María y Sergio, dos hermanos mellizos de Zaragoza, han conquistado el corazón de miles de personas con el baile de la Jota de Antillón. A su corta edad, siete añitos, estos pequeños prodigios han sabido transmitir su pasión por la máxima expresión del folclore aragonés, que aspira a ser declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Sus orgullosos padres, Raúl Ripol y Leticia Soriano, les han inculcado un amor profundo por esta tradición y unos valores que les ayudan a crecer, apreciando la importancia del esfuerzo y el trabajo.
La magia que emana de estos niños tan pequeños radica, en parte, en la conexión tan profunda que se advierte entre ellos.
Casi 300.000 personas -y la cifra sigue creciendo día a día- han contemplado, hasta la fecha, el vídeo de su actuación en la gala de Aspanoa, celebrada el 10 de diciembre de 2022, que se aloja en el canal de Youtube de EL DIARIO DE HUESCA. Los comentarios llegan de países de distintos continentes.
Estos son algunos de los mensajes que han dejado escritos: “Soy una viejita chilena y ver a estos niños bailando tan lindo me ha emocionado , muchas felicidades desde Quillota, Chile”.
“Desde Venezuela, de un español con muchos años fuera de España, pero con ella dentro de mi corazón. Un hermoso mensaje de hispanidad de unos niños maravillosos que representan la jota aragonesa de forma tan armoniosa, y mensajeros de nuestras tradiciones que perdurarán por siempre. Viva España, viva Aragón, Viva el espíritu de Agustina”.
“Estoy llorando a lágrima viva... No se puede tener más arte desde chiquitos... Viva Aragón y viva España!”
“Hermoso que sigan conservando sus tradiciones. Soy mexicana, desde muy niña tomé clases de danza folclórica hasta que me casé. Y sigo amando la danza. Amo el folclore de todo el mundo!!!! Gracias por este hermosísimo vídeo”.
“Dios los bendiga. Me han hecho llorar. La jota es de todos los bailes regionales de España el que más me emociona. Soy andaluza y me quito el sombrero”.
“Tengo 74 años y no recuerdo tener la sensación de estar vibrando por tanto lo que transmiten estos bailarines, viva su arte, sus profesores y las madres que los parió”.
“Oscenses y de España entera, pero qué maravilla la jota y qué bien lo han hecho los niños. Desde Jerez de la Frontera, ¡viva la jota y viva Aragón!".
“Desde santiago de Chile! Bella danza!! Los niños tienen técnica! Bailarines! Hermoso”.
“Alucinante, no alcanzan los ojos para ver tanta belleza, tanta sincronía, tanta perfección. Qué fantástico inculcar a los niños sus tradiciones, ellos harán que su España siempre esté vigente. Gracias por compartir. Desde Argentina mi saludo”.
“Soy de Argentina, con un abuelo navarro que vino con dieciséis años y nunca más volvió, hoy tengo casi setenta, pero no olvido cuando de niña me decía: Así se baila la jota...gracias abuelo Ángel!! Gracias niños por hacerme recordar!!”
“Precioso. ¡¡Por Dios como bailan esas dos criaturas!!. Qué bonita y emotiva es una jota aragonesa. Yo soy sevillana y se me saltan las lágrimas de emoción”.
Y así hasta cerca de 400 comentarios -a día de hoy- y más de 5.200 reacciones.
TRAYECTORIA ESPECTACULAR
Antes de encandilar a todo el auditorio Carlos Saura del Palacio de Congresos de Huesca, ya habían triunfado antes en el Certamen Oficial de Zaragoza.
A sus padres les viene la afición por la jota de lejos. Raúl Ripol empezó en la Escuela Municipal de Zaragoza con 8 años y ha participado en formaciones como Los Mañicos, Aires del Ebro, Renacer, Solera de Aragón o Templanza Aragonesa, donde también coincidió con Leticia, que empezó de pequeña con el grupo La fiera.
Animados por muchos vecinos que se lo pedían, decidieron abrir una escuela en Valdespartera a la que llamaron Vientos de Aragón, en el curso 2012-2013, con el fin de potenciar la jota y dinamizar el joven barrio al que se habían trasladado a vivir.
Los hermanos, que sólo tenían dos años, se incorporaron a las clases. Comenzaron con algún baile popular, cosas sencillas como la Polca Bibi, o el Tin tan, “que les servían para coger ritmo y se lo pasaban muy bien”.
