"Memorias con alma" es el título de una exposición sugerente, atractiva y minimalista en tamaño, pero espléndida en glamur y en detalle. Ahí es donde se sustancia toda la retrospectiva histórica de Sara Romance Sánchez, que desde muy pequeña ha demostrado tanta curiosidad como pulcritud para atesorar pequeñas joyas coleccionadas o elaboradas con sus propias manos con el apoyo de su familia.
La exposición en la Sala 4 del Centro Cultural de Ibercaja en Huesca, que se prolongará hasta el 8 de enero, representa la inmersión en un mundo dorado y a la par realista. Cofres infantiles con una muñeca antigua de la que cuelga una medalla de plata de la Virgen de Lourdes datada en el siglo XIX, una escuela con enciclpedias, escritorio y juegos antiguos como el parchís de 1867 de John Hamilton dan pie al comienzo de la muestra.
Tras este pequeño prodigio, las bonitas tiendas del siglo XIX (una librería, una boutique victoriana y una mercería) como homenaje a Ultramarinos La Confianza, creada en 1871. Un clásico del coleccionismo, una máquina de coser que incluye una escena familiar, tributo a Barthelemy Thimonnier, artífice de un invento que cambió la humanidad desde 1830. Un personaje como Isabel de Baviera, emperatriz de Austria y Reina de Hungría, que en nuestra familiaridad denominamos Sissi.
Junto a juguetes antiguos y vehículos de hojalata, los salones del siglo XIX en los que la música y la moda se confabulaban para establecer relaciones sociales virtuosas... o pecaminosas, que de todo había en la viña del Señor. Otra gran dama d ela historia, la Reina Isabel II de España que a su historia añadió el hito del acceso de una mujer al trono tras derogar la Ley Sálica pese a la insurgencia de su tío Carlos María Isidro. La reina aparece en el palacio con retrato de su padre, Fernando VII, y el mueble de un auténtico joyero.
Una muñeca de porcelana con dos monedas con la efigie de Napoleón da el paso a otro salto histórico, "El abrazo de Vergara" ratificado por los generales Maroto y Espartero en 1839. Previamente, Fernando VII, sus veleidades absolutistas y la Constitución de 1812, inspiración de la legalidad en las sociedades modernas. Y también irrumpe por ahí la Desamortización de Mendizábal con la expropiación de las propiedades eclesiásticas para su subasta pública, con las que afrontar los gastos de las guerras interinas que vivía el país.
Avanzando en el tiempo, la escena del rey Amadeo de Saboya (1871-1873), con su esposa María Victoria del Pozzo della Cisterna y dos de sus retoños. La crisis del 98 tras la pérdida de Cuba y la eclosión de una prolífera generación de escritores en medio del desastre de país. Alfonso XII de España que supuso el retorno de la Casa de Borbón, y que se simboliza con una bandeja con un reloj con la imagen de su esposa y una moneda del rey. Antes tuvo lugar la I República Española proclamada en 1873, y escenificada con un quiosco de prensa que anuncia la proclamación del nuevo régimen.
La cultura, con un homenaje a Goethe, Cervantes y Julio Verne, llega con una biblioteca del siglo XIX junto a la que se representa el libro "La Dama de las Camelias" de Alejandro Dumas; y a continuación una plasmación del Ballet de Tchaikosvsky con dos teatrillos italianos conde se interpretan El Lago de los Cisnes y La Bella Durmiente tallados en madera.
Para acicalarse y salir rumboso y pleno de espíritu de esta bonita exposición, un tocador del siglo XIX, una caja de madera en la que colocar peines, espejo de "Limoges", talco con olor a rosa y una pequeña escena de aromas. Mucho detalle y mucha belleza. Merece la pena de verdad.