Miguel Ríos & The Black Betty Trío han ofrecido un recital para el recuerdo este sábado ante 1.600 espectadores para poner el penúltimo broche a la tercera edición del Festival Sonidos en la Naturaleza (Sonna) que organiza la Diputación de Huesca
El espacio de la Cartuja de las Fuentes de Sariñena se consagra como escenario con la trilogía de clausura del Sonna Huesca 2022, que inició el viernes Antonio Orozco y que culmina este domingo Manu Chao (19.00), con todo el aforo vendido.
Miguel Ríos ha sorpendido por su voz, por su buen humor, por su inquebrantable condición de rockero y porque sigue siendo el mismo a sus 78 años. Es Miguel, Mike Ríos, el del acento granadino, quien ha asegurado haber nacido al lado de una cartuja y no lo ha hecho para congraciarse con el público, al que se ha metido en el bolsillo desde el primer tramo de concierto. Y es que la versión de Bienvenidos no se hizo esperar.
Público de todas la edades ha llenado prácticamente el recinto de la Cartuja de las Fuentes de Sariñena, aunque se notó que había subido la media respecto al día anterior con Antonio Orozco.
Como hacen los más grandes, Miguel Ríos se ha subido al escenario con una espectacular pléyade de músicos, que bajo el nombre de Black Betty Trío, a pesar de ser cuatro, han ejercido de banda de blues contemporáneo con violín, guitarra y piano como instrumentos principales. Ha llegado incluso a dejarlos solos. Miguel se ha retirado un momento por varios conceptos relacionados con la edad -ha dicho- y ha dejado a sus músicos hacer un par de temas.
El recital ha ido alternando canciones de toda la vida, como Vuelvo a Granada, La Plaga, El blues del autobús o Año 2000 con sus últimas grabaciones: Memphis Granada, Por San Juan, El blues de la tercera edad… El tramo final lo ha reservasdo Miguel Ríos para algunas joyas de su discografía: Los viejos rockeros, Sábado en la noche o Roncanrol bumerang han dado paso al éxtasis final con Santa Lucía y el Himno a la alegría para cerrar un concierto en el que la nostalgia ha convertido en blues o en country el viejo rock and roll.

Fue ese tramo cuando el público ha respondido tatareando y Miguel en seguida los ha dejado cantar. “Sois tan rockeros como yo, joder”, había dicho hacía solo un rato. Con Sábado en la noche, que venía al pelo, el ritmo ha aumentado y el recital ha acabado como todos soñaban. “Sabado en la noche, en los Monegros con luna llena”, cantó Miguel cambiando la letra. Y es que hay quien puede cambiar la letra de sus canciones cuando le venga en gana. Y ese es el caso de Don Miguel Ríos, Miguel. El de siempre. El de toda la vida.
A partir de entonces han comenzado los adornos, del violín, del piano… Han dejado claro que había un pedazo de banda encima del escenario.
ANTONIO OROZCO ENAMORA AL PÚBLICO DEL SONNA
Ni Antonio Orozco ni buena parte del público (casi 1.500 espectadores), mayoritariamente femenino, estaban dispuestos el pasado viernes a vivir el concierto sentados. El de Hospitalet de Llobregat busca la cercanía –incluso intimidad- con sus fans y primero las puso de pie, y luego les pidió que se acercaran para alterar el plan previsto por la organización y cambiar el concierto que habían imaginado las primeras filas de mesas. El que se adaptó, se lo pasó en grande. El que no, acabó mosca, aunque la organización del Sonna Huesca poco pudo hacer. Y los empleados de seguridad, mucho menos. El artista quiso el concierto que tuvo, y la verdad es que fue emocionante y disfrutón.
El recital fue subiendo de ritmo y temperatura. Orozco, zalamero y cariñoso, explicó que en Aragón “me quedaría a vivir”, poco antes de aclarar que su familia es de origen aragonés, aunque no quiso precisar que donde su madre tiene una casa y él pasa temporadas siendo uno más del pueblo, es en Fonz. No faltaron “las de Fonz” con una pancarta.
Orozco lo puso todo, pero quien hizo el concierto fue el público de la Cartuja de Sariñena. Cuando el respetable se sabe las canciones, espera el cambio de ritmo y salta justo antes de que llegue, el que ha llegado de acompañante acaba integrado como uno más y la fiesta es completa.
El climax llegó cuando Orozco enlazó Te esperaré, Pedacitos de ti, Entre Sobras y Sobras me faltas y, por supuesto, Devuélveme la vida. Cientos de móviles grababan, fotografiaban... A la vez que dos amigas se hacían un selfie, otra se subía a una mesa para gritar: “Antonio, guapo, cásate conmigo”. Fue tremendamente contagioso. Orozco pidió matrimonio a bulto y tuvo que recular ante la respuesta. “Menos mal que he venido con mi abogado”.
El concierto tuvo un momento “luna”, preciosa, a la que el artista apuntó con su índice a la luz de cientos de móviles, y también tuvo momento pandemia, con una emotiva dedicatoria de Héroes a aquellos “imprescindibles” del confinamiento. A falta de sanitarios, la ovación se la llevaron los voluntarios de la Cruz Roja.
MANU CHAO CLAUSURA EL CERTAMEN
La clausura de la tercera edición del Sonna Huesca tendrá lugar este domingo a las 19.00 horas en el espacio de la Cartuja de Sariñena, y correrá a cargo del polifacético artista francés de origen español Manu Chao. La organización del Sonna Huesca anunció su incorporación al programa el pasado mes de agosto y el aforo de dos mil personas está vendido.
Canciones míticas de sus trabajos Clandestino, Próxima estación esperanza o Desaparecido sonarán en el concierto de esta referencia de la música global, multicultural y multi lingüística, donde se mezclan estilos como el rock, el punk, el reggae o el ska y letras de denuncia social con una gran carga emocional, abordando cuestiones como la inmigración, la marginación económica y social o la vida callejera. La última vez que José Manuel Arturo Tomás Chao (nombre real de Manu Chao, hijo del escritor español Ramón Chao) actuó en la provincia de Huesca fue el 25 de julio de 2012 en el Festival Pirineos Sur ante 5.500 personas.
En esta ocasión será un concierto en formato acústico, el mismo que ha exhibido en Ponferrada o Santander, los pasados días 5 y 8 de septiembre, últimas actuaciones además de la del Sonna Huesca, antes de partir hacia Eslovenia el próximo día 16 de septiembre. El pasado agosto ofreció tres conciertos en Noruega.