Nicolás Sesma presenta en Huesca Ni una ni grande ni libre: "No nos dejemos robar la historia"

El historiador, investigador y profesor oscense estuvo acompañado por Irene Abad y Carlos Domper

20 de Abril de 2024
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Ni una ni grande ni libre, de Nicolás Sesma

Las presentaciones del libro Ni una ni grande ni libre (Crítica), de Nicolás Sesma, se cuentan ya por docenas, pero, seguramente, la más especial se celebró este viernes, en Huesca, su ciudad, su casa -aunque ahora reside en Francia-, acompañado de su esposa, Ana Escartín, de sus hijas, Nuria y Candela, su familia, sus amigos y la Universidad Ciudadana, organizadora del acto.

Le acompañaron en la mesa dos colegas con vínculos afectivos también muy especiales, Irene Abad y Carlos Domper, historiadores, docentes e investigadores, como él, que aportaron sendas perspectivas profesionales y humanas sobre el autor oscense y su obra, de la que se han vendido ya más de 10.000 ejemplares y anda por su segunda edición.

Ambos coincidieron en que se trata de uno de los grandes títulos publicados este 2024 y, según Domper, será "el gran libro sobre la dictadura franquista para los próximos 25 años".

Además, en el Centro Cultural Manuel Benito Moliner resonó la voz de Noelia Rodríguez y los acordes de Daniel Escartín, que interpretaron tres temas musicales: Al alba, Canción de soldado y A la huelga. El acto contó con la colaboración de la librería Anónima.

Miguel Escartín. Foto Carlos Neofato
Miguel Escartín. Foto Carlos Neofato

Miguel Escartín, presidente de la Universidad Ciudadana, aseguró que Ni una ni grande ni libre le había reencontrado con una etapa de su vida, como a otros muchos lectores. "Para una generación que no vivió la dictadura es muy difícil llegar a su meollo y Nico lo ha hecho", aseguró.

Irene Abad, que lo calificó de "un libro top", relató que coincidió con Nicolás Sesma en BUP, en el Instituto Ramón y Cajal, y ya compartían su afición por la historia gracias a profesores, entre otros, como Chema Aspiroz. Después, como otros profesionales de su campo, se dedicaron a trabajar en un puzzle que pretendía analizar el franquismo, en el caso de Abad enfocada sobre las mujeres de los presos. Ahora, Sesma "ha sido capaz de compilar" todas las piezas que había para encontrar una narrativa completa de lo que fue la dictadura, lo que facilita "un aprendizaje más que significativo de una época de la que todavía quedan cosas por conocer".

Irene Abad. Foto Carlos Neofato
Irene Abad. Foto Carlos Neofato

Y lo hace desde el presente para entender la sociedad de hoy, agregó Abad. "Es un libro esencial, más en estos momentos en los que la figura de Franco se está ensalzando y hay una regresión desde el desconocimiento".

Además de otras virtudes, valoró el lenguaje dinámico y ameno que emplea el autor, que favorece la labor divulgativa que hay que desarrollar en las aulas. Asimismo, tildó a Sesma de "muy inteligente" y remarcó que el libro responde a la perspectiva de género. 

Carlos Domper y Nicolás Sesma se conocieron en un viaje a Teruel para acudir a un congreso." A los pocos minutos, estábamos de acuerdo en que Manolo Lama era el mejor narrador de partidos de fútbol de España y que lo mejor que se puede ser en esta vida es antimadridista. Ahí es donde te das cuenta de que tienes un amigo para siempre", bromeó.

Carlos Domper. Foto Carlos Neofato
Carlos Domper. Foto Carlos Neofato

Más en serio, Domper destacó que Ni una ni grande ni libre es "un libro novedoso", tridimensional, que te atrapa, escrito de manera "extremadamente bella" y que ha convertido a Sesma en un autor de referencia. "Ha cogido un objeto de estudio, el franquismo, y lo ha situado en su tiempo, como solo alguien como él lo sabe hacer -indicó-. Es una biblioteca con patas, una acumulación de conocimientos literarios, periodísticos y de cine. Las instituciones y los personajes cobran textura porque los sitúa en su contexto cultural. Y eso hace el libro extremadamente fácil de leer, también para un público no académico". 

Nicolás Sesma comenzó su intervención asegurando que se siente abrumado desde hace semanas "por la recepción del libro, las muestras de cariño del público y las de los compañeros". 

