Manuel Macías, 40 años pintando con la ilusión del primer día

El artista muestra sus enigmáticas y cautivadoras acuarelas en el Centro Cultural Ibercaja de Huesca

02 de Junio de 2023
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Exposición "Desde mi entorno" de Manuel Macías. Foto Myriam Martínez
Exposición "Desde mi entorno" de Manuel Macías. Foto Myriam Martínez

En el vasto lienzo de la experiencia, Manuel Macías, pincel en mano, despliega su arte con la maestría de los tiempos. Cuarenta años sabiendo disfrutar de la belleza y emocionarse con ella, desde aquella primera exposición en la sala del Banco de Bilbao, cuando sus pinceladas, todavía con 25 primaveras, resultaban demasiado tiernas.

Ahora, a los 65, su paleta resiste con mayor firmeza todo lo que quiera poner sobre ella y, sin embargo, su ilusión juvenil desafía los embates del tiempo y se mantiene igual de fresca.

El Centro Cultural Ibercaja ha acogido este viernes la inauguración de una muestra donde, anclada a la pared, se puede admirar una selección de su obra, en la que, cómo no, la acuarela es la reina sin paliativos. En un acto previo en el salón de actos, Fernando Alvira, miembro de la Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, le ha calificado como "uno de los acuarelistas más reconocidos y laureados de este principio de siglo y milenio". 

"Macías ha trabajado las posibilidades del color y progresado con tesón en su manejo a lo largo de los años, para conseguir la creación de atmósferas cambiantes y lejanías imposibles -ha dicho-. El contenido de sus acuarelas excede el mero dominio técnico que resulta espectacular a cualquiera de las miradas que se posan sobre sus acuarelas. Es un bello canto a la naturaleza que nos rodea y olvidamos con demasiada facilidad".

Sí, porque la acuarela, como un hechizo irresistible, se adueñó de Manuel Macías desde los albores de su arte. Confiesa que es el agua su peor adversario y su más fiel aliado, y dominarla es un desafío que asumió y que le ha llevado a tejer una duradera relación de amor.

"Desde mi entorno" reza el título de la exposición, revelando los escenarios que acogen la vocación del artista, desde su hogar, a sus montañas, el Pirineo, la Sierra de Guara, el Delta del Ebro y Huesca, su ciudad. Siempre con su compañera, Lola Harranz, con la que puede andar siete horas o subir 2.300 metros para sentarse junto a un lago, comer un bocadillo y dar rienda suelta a su paleta de acuarelas, mientras ella se aprende un libreto de teatral.

Y allí, el artista -artista porque le pone alma- encuentra esa emoción de la naturaleza que impregna sus lienzos y que ha hecho posible esta exposición. La mayoría de las obras las ha pintado del natural, en contacto directo con su objetivo, mientras que los lienzos más grandes, esos que no caben en una mochila, son el fruto de una fusión de bocetos, fotografías y apuntes.

Manuel Macías agita el pincel y la luz se transforma para crear una suerte de atmósferas que visten de misterio todo tipo de motivos, desde un charco, a una catedral, el embalse de Vadiello o cualquier imponente pico de los Pirineos. 

Y entre sus creaciones, un cuadro emerge titulado "El bosque de los hombres sin alma", donde el artista desvela la esencia oculta del ser humano en un paisaje enigmático y cautivador.

 

 

 

 

 

 

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