La poesía difícilmente ha sido, desde la antigüedad, un espectáculo de masas. Ni falta que hace. El hecho poético requiere intimidad incluso en la compañía, sin alardes, porque la verdad de la belleza no entiende de exhibiciones. La Catalítica ha sido este domingo un ágora en la que han retumbado composiciones de autenticidad. Los Retazos de la Nada de María José Álvarez. Entre Cosas y Miel de Miguel Ángel Beltrán "Trisurko". Rodeándolos, en un círculo virtuoso, unas decenas de amigos y de amantes del género lírico. Un ambiente relajante de penumbra, un sonido sutil y las palabras sobrevolando la atmósfera.
Los Retazos de la Nada son una obra especial de María José Álvarez, asturiana, renacida en Huesca hace muchos años atraída por la docencia. Luego por el emprendimiento. Más tarde, Dios dice en una persona inconformista que busca nuevos mundos que rimar. Más allá de poemas de esta obra, ha recitado algunos otros sorprendentes, como ese hilo vital que les ofrecemos parcialmente en video en el que ha recorrido los paisajes astures de su infancia y adolescencia hasta llegar a Huesca, sin conocer dónde se metía, seducida paulatinamente por sus calles, por sus gentes, por el verde, por los danzantes, por la alegría. Y aquí ha echado raíces.
Miguel Ángel Beltrán es otro oscense de adopción, pero fato, fato. Sin renunciar a sus orígenes de Bujaraloz, y sobre todo consciente de que su sino es recorrer el mundo. En su cabina de camión, donde cada noche escribe. Al principio, terapéuticamente para vomitar sus demonios. Poco a poco, domeñando las iras y reconvirtiéndolas en alcobas de amor en verso. Hoy, ha pronunciado una hermosa llamada a su hija, un poema inédito titulado "¿Sabes?" Y, ¿sabes, amigo lector? Los aplausos han fluido, pero suavemente, con delicadeza, al tenor de los versos. Con una bebida con la que refrescar y acompañar la poesía. La belleza se ha enseñoreado de La Catalítica. Es un buen maridaje.