años duros", aunque en la remembranza se queda con hitos como el Bachillerato conseguido para el valle y varios asfaltados: "Cuando paso por ellos, me digo que esto es gracias a mí". Y algunos logros por voluntad indirecta, como el detalle del director de Palmeras en la Nieve, Fernando González Molina, que respetó algunas escenas precisamente en patués. "Se ha escuchado el patués por todo el mundo".

A cada interpelación de Esther, Luz ha replicado con una reflexión. ¿Adónde va tras el Planeta?. "Esto es una transición, pasará, todo se recoloca y volveré a seguir escribiendo, en el mundo rural", en ese universo inspirador que es la provincia de Huesca, Monzón, Benasque, Anciles. "Cuando me preguntan de dónde soy, siempre contesto: de Huesca. Y si me inciden de qué parte de Huesca, respondo que del norte". De ahí el simbolismo de la comparecencia de hoy ante los suyos, porque los suyos son de la provincia de Huesca y una representación ha acudido a escucharla por voluntad. En realidad, eran más, pero en puertas se han quedado unas cuantas decenas de admiradores de las letras de Luz.

Un video ha sacado sus sonrisas y carcajadas. Imágenes de su infancia, de su adolescencia, de su estancia norteamericana, con su canción favorita, con las portadas de sus libros porque, en realidad, de aquella niña y su posterior evolución ha partido todo. "Yo era rebelde, traviesa y curiosa. Todo lo quería hacer y ser". De ahí su atrevimiento y la apertura de sus ojos. Ojiplática quedó en el viaje de estudios con el Mor de Fuentes de Monzón cuando conoció la pizza. Y un año después cuando se trasladó a Estados Unidos. "Me abrió la mente. Te das cuenta de que todo lo tuyo no sirve para nada allí. Me costó adaptarme. Aprendí la interculturalidad que nunca me ha abandonado, a ver la realidad que no es única".

Una confidencia más al zurrón de la audiencia, atenta. Ni siquiera se oyen las toses características de estos días. "De pequeña yo quería ser granjera. Me gustaba mucho la película Zelig de Woody Allen, que se mimetizaba con todo el mundo. Yo he sido un poco Zelig, me gusta mimetizarme con el entorno. Así vives más vidas, por eso me gusta meterme en la piel de muchas personas. Con doce años, me regalaron un diario. Escribí doce tomos hasta que me casé. Cuando encontré a José, dije que ya no tenía que seguir... En pandemia las releí". Y las destruyó. "Sólo me guardé la primera hoja". Ahí figuraba, por ejemplo, que quería estudiar Periodismo, pero renunció porque no había en Zaragoza.. "En la universidad, escribía poemas. También guiones de cortos, cine y teatro, todo muy amateur. Tenía inquietud de artista".

Escuchaba mucho. Y de las narraciones en vivo emergió su primera obra, Palmeras en la Nieve. "Surgió de la tristeza. Papá murió y pensé que sus narraciones sobre Guinea no se podían perder. Benasqueses en tierras exóticas". Se lo tomó como un deber. No tuvo prisas. Tampoco perdió el tiempo. "Disfruté mucho construyendo la arquitectura de la novela. Kilian me recordaba a papá. Lloraba mucho. Mi madre guardaba todas las cartas que le mandaba. Leí todas las cartas que me sirvieron de inspiración". Había no sólo una historia, sino también una causa. Luz desconocía los entresijos del mundo literario, así que, cuando le llamó la editora Raquel Gisbert, de Planeta, la excitación subió de tono. "Estaba en Benasque sujetando alfileres a Miguel Ángel Lahoz, preparando la exposición de la recuperación del traje típico benasqués". Naturalmente, los alfileres quedaron desparramados.

LE "RECIBIÓ LA REINA SOFÍA"

Tomó el primer tren de alta velocidad, "en tensión. Era la primera vez que me monté en el AVE. Ni loca quería ir a 300 kilómetros por hora". Llegó al edificio de Recoletos y, cuando tornó la puerta, ¡sorpresa!: "¡La Reina Sofía! ¡Por Dios, gracias, Madrid!" ¡Menuda recepción! La monarca salía de la Casa de América. Ya abandonado el tono de chanza, sigue el hilo de aquella peripecia. "Superé el miedo y cambié por la ilusión. El mundo editorial es una maquinaria tremenda a todos los niveles, y es un descubrimiento".

Luz Gabás huye de las hipérboles que rodean parte de la vida pública. "Me considero querida. Al final, en este mundo nos juntamos los que coincidimos más, los que tenemos coincidencias, los que somos de provincias... No todo el mundo vive en Madrid". Cita a varios colegas, como Manuel Loureiro o Rosario Raro ("Vivir en Canfranc"), que viven felizmente "en provincias". Incide: "Yo me siento querida y valorada". Y rechaza haber sufrido discriminación alguna por razón de género. "Sólo una vez he sufrido un desaire, cuando era alcaldesa. Un señor muy mayor no quiso reunirse conmigo cuando se enteró de que era mujer. Pero en el mundo literario, hay muchísimas mujeres. Mi generación puede presumir de que tiene voz femenina". Sin ir más lejos, expone la condición líder de Dolores Redondo en la novela policíaca". "Yo no percibo que haya libros para hombres y para mujeres. Escribimos para quien nos quiera leer. Y sólo algunos perioditas nos preguntan si escribimos para mujeres. He vuelto de México y no ha habido en las muchas entrevistas que me han hecho ni una sola pregunta sobre género. No, solo hay libros y literatura".

