Mauro, la primera novela de Mikel Guerendiain, recrea la gran fuga del penal de Ezkaba desde una mirada coral

A través de dieciséis personajes, la obra entrelaza el destino de los presos republicanos con el de los habitantes de los pueblos navarros por los que cruzaron

20 de Junio de 2025
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Arantza Añaños y Mikel Guerendiáin, en la librería Iglú.
Arantza Añaños y Mikel Guerendiáin, en la librería Iglú.

Desde niño tenía conocimiento de que, en un pequeño terreno situado a la entrada de su pueblo Ciáurriz, yacían enterrados cuatro fusilados durante la Guerra Civil, aunque nunca formulaba preguntas y nadie se lo aclaraba. Así comienza el escritor navarro Mikel Guerendiain a detallar los orígenes de su primera novela, Mauro (Los Aciertos), que presentó este jueves en la librería Iglú de Huesca, acompañado por Arantza Añaños, directora de la biblioteca Ramón J. Sender.

Esa fue la semilla de una obra que, con sensibilidad e inteligencia narrativa, entrelaza la huida desesperada de casi ochocientos presos republicanos con las vidas alteradas de quienes habitaban los pueblos entre Pamplona y la frontera francesa.

A Guerendiain, que estudió la carrera de Historia, jamás le mencionaron en la escuela o la universidad la fuga del penal de San Cristóbal o -tanto monta- del fuerte de Ezkaba: "Ni en primaria ni en secundaria ni en la universidad”, asegura.

El impulso para escribir sobre este asunto surgió tras la lectura en 2013 de un libro del historiador Fermín Ezkieta, editado por la editorial Pamiela, donde se menciona que numerosos presos republicanos fueron enterrados en pequeños pueblos tras la fuga del fuerte. "A partir de entonces, empecé a atar cabos y pensé que había algo más por contar. Hay bastantes ensayos, buenos o muy buenos, y pensé en una novela”.

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Presentación de Mauro, de Mikel Guerendiáin, en la librería Iglú de Huesca.

Guerendiain confiesa que siempre le ha apasionado la literatura. “Podría haber estudiado Filología y llevar muchos años escribiendo, pero no sabía muy bien cómo afrontarlo”, señala.

Finalmente, se propuso una obra breve que, además de narrar la historia de los fugados, explorara algo poco abordado: “Las posibles vidas de hombres y mujeres que pudieron vivir en los pueblos entre Pamplona y la frontera, como Ciáurriz o Sorauren, por donde pasaron los fugitivos”.

"Las fusilaban sin preguntar sus nombres, al azar, conforme se cruzaban con ellos"

El autor también quiso rendir homenaje a los cuatro hombres enterrados en aquel terreno, donde un río se desborda con frecuencia y ha sido trabajado con maquinaria agrícola pesada. “Estaban enterrados en un antiguo camino que ya no existe, desaparecido por la concentración parcelaria. No se podrá saber quiénes son, porque la fosa está expuesta y las investigaciones no han logrado identificarles. Les fusilaban sin preguntar sus nombres, al azar, conforme se cruzaban con ellos".

Mauro narra con precisión las historias entrecruzadas de los presos fugados, sus perseguidores y los habitantes de los pueblos del norte de Navarra, escenario de una intensa cacería humana tras la fuga. A través de una estructura coral, los distintos personajes alternan la voz narrativa, ofreciendo diversas perspectivas de los hechos y sus consecuencias.

EL TEMIDO PENAL

Para preparar la novela, Guerendiain ha llevado a cabo una extensa investigación, leyendo varios libros y numerosas entrevistas a supervivientes. La historia del penal, que funcionó casi diez años y albergó aproximadamente a 7.500 presos, está especialmente reflejada en la primera parte de la novela, que es la más fiel a la realidad, con el fin de que el escenario fuera verosímil y realista.

La fortaleza, construida en el siglo XIX y ubicado en la cima del monte Ezkaba, se usó como cárcel durante la Guerra Civil. “Allí ingresaban hombres sin delitos de sangre. Eran personas que no fueron fusiladas en sus lugares de origen tras el alzamiento, mayoritariamente republicanos, sindicalistas o de izquierdas de provincias donde el golpe triunfó”.

"La tuberculosis, las enfermedades, el frío y el hambre, además de los fusilamientos, les impulsó a la fuga"

El navarro se refiere a las duras condiciones de este penal. “Los presos malvivían, más que vivían. La tuberculosis, las enfermedades, el frío y el hambre eran constantes, además de los fusilamientos. Todo ello les impulsó a la fuga, la más multitudinaria de la historia de España, que se produjo el 22 de mayo de 1938.

Había alrededor de 2.500 presos, de los cuales cerca de 800 se escaparon con la intención de alcanzar la frontera francesa a pie. De estos, 206 fueron fusilados en los días y semanas siguientes. "Se han encontrado fosas con restos de varios de ellos, como una de las más grandes donde aparecieron los cuerpos de 16 hombres, uno con 18 años recién cumplidos", detalla.

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Además, unos 580 fugados fueron capturados y devueltos a prisión,  y se les añadieron varios años de condena. De los que lograron cruzar la frontera, agrega el autor, se conocen tres casos con nombre y apellido: dos establecieron su vida en Francia y uno en México. Según entrevistas realizadas, hubo un cuarto que recibió ayuda para pasar al país vecino, aunque su identidad nunca fue revelada, presumiblemente por miedo a represalias".

LA ESTRUCTURA NARRATIVA

La novela está narrada en primera persona por dieciséis personajes, en su mayoría hombres, aunque también hay mujeres. “Hay tres grupos principales: los presos fugados, los centinelas o militares del penal que luego se convierten en perseguidores, y los hombres y mujeres que vivían en los pueblos entre Pamplona y la frontera”.

Este planteamiento permite contar la historia desde varias perspectivas, alternando entre personajes que aparecen y desaparecen conforme avanza la novela, lo que genera un ritmo narrativo poco convencional que se comprende plenamente al concluir la lectura. Guerendiain describe este formato como “un juego literario extraño”, que da nombre y forma a la novela.

Reconoce que hablar de la trama de Mauro no resulta sencillo. “En el fondo, es una novela sobre la Guerra Civil, pero también es una novela coral sobre la retaguardia, donde trato temas humanos como el miedo, el deseo, o la inocencia".

Mikel Gerendiain señala que otro objetivo, al escribir esta obra, fue que pudiera ser disfrutada por lectores de cualquier lugar, no solo de Pamplona o localidades próximas, y que les gustase. Por ello, entre las páginas anidan temas universales, “como el deseo de vivir y de ser libre”, la ilusión, la venganza, o el miedo -muy presente a lo largo de la narración- y aflora de forma sutil una historia relacionada con la libertad sexual y la homosexualidad en los años 30. 

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