Comentó también que había querido que su puesta de largo en Huesca fuera una representación generacional. "Irene es de 1977, como yo", el año en el que finaliza el periodo descrito, "porque la dictadura no murió con Franco, el partido único duró hasta poco antes de las primeras elecciones".

Nicolás Sesma. Foto Carlos Neofato
Nicolás Sesma. Foto Carlos Neofato

Al recordar su coincidencia estudiantil con Irene Abad, aprovechó para hacer un alegato en defensa de la enseñanza pública, que después extendió a las Humanidades, las universidades autonómicas y profesores que ejercen en ellas como Julián Casanova, Inmaculada Blasco o Mercedes Yusta. También puso a España como modelo de los derechos de las mujeres y de las minorías. Al respecto, dijo que el franquismo trató de liquidar todos los avances de los años 30 y que esa lucha renació en los años 60, desde el interior del propio país. "La segunda República fue un proyecto de modernización de la Justicia social", proclamó.

A la primera persona que dedica el libro es a Carlos Oliván, que tantas cosas le ha enseñado durante los paseos que daban juntos. "Tiene Huesca entera en la cabeza", dijo. A Carlos Domper le considera coautor, por las numerosas llamadas que "sufrió" a todas horas. "El resultado es gracias a su aliento y confianza", apuntó.

"Un libro de estos supone un alto grado de abrasamiento cerebral que sufre la familia: mis hijas, que se van encontrando libros de Franco por el baño, y mi mujer", agregó.

En buena medida, el libro surgió para tratar de paliar la insatisfacción que sentía el autor al leer sobre la dictadura franquista, "historias centradas muchas veces en Madrid y Barcelona que hablaban del poder, los ministerios, las grandes decisiones, pero que impedían ver lo que sucedía a nivel cotidiano".

Ni una ni grande ni libre retrata todas las provincias españolas en ese tiempo, también a través de anécdotas, imágenes y personalidades, con el fin de que todos los lectores del país puedan sentirse identificados, y Huesca no es una excepción. No sólo eso, Nicolás Sesma insistió en la importancia que el Alto Aragón y su capital han tenido en la gestación de esta obra y aseguró que la historia de España se puede relatar perfectamente a través de lo sucedido en este territorio.

Presentación del libro de Nicolás Sesma en Huesca.Foto Carlos Neofato
Presentación del libro de Nicolás Sesma en Huesca. Foto Carlos Neofato

El oscense concentró en el Parque Miguel Servet su relato y analizó diversos acontecimientos a través de las Pajaritas de Ramón Acín, el Monumento a los Caídos, o la escultura de Ángel Orensanz, y salpicó toda la presentación con referencias literarias, cinematográficas o de series de televisión, al igual que hace en el libro y como ya había indicado Domper.

Le dedicó también unas palabras al barrio del Perpetuo Socorro, del que procede gran parte de su familia política. "Santiago Escartín, que fue un líder del movimiento vecinal, da nombre al centro cívico -manifestó-. Gracias por vuestra lucha, por vuestro trabajo, sin vosotros no habría vuelto la democracia, sin familias como la de los Escartín".

Se lamentó Sesma de la derogación de la Ley de Memoria Democrática, que considera que era "maravillosa desde el punto de vista técnico, generosísima y equilibrada". En su opinión, quien la califica de "sectaria" es porque no la ha leído, porque también se condena la represión revolucionaria. 

Presentación del libro de Nicolás Sesma en Huesca.Foto Myriam Martínez
Nicolás Sesma, firmando ejemplares al término del acto. Foto Myriam Martínez

A pesar de lo gris que fue esta etapa de la historia de España, Sesma declaró que no quería que el libro fuera triste o trágico, "porque el antifranquismo fue también alegría" y porque, como historiador, había disfrutado mucho de este trabajo.

El volumen termina en las Cuatro Esquinas de Huesca, porque Orwell prometió tomarse un café el día que la tomasen la ciudad, algo que nunca se pudo conseguir. "No nos dejemos robar la historia", pidió, "un puzzle sin marco", inagotable. "Vendrán nuevas generaciones y se harán nuevas preguntas".

Nicolás Sesma escribió Ni una ni grande ni libre en el segundo año de la pandemia, en Huesca, en un piso del barrio del Perpetuo Socorro, y entre partidas de cartas a la canasta y subidas en bici, en el paraíso familiar que es el Molino Escartín. Reconectó con una ciudad de la que se fue con 18 años y descubrió que se sentía en ella "como en ningún lugar". 

 

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