Contesta al requerimiento sobre la idoneidad de trasladar libros al cine. Reconoce que hay autores renuentes, "Zafón no quería que se hicieran películas con sus obras. No es mi caso. Lo pasé tan bien con Palmeras en la Nieve... Recuerdo que fui a AtresMedia y me recibió Mikel Lejarza. Hasta que llegué a su despacho, ni en presidencia del Gobierno hay tantos pasillos y pasillos. Me presentó la película con la música y una muestra de actores. No tuve miedo en ningún momento. La película no puede ser exactamente igual que el libro. Pero mucha gente joven aprendió lo que fue la vida en Guinea por la película".

Vuelve el escribano firmante al principio: ¿Ésta es la presentación de Lejos de Luisiana? Pero da igual, el resultado está siendo tan delicioso, tan fluido, que el salón de té en el que se ha convertido la Diputación respira imaginación.

Seguimos. "Regreso a tu piel". "Siempre hay temas sobre los que quiero aprender. Es fundamental para mí ser siempre estudiante, aprendiz". Ahí entra un asunto fascinante, esotérico. "La brujería en el Pirineo. Salem en Massachussets, Zugarramurdi en Navarra y en el Pirineo tenemos nuestra propia brujería. Es digna de ser contada la historia, como hizo el compositor José María Ciria por las mujeres ejecutadas en Laspaúles" en 1593.

Prosigue la inspiración que acompaña a Luz Gabás con "Como fuego en el hielo" y "El latido de la tierra". "El Pirineo con su identidad marcada. Nosotros tenemos más que ver con la Val de Arán que con Teruel. La relación no se ajusta a las líneas en los mapas de los límites políticos". Ahí confluyen "la cultura del frío, el concepto de casa como núcleo social e identitario. No nos conocemos por el apellido, sino por la casa". Incluso pese a la frontera, con Francia hay separación pero también comunicación. Incluso propagandística. Y es la cultura de la naturaleza en la que se abre paso la transformación a la modernidad y a la vez el gran drama de la despoblación. Un último rasgo, junto a la comida o la lengua, es "el carácter fuerte y el afán romántico por la libertad".

Salió Luz Gabás de participar en el jurado del Premio Azorín desde Alicante. Montó en un tren nuevo. Expresó a la revisora su extrañeza por la vacuidad del modernísimo vagón. Enseguida se iba a cerrar el país. Pasé a por mi madre y dije, vamos que tenemos que confinarnos. No me fue mal. A los que nos movemos mucho, parar así nos viene bien". Dos años recopilando y organizando. Y ahí, por fin, llega "Lejos de Luisiana".

"PRIVILEGIADA DE DIOS..."

Han transcurrido cinco sextas partes del tiempo previsto, aproximadamente, y ya hablamos de nuestro libro. "Lejos de Luisiana", Premio Planeta 2022. Un video de su gira con Cristina Campos ("Historia de Mujeres Casadas", finalista) antecede a las carpetas, ficheros y amplia documentación sobre franceses, españoles, ingleses, americanos, religiosos, comerciantes, tramperos y todos cuantos transitaron por la Luisiana de 1763-1803. Un libro "difícil de diseñar, de tramar. Ha sido como un telar en el que se entretejen batallas". La mirada de Luz Gabás es la de una mujer ávida de conocimientos históricos, "no estudié tanta historia como me hubiera gustado", a la que fascina este tipo de novela. "Te evades y entablas un diálogo con el presente".

La experiencia de la gira ha sido "muy potente, de muchísimo trabajo. A veces. te faltan las fuerzas y dices: me echo un trago de agua y ya me desmayaré luego". Mira cuanto le está sucediendo con perspectiva. "Me considero privilegiada de Dios, de los astros, de lo que sea". Desmenuza levemente los trazos y valores de la novela. Esa lealtad que transversalmente exige a las tribus adaptarse al curso del río en el que ora mandan los ingleses, ora los franceses, ora los españoles. El Misisipi legendario, y esas reuniones de los jefes locales con los gobernadores en los despachos de éstos en Nueva Orleans. "En esto tampoco ha cambiado tanto con la política española actual: tú que me das y yo veo qué te doy". La fidelidad y el amor regados por el río vertebrador de la novela, y Benasque que es habitual y Huesca "que también sale en la novela". Y es que Luz Gabás, hoy Lejos de Luisiana, proclama una devoción que la explica: "Lo concreto y lo universal me encantan".

Es el final de la conversación y del relato. Por delante, casi dos horas de firma de ejemplares. Algo parecido al éxtasis en versión literaria.

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