Las nabatas ya están en el agua esperando el emocionante 20 descenso del río Gállego

Los últimos trabajos para la construcción de los cinco trampos que forman las dos naves se han desarrollado este sábado en la playa de Murillo de Gállego

DH
20 de Abril de 2024
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Las nabatas ya están en el agua tras los trabajos desarrollados este sábado en la playa de Murillo de Gállego.
Las nabatas ya están en el agua tras los trabajos desarrollados este sábado en la playa de Murillo de Gállego.

Las dos nabatas que surcarán este domingo el río Gállego ya están preparadas para esta especial jornada, por la celebración del veinte aniversario del descenso y por contar con un caudal que va a permitir un recorrido más intenso de unos 14 nabateros y nabateras hasta el Puente de Hierro de Santa Eulalia de Gállego. 

Los últimos trabajos para la construcción de los cinco trampos que forman las dos naves se han desarrollado este sábado en la playa de Murillo de Gállego. En días pasados, se alinearon los doce maderos que forman cada trampo, se colocaron los troncos traveseros de caxico en las dos puntas y, con la sarga, los berdugos que van remallando otros nabateros, se hicieron los nudos que unen cada madero con el travesero y con el siguiente madero.

Se trata de un proceso de fuerza y habilidad que se realiza en los dos extremos de los maderos para que queden asegurados y sean a la vez flexibles para resistir las incidencias de esta aventurera bajada.

Mientras unos nabateros atan los maderos, el resto va remallando, es decir, retorciendo y abriendo la fibra de las sargas cortadas en la mengua de febrero. Las ramas más gruesas harán de acopladeras para unir un trampo de nabata con otro, dado que para ello se necesita más grosor y fuerza. Es una prueba de habilidad saber convertir una rama en una cuerda fuerte y flexible.

A la vez, otro nabatero va remojando los nudos ya hechos para que no se sequen y no pierdan fuerza con el calor del día.

Una vez completados los trampos, este sábado se ha realizado el trabajo de poner las remeras, dos ramas verticales sobre las que se colocarán en la nabata de tres trampos dos remos en la parte delantera y dos en la trasera, y en el caso de la nabata de dos trampos, un remo delante y otro detrás.

También se ha preparado para cada nabata un ropero, que es un palo vertical en el que se deja ropa para que no se moje y la bota de vino y el pernil para reponer fuerzas en la bajada.

El trabajo final ha sido aguar las nabatas, es decir, echar los trampos al agua e ir uniéndolos; finalizar la colocación de los remos y comprobar su buena flotabilidad. Ya están en el agua esperando la emocionante bajada de este domingo.

Muchos turistas han acudido a la playa de Murillo para conocer este proceso, y también los piragüistas y clientes de las empresas de rafting que acaban el descenso del tramo alto del río en esta playa “se sorprendían al ver cómo sin neopreno y barcas de plástico también se puede bajar este río vivo. Una mezcla de tradición y actualidad que ha dado lugar a curiosas escenas”, señala la organización. También lanza un mensaje al presidente de Aragón, Jorge Azcón: “Si Biscarrués estuviera construido, las nabatas no podrían navegar por el río Gállego porque esa zona sería pantano”.

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