Enseguida, quedó claro que habían nacido para bailar al compás de la jota. “María tenía mucho ritmo, estabilidad y facilidad. Los dos oían una pieza, y María te hacía el paso enseguida, siempre ha tenido mucho oído -explica la madre-. A Sergio se le notaba la diferencia en su desarrollo, ya se sabe que los chicos llevan otro ritmo, pero siempre se esforzaba y trabajaba para llegar a la altura de su hermana, y es para alabárselo. Ahora, los dos tienen capacidades parecidas”.
La pandemia fue un tiempo de reclusión en casa, pero no de parón. “Hicimos de todo, vídeos, grabaciones, cantábamos, bailábamos y ellos participaban -explican Leticia y Raúl-. No se podía ensayar, pero seguimos haciendo cosillas mucho tiempo”.
En octubre de 2020, Raúl participó, junto a personas de distintas generaciones, en la gala LOVE organizada por la Academia de las artes del folklore y la jota de Aragón para el apoyo a la Jota Aragonesa como Bien Inmaterial de la Humanidad, que se celebró en el Teatro Principal de Zaragoza
Allí conocieron a Juan Carlos Aguayo y Carla Caballero, ganadores del Premio Ordinario del Certamen Oficial 2019, que se quedaron prendados de los dos pequeños, capaces de transmitir tantas emociones a quienes les observaban.
A principios de 2021, el matrimonio se dio cuenta de que María y Sergio “apuntaban maneras” y entonces, Raúl y Leticia decidieron inscribir a sus hijos en la escuela Baluarte Aragonés para completar su formación como pareja solista. “Llegó un momento en el que exigirles era complicado, porque, aparte de enseñar, somos padres, y pensamos que se esforzarían más con Juan Carlos y Carla". y los niños, encantados. A día de hoy compatibilizan ambas escuelas.
En 2021, participaron en la eliminatoria del Certamen Oficial. Era la primera vez que se presentaban a un concurso y que bailaban delante de un jurado, ya que era a puerta cerrada. En marzo de 2022, obtuvieron en Ricla el primer premio, repitieron puesto en el Certamen Solidario y quedaron segundos en Daroca.
Pasaron todo el mes de agosto en el pueblo y, en septiembre, comenzaron a prepararse con intensidad para el Certamen Oficial 2022, donde compitieron en la categoría Benjamín (de 5 a 9 años). “Juan Carlos les enseñaba todos los días, fue un esfuerzo brutal. Es increíble la capacidad de aprendizaje y de adaptación que tienen; y si se equivocan, saben gestionarlo y corregir. A mí -subraya Leticia-, cada día me sorprenden y me enorgullecen más”.
Raúl y Leticia recuerdan con emoción ese día, en el que los niños estuvieron espectaculares e hicieron que la Sala Mozart se convirtiera en un murmullo unánime de admiración. “Llamaban la atención, la verdad -afirma con humildad la madre-, nunca había visto algo así. Juan Carlos les pidió que fueran naturales y que ejecutaran bien la jota, y eso hicieron”.
GALA DE ASPANOA
Y llegó el momento de deslumbrar también a los oscenses. "Que te llame Roberto Ciria para colaborar en la Gala de Aspanoa, a favor de los niños con cáncer, fue increible y no dudamos ni un segundo en confirmar la asistencia de los pequeños".
La Jota de Antillón ha sido la llave que ha abierto todos los corazones. “Es muy especial para nosotros y queremos visitar el pueblo. En el Certamen de Zaragoza les cantó Sofia Bueno y en la gala de Aspanoa Campeones Extraordinarios del certamen como Elena Casaña, Oscar Badias y la actual campeona Lorena Larrea. Huesca es ya un lugar muy querido, porque siempre nos han tratado superbién, con mucho cariño: los anteriores nombrados y otros como Roberto Ciria, Mercedes Budiós, Alex Alonso, Jairo Periz, … Da gusto ir a Huesca”.
Raúl y Leticia viven este momento como si fuera un sueño, pero creen que sus hijos no son tan conscientes de lo que están haciendo y lo bien que lo hacen, ni de que están siendo acompañados por los mejores músicos y cantadores de Aragón.
Pero, como padres, desean que sus hijos no pierdan la inocencia y sigan disfrutando, mientras hacen felices a la gente -a este y al otro lado del oceano-, con sus perfectos movimientos y con esa complicidad. Con esa sencillez infantil tan cautivadora, que, sin pretenderlo, les ha convertido en dos pequeños embajadores de la jota por medio mundo.