"Hemos dicho mucho sin decir nada". Así ha concluido la presentación de Corazón de Oro, la sexta novela de la novelista oscense (de Anciles y de Monzón) que guia hasta la California de la fiebre del oro, con una contextualización perfecta fruto de su imaginación y de su rigurosa documentación para entender geográfica e históricamente aquella epoca y ese territorio. Ha sido presentada por Esther P. Nogarol con quien ha establecido en la Diputación Provincial una rica conversación antes de la firma de ejemplares. De lo desvelado, se aventura una narración fascinante, rica en detalles y en personajes que evolucionan hasta el punto de que no se pueden encasillar en comportamientos y conductas inamovibles.
Isaac Claver y Luz Gabás se han congratulado de tener dos montisonenses encima del escenario. El presidente de la Diputación ha mostrado su orgullo por "recibir a un referente cultural como es Luz. Este acto refleja la importancia de las letras aragonesas, esta e su primera presentación a nivel mundial. Más de 500 páginas de una trepidante historia que estamos deseando escuchar".
La novela de la Premio Planeta empieza en 1849 y se sitúa en las tierras de California, que son un entorno "cercano" familiarmente y para España. La fiebre del oro es "un hilo del que tirar maravilloso", un tema del que ha aprendido mucho porque "lo que sucede allí no lo hemos visto en las películas del Oeste".
Esther P. Nogarol ha reconocido que había influencias y recuerdos de Cerler que bien podrían haber sido otra parte del Pirineo. "¡Qué mejor que llevar en la sangre de viaje a Cerler!" El nombre del protagonista, "Lorién, un nombre de la tierra que suena muy bien en inglés, y además en Huesca es San Lorenzo". Para escoger otros nombres de protagonistas, ha aprovechado la pasión de su marido por la genealogía, con Marot o Petronilo, que encontró en un listado de personas mejicanas.
Ha admitido Luz Gabás conexiones con Borregueros de Carlos Tarazona y su inspiración en la tradición pastoril instalada en Estados Unidos, pero ha reivindicado el rol histórico del libro en la coyuntura de aquella California que dejaba de ser española para convertirse en estadounidense.
Luz Gabás ha afirmado que su trabajo de documentación no para hasta que "veo que la puedo visualizar". Hay nombres que "te puedes inventr, pero los importantes, si los puedo conseguir, considero que mejor", persiguiendo que la "novela sea veraz por el contexto histórico y verosímil, porque entra muy fácil y ya se puede creer".
En cuanto al título, Corazón de Oro, "es posible que haya menos malos que en otras narraciones del género. Yo hablaría más de transformación, porque me gusta que el personaje evolucione. No quería que fuese una novela de buenos y malos como en películas. También los antagonistas los podemos analizar desde otra perspectiva., ¿Por qué no? Hay diferentes personajes con distintas motivaciones, y si entiendes su vida entiendes el concepto", con matrimonios jóvenes con hijos pequeños buscándose la vida, estudiantes que tienen la fiebre del oro "porque desde el Gobierno me animan a colonizar una tierra que no es la mía". "Una suma de individuos que por distintas circunstancias tomaron esta decisión".
Los personajes se enfrentan a dilemas porque "es una tierra en la que puedes elegir. Puedes tener un Corazón de Oro pero quizás tengas que actuar sin estar de acuerdo con tus valores".
La cita inicial del libro es de Neil Young: "Quiero vivir, quiero dar, soy un minero en busca de un corazón de oro", una de esas expresiones que induce a buscar precisamente el Corazón de Oro. Ha forjado un personaje que pretende que adquiera en su trayectoria esa condición.
Ha asegurado que profundizar en la fiebre del oro le ha cambiado su visión de aquella época, en la que los extranjeros eran recibidos con hostilidad por los lugareños que crearon sus propias leyes locales. "Curiosamente, antes de que llegaran los enfrentamientos, llegaron las etiquetas" a los españoles o los chilenos o los irlandeses. "Había cosas que me recordaban a la actualidad. La hostilidad en los primeros campamentos fue dura". Cuando en 1850 pasó a ser estadounidense, ya se puso algo de orden.
La ambición saca lo peor de las personas. San Francisco era una población con casas de madera de 500 habitantes y en tres años tiene 50.000. "Adaptarse, gestionar, organizar esa vida con personas que hablan diferentes idiomas fue complicado. Ahí entra el choque sobre de quién es el territorio".
Luz Gabás ha reivindicado su Anciles por Iris Jordán, la chef estrella Michelín, o Valentín Ferraz, el que fuera presidente del Consejo de Ministros en 1840 y ministro anteriormente, y de las muchísimas personas representadas en las abuelas que tanto han trabajado.
Y ha concluido con la certeza de que los lectores apreciarán una atmósfera que varía muchísimo las películas del Oeste, aunque sus bandas sonoras han acompañado la firma de libros hasta el final.