El escenario del Corral de Comedias de Robres apareció la noche del sábado especialmente desnudo. Tan sólo una jaula abierta de la que salía una cascada de manuscritos, y una banqueta infantil de madera con cabeza de caballo.
Luis Casáus, director del espacio escénico, en su acostumbrada bienvenida nos puso en antecedentes de la función de esa noche. Un grupo aragonés (Le Plató Teatro) presentó "Pájaros en la cabeza", dirigida y escrita por Rafael Campos (presente esa tarde) e interpretada por Carmen Marín y Marissa Nolla. Una obra cuyo autor definió como un canto a la amistad y que presentó a dos mujeres que, por un incidente banal, debieron compartir espacio y tiempo, circunstancia que les permitió desarrollar un diálogo trepidante, áspero en ocasiones y con significativos cambios de ánimo en las protagonistas.
El público asistió a una marea de emociones, con un lenguaje directo y actual que no excluyó exabruptos ni instantes de comicidad. Los espectadores conocieron la peculiar relación que unía a las protagonistas y los primeros síntomas de senectud, entre retazos de "La vida es sueño" y referencias a "La zapatera prodigiosa".
Una llamada telefónica en el último momento dio un vuelco absoluto a la percepción que los asistentes se hicieron de ambas mujeres y sus respectivos roles.
Ovación con el público puesto en pie culminó otra vibrante tarde de teatro en el templo de las artes escénicas de Robres.
En declaraciones posteriores, Rafael Campos, absolutamente fascinado por el lugar, se mostró muy satisfecho por el ejercicio teatral que se vio esa tarde y manifestó sus deseos de volver muy pronto; Marissa Nolla, por su parte, habló de su sensación pudiendo observar las caras de la gente bajo el cielo nocturno y calificó la función como "de disfrute"; la ronda de declaraciones la finalizó Carmen Marín, que incidió en el acogimiento del espacio y del público, el placer de actuar en Robres y el deseo de que se repita con prontitud.