Mariano Lavida, el único cartomago profesional aragonés y uno de los pocos de España vive en el Pirineo de Huesca. Volvió a los escenarios esta primavera tras cuatro años alejado de los platós y ahora su objetivo es “llevar la magia al medio rural”.
Nació en Alagón y vivió allí hasta los 20 años. Después, se dedicó a viajar, a recorrer mundo, a descubrir y descubrirse a sí mismo. Siempre con la baraja de cartas y una mochila llena de curiosidad.
Ha probado todos los lenguajes artísticos, como espectador, como lector, como observador y como persona, "porque hay cosas que sólo se pueden comunicar a través de él".
"El lenguaje artístico son gotas de ficción y de fantasía que no hablan de otra cosa más que de la experiencia y la condición humana -añade-. Una novela es buena, si al final lo que hace es enseñarte y contarte algo sobre ti mismo, aunque no te des cuenta. Una buena película, una buena canción, o una buena obra de teatro siempre dejan un poso".
Mariano Lavida cuenta que fue "un niño rata", que con 10 o 12 años ya estudiaba a Platón, Sócrates y a los filósofos presocráticos. Para cuando les mandaron leer El Quijote en el colegio, él lo había hecho ya por dos veces. "Me parecía más interesante lo que contaban los libros que lo que encontraba en las vidas de los demás", explica.
Era un niño muy solitario. Sus padres tenían una finca junto al río y aquello también le proporcionó una manera concreta de ver la vida. "Al final -observa-, el pasado te marca el futuro".
Y como siempre le ha gustado estudiar todo, comenzó a empaparse de todo tipo de disciplinas, porque cualquier rama del saber le parece "enriquecedora".
Y llegó un momento en el que ya no solo absorbía, sino que tenía auténtica ansia por compartir. Aprendió a tocar la guitarra, el piano, cantaba rap, grabó discos, escribió poesía, recitaba monólogos, aprendió números de circo con el diábolo y con el monociclo, y escribió novelas, hasta que encontró la magia y en ella un punto de convergencia para transmitir su manera de ver el mundo "con mucha más facilidad que a través de otro medio".
Tendría 20 años cuando decidió que la magia le iba a acompañar toda la vida aunque reconoce que también le gusta mucho la literatura y ve posible terminar comunicándose también a través de ese lenguaje. Experimento si podía vivir solo con una baraja de cartas y llegó así hasta Suiza. Se fue a Madrid a buscarse la vida y acabó trabajando en televisión. Con 24 años presentó el programa Wooala, que se emitió en Boing, el canal infantil de Mediaset junto a Borja Montón.
"Todas las artes hablan de la vida pero están limitadas al terreno de lo racionalmente posible y sin embargo la magia se cuela por una rendija y te muestra, en vivo y en directo, delante de tus cinco sentidos, el imposible -explica-. La magia hace que tu sientas, vivas y razones que algo que estás experimentando no puede ser. Entonces se genera una chispa, como en la antigua Grecia, y te genera una duda, porque el imposible va rodeado de misterio, de un misterio muy puro, muy básico, que puedes experimentar".
Mariano Lavida observa que solo la ciencia puede demostrar cosas, "pero siempre hay mucho más misterio que certeza". Y recuerda las palabras de Newton, que dijo que "conocemos una gota e ignoramos el océano", y en su opinión, "eso es así y lo seguirá siendo hasta el infinito".
VIVE EN EL PIRINEO
El cartomago vive en el Pirineo oscense, en mitad del monte, en silencio. "Me levanto por las mañanas y siento que es un milagro estar vivo, y ver una bola de fuego en el aire y pensar: qué pasada, quién la habrá puesto ahí".
Su lugar de residencia combina una parte real y otra virtual, "como todo en la vida". Esa parte de fantasía se encuentra alojada en un dominio web que se llama La Atalaya Del Engaño, donde se puede entrar y conocer su casa y el paraje donde se ubica, en un lugar que prefiere no desvelar. Allí escribe, piensa, retransmite y a veces acuden magos a aprender y a estudiar.
El cartomago confiesa que su yo alberga dos caras de una misma moneda, así que lo mismo puede ser muy social, que necesitar como el aire estar completamente solo. "Tengo una parte a la que le encanta la gente, y la quiero, y la adoro, y me gusta el amor y el sentimiento, y el dar y el recibir; y luego tengo otra, a la que le gusta el silencio, la soledad, estar leyendo libros, llevar mi propio ritmo. Yo paso de los ritmos circadianos, un día me puedo levantar a las 12:00 y echarme a dormir a las 3; otro día me levanto a las 16:00, cuando tengo hambre como y cuando tengo sueño, duermo. Es la única manera de permitirme ser yo al cien por cien para que luego lo que haga sea verdadero y sincero. Esta es una parte caótica que tengo que solo está conmigo mismo".
MAGO LAS 24 HORAS
Considera que algo muy característico en él es que antepone la persona al artista. "Yo soy Mariano y soy mago las 24 horas del día, no diferencio estar actuando de estar comprando el pan". Cuando empecé me dijeron que no se podía vivir de la Cartomagia y yo vivo de ella, aunque en realidad está mal dicho porque yo vivo de experimentar la vida con toda la fuerza del mundo, porque soy como un poco kamikaze incluso, me gusta conocer las cosas de manera práctica, vivencialmente, y todo eso, aunque luego no se verbalice en el espectáculo, creo que es lo que se transmite".
Las experiencias y el conocimiento que ha acumulado a lo largo de su vida le han aportado mucha libertad. "Creo que hay una felicidad muy interesante en la ignorancia, que yo no he podido experimentar pero que la envidio. Pero yo tengo tanta curiosidad que no puedo permitirme no estar aprendiendo constantemente. Es una adicción y ninguna adicción es buena".
Agrega que está comprobado es que al final de la vida está la muerte y el hecho de "conocer te da tranquilidad para morir". Y a partir de ahí, añade, lo único que se pregunta es "cuál es la mejor manera de aprovechar la vida".
"Hay verdades universales, aunque pocas, y se llega lento a ellas, y esta es una muy grande", agrega.
Considera que hay conceptos como la ciencia o el sexo que están "sobrevalorados" y estima que el mejor estado del ser humano "es el de estar tranquilo, sin nada que hacer porque tú te lo permites, estar quieto como cuando un gato está relajado".
"Tampoco se puede estar todo el día así -precisa-, pero me parece un estado superior a otros".
Ha tenido cerca maestros importantes, discípulos directos de Juan Tamariz, "el mayor exponente de la Cartomagia y de la magia a nivel mundial", aunque la mayoría de los trucos los aprende leyendo, siempre ha sido muy autodidacta. Le interesan la Psicología y la Neurociencia. Afirma vivir en en un país puntero en estas artes, que a diferencia de otras "no pueden mostrar su técnica, porque si sientes que la hay deja de ser magia para ser un truco o una artimaña".
Considera que su profesión no está suficientemente valorada, porque no hay una cultura a nivel general del arte de la magia, que parece que se reduce a un público infantil. Sin embargo, él considera que son los adultos quienes necesitan la magia, no los niños. "Los niños están descubriendo constantemente y con un palo hacen una pala. El adulto llega a un punto en el que piensa que lo sabe todo y que se conoce el mundo. Por eso necesita la magia, porque la magia despierta la curiosidad y el asombro".
Mientras continúa con sus actuaciones, talleres y charlas motivacionales, como la que impartió en noviembre ante más de 300 orientadores profesionales de Aragón que el INAEM tituló “La Magia de Orientar”, Mariano está preparando su nuevo espectáculo “Lavida” que presentará en el primer trimestre de 2023.