La Nueve: "Era gente normal que hizo cosas extraordinarias en tiempos difíciles"

Diego Gaspar y sus cosacos protagonizan una cultural jornada en el Centro de Interpretación de Robres

Carlos Neofato
18 de Febrero de 2024
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Diego Gaspar Celaya junto con los asistentes a su charla y a la exposición "En Resitencia" en Robres.
Diego Gaspar Celaya junto con los asistentes a su charla y a la exposición "En Resitencia" en Robres.

El doctor en Historia Diego Gaspar Celaya presentó este sábado en el Centro de Interpretación de Robres el fruto de casi una década de investigación y estudio, su libro Banda de cosacos. Historia y memoria de La Nueve y sus hombres. Gáspar Celaya está especializado en exilios, resistencias y voluntariado transnacional de guerra, en concreto de españoles en Francia en la segunda guerra mundial.  

Ana Belén González, consejera comarcal de Turismo de la comarca de Los Monegros, presentó este acto, que incluyó la inauguración de la exposición “En Resistencia”, de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica en Aragón, que muestra cómo la caída de los diferentes frentes de batalla en España dio como resultado cinco movimientos migratorios de diferentes proporciones.

Estas actividades se enmarcan en el proyecto financiado en el marco del Programa EREA+, “Innovación en el Frente de Monegros” promovido por la Fundación Aragón Emprende y con cargo al Fondo de Cohesión Territorial del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, mediante la convocatoria de ayudas a proyectos innovadores para la transformación territorial y la lucha contra la despoblación en Aragón. 

Diego Gaspar inició su intervención con la exbición de un corto con diferentes escenas de la historia a la que se va a referir, a las que hizo alusiones constantes en el discurrir de su charla. La inició con una pregunta genérica que sigue aún coleando: "¿Por qué durante tantos años la historia de La Nueve, y buena parte de las imágenes que acaba de proyectar, han estado escondidas? ¿Quien tenía interés en ello?".

Se remonta Diego al inicio de esta historia, con un exilio que finaliza, para buena parte de los refugiados, en campos de concentración/detención. Sólo existían cinco maneras de salir de un campo. Una era la repatriación. Cerca de 250.000 personas vuelven a España, habitualmente gente no combatiente que llega a Francia por un éxodo masivo motivado por operaciones militares. También, la remigración, sobre todo a México, Venezuela, Estados Unidos y Argentina.

A ellas se suma la contratación laboral externa al campo, una salida complicada debido a la situación laboral del país francés entonces. Otra de las posibilidades era la marcha a compañías de trabajadores extranjeros dedicados a fortificar líneas de defensa. Muchos de ellos acaban en campos de exterminio alemanes. Finalmente, el alistamiento en la Legión extranjera, en el Cuerpo franco de África.

Afirma Diego Gaspar que La Nueve se nutre de colectivos, como judíos, españoles, internacionales y norteafricanos, que no pueden ir a otro sitio y que quieren seguir combatiendo. Menciona en este punto a Joseph Putz (Bruselas, 24 de abril de 1895-Grussenheim, 28 de enero de 1945) militar francés nacido en Bélgica, que alcanzó el grado de coronel y participó en la Primera y Segunda Guerra Mundial y en la Guerra Civil Española, donde lo hizo como brigadista. Actuó como reclutador de La Nueve con gran eficacia, entre otras cosas, por su conexión con los españoles.

Según asevera Gaspar Celaya, Leclerc se acompañaba de reclutas del imperio colonial francés, de tal modo que, en determinado momento y por presiones de Estados Unidos (que eran los que ponían medios para logística y armamento), debió "blanquear" estas tropas, ya que no podía ser que fueran negros los que entrasen en Europa a liberar el continente. Las excusas fueron varias: desde que no serían capaces de operar armamento moderno, que no se adaptarían a frío e, incluso, que su traslado al continente europeo podía amenazar la cadena de mando.

"Era gente normal que hizo cosas extraordinarias en tiempos difíciles", continúa el doctor en Historia, que realiza un paseo por la realidad cotidiana de estos hombres (formación, instrucción, alcohol y prostitución) desde su reclutamiento hasta su bautismo de fuego, en agosto de 1944, finalizado el Desembarco de Normandía. En aquel momento son 160 hombres; de ellos 140 españoles, 12 de otras nacionalidades y el mando francés. A partir de entonces, comenzará a cambiar la esencia española mayoritaria; se producen bajas que son sustituidas por jóvenes soldados franceses. Para el final de la guerra hay ya un total de 360 soldados y un componente francés muy calro en la composición de La Nueve.

Analizado este aspecto, menciona Diego Gaspar el problema que existe para el historiador con los testimonios personales. Tanto en su versión inicial como en las posteriores, un mismo sujeto puede tender a obviar aspectos más dolorosos, cambiar percepción sobre su participación, incluso difuminar la memoria. Todo ello, además, inserto en un periodo en Francia (el de "las cuarentenas") con una necesidad social de afianzar la identidad nacional y con el general De Gaulle orientado a condicionar los recuerdos de guerra de los franceses. De ahí, añade Gaspar, la necesidad de tener unas fuentes con las que contrastar estos testimonios.

Finaliza su intervención desmontando un mito de La Nueve, que la señala como protagonista de la toma de "El nido del Águila", residencia de Hitler en los Alpes Bávaros